viernes, 15 de septiembre de 2017

Harem Crossover no Kōkō | Capítulo 9 - Rescate de School Idols (Parte 2)

Estuvimos caminando durante un cuarto de hora aproximadamente. Normalmente me dedico a dejar volar mi imaginación al hacerlo, pero esta vez no era tan fácil. Solía ponerme los cascos y el MP3, ponía una canción, daba garbeos por la casa y, dependiendo de la situación, creaba en mi mente una situación acorde al tema. Sobretodo imaginaba combates protagonizados por mí y por las chicas que más me gustaban de la temporada (bueno, también algún chico, como las versiones masculinas de Corrin y Daraen). Si no me falla la memoria, antes de acceder al CrossWorld me gustaba imaginar combates con las chicas de de Fire Emblem… Y las de Love Live, pese a que ellas precisamente no luchan. Pero ahora que las conozco en persona… No es lo mismo, porque ahora son personas reales. Así que, ni aún con música, no merece mucho la pena tratar de crear historias y/o fantasías… Así que en su lugar hacía algo que normalmente no hago cuando salía con amigos (que eran poquísimas): charlar con mis compañeras.

—Comandante. ¿Sabes cuál podría ser la enemiga a la que nos enfrentamos? —Me preguntó Saki.

—Decía esa tal Tsubasa que tenía pelo negro, ¿no?

—Sí.

Estaba pensando en Tharja cuando me acordé del hechizo que usó. Excalibur. Normalmente sería usado por Merric, mago de Fire Emblem Shadow Dragon / Mystery of the Emblem, pero el caso es que su otra portadora es…

—¡Claro! Es Sonya, hechicera de Fire Emblem Echoes Shadows of Valentia.

—¿Qué? —Dijeron todas las chicas al unísono menos la directora. Incluso me sorprendió que lo dijera Sharena.

—¿Qué pasa? (…) Ah, ya sé. Quería decir que era del continente de Valentia, aunque… ¿Era de Zofia o de Rigel?

Mi pregunta le sonaba a chino a Mari.

—I don't know. No sé nada del tema.

—¿Sharena? —Pregunté.

Siendo la única de la saga Fire Emblem del grupo, lo más sensato era pregúntaselo a ella. La chica se quedó pensativa.

—Pues… Ah, ya. Esa… Sí, la del final de la Tormenta esa, la Reunión Inesperada. Y era del Mundo de Sombra, al igual que Delthea o Celica.

—Exacto. Pero no tendría que ser mala. ¿No se suponía que estaba en contra de su padre? Este… —No conseguí acordarme del nombre.

—Ya sabes más que yo, Pablo. Y no me sorprende, sin ofender.

—No pasa nada, te entiendo.

Al poco tiempo llegamos a las coordenadas en las que se ocultaba Sonya, supuestamente. Saki nos ordenó sacar nuestras armas y avanzar con sigilo, de lo contrario estaríamos a merced de una emboscada.

Avanzamos en fila india. Pasito a p… No, que odio esa canción. En su lugar inserte uno de esos temas que suenan antes de enfrentarse a los jefes en los juegos de Kirby.

El interior de la cueva no estaba tan oscuro como pensaba. Sorprendentemente, tenía un lago con cascada, pero no uno cualquiera… De sus aguas emanaba una cierta luminiscencia, nada menos. Simplemente maravilloso.

—Mmm… ¿Aguas mágicas? —Murmuró Sharena—. Me pregunto qué propiedad tendrán…

—¿Mágica? No… Supongo que serán bacterias con bioluminiscencia —Corregí.

—De un modo u otro, este lago subterráneo es… Precioso —Comentó Dia.

—Eso no lo puedo negar —Afirmé.

De repente nos interrumpió el siniestro sonido de unos tacones, amplificado por el eco causado por las paredes.

Estaba en lo cierto. Era Sonya.

Lo suyo hubiera sido que viniese una mala de Love Live pero… ¿Qué sentido tendría si no hay enemigas en ese anime? (Aunque Dia era “un poco muy mala” en Love Live Sunshine, pero está de mi lado y hasta la fecha no se ha cabreado en ningún momento conmigo, lo cual me alivia, sobretodo porque es una de mis favoritas).

—Vaya, vaya… —Dijo con una entonación digna de una mala de una película Disney como Maléfica—. Me habéis seguido la pista… Oh, qué típico. ¿Quiénes sois y qué queréis?

No sé por qué pero me hacía hasta ilusión tener un enemigo de verdad. Y en mi contra. Aunque actué como debía.

—Ve… ¡Venimos a por las chicas de Love Live!

—¿Qué dices? No sé de qué me hablas. —Dijo Sonya falsamente. Se notaba demasiado.

Entonces sus ojos violáceos se tornaron rojos, pero no como en cierto tipo de memes, sino como si irradiaran maldad de verdad. Aún así mantuvo la compostura. Saki la apuntó con sus pistolas dobles.

—Aunque sí que tengo —prosiguió la hechicera— a estas cuatro preciosidades… ¿No son adorables?

Eran las School Idols que buscábamos, pero… Les habían lavado el cerebro, y se notaba a la legua. Sus rasgos eran oscuros y los 4 pares de ojos habían perdido brillo, como si sus córneas fueran de cristal mate. Esto ya lo había visto antes en Echoes, aunque mejor no doy detalles, porque sería Spoiler.

—¡¡¡Hanamaru, no!!! —Gritó Ruby como si la hubiera perdido para siempre.

—(…)

—¿Que te han hecho, Kanan? —Preguntó cabreada Mari—.¡CONTESTA!

—(…)

—Es imposible razonar con alguien que ha perdido el habla… O incluso el alma —Afirmó Nozomi seriamente.

—¡No digas eso! —Reprocharon las dos chicas de Aqours.

A Dia le consumía su propia rabia.

—Maldita idiota… ¡¿Por qué les haces esto a mis amigas y a las otras idols?!

—No es nada personal… Pero estas pequeñas ya no están de vuestro lado, y ahora… —Sus pupilas se contrajeron— ¡Os vamos a eliminar! ¡Adelante!

De la nada aparecieron las armas que iban a usar en nuestra contra. Hanamaru y Rin tenían una espada oscura idéntica a la de Fire Emblem Echoes, Umi portaba un arco que recordaba a uno de la saga Fire Emblem llamado Skadï y Kanan un grimorio de magia oscura que no logré identificar. Salvo a la tercera, que realmente practicaba el tiro con arco en su serie, no les pegaban nada esas armas.

—Somos 7 contra 5, y creo que sé cómo podemos acabar con esto… —Deducí— ¡Juegas en desventaja, estúpida!

Sonya se quedó impasible.

—Sí, claro…

Cargué mis Orbitales Fulgor y le disparé, pero justo antes de que le alcanzase, Kanan convocó una especie de escudo que anuló mi ataque. Joder, ahora sí que tenemos problemas serios. Y por si fuera poco…

—¡Escuchad! —Exclamó Saki— Pase lo que pase, no ataqueis directamente a las chicas que debemos rescatar o morirán.

Dia estaba a punto de cargar pero se detuvo.

—Lo suponía.

—¡Hermanita! ¿Cómo te atreves? —Lloriqueó la pobre Ruby— Esto no es como cuando nos reprochabas por ser School Idols. ¡Es a vida o muerte, y no le gusta nada a Ruby!

Su respuesta le produjo un bajón a su hermana mayor.

—Tienes razón. Demasiada… Razón.

—Entonces lo único que podemos hacer es debilitarlas —Sugirió Mari.

La directora asintió. Entre tanto cargó las pistolas con la munición menos letal de la que disponía. Menos mal que había algunas estalagmitas que se podían aprovechar como cobertura. Yo por mi parte me quedé fuera de peligro durante un tiempo. No estaba dispuesto a arriesgar mi vida; en cambio, podía idear estrategias como haría Daraen.

“Sé que no es del todo correcto, pero no lo haré por mucho tiempo, y dado que Kanan es la que hace a Sonya invencible, cargaré mi lanza contra ella cuando sea menester”, pensaba.

Mari usaba su bastón Meteoestrella contra Hanamaru, con la que chocaba sus puntas contra la espada oscura, provocando chispas e incluso polvo estelar.

Dia esquivaba los flechazos de Umi con extrema soltura, debido a que no podía usar sus katanas dobles contra las jóvenes… Aunque sí para cortar flechas. Nozomi usaba sus cartas de tarot para invocar hechizos como los augures hoshidanos usan sus rollos, lo suficientemente débiles como para que no fuesen mortales, para repeler los proyectiles que lanzaba Kanan. Sharena se batía contra Rin del mismo modo que lo hacía Mari. Ruby se quedó a mi lado asustada, dejando a un lado su timidez hacia los varones como yo.

—P-Pablo. ¿Qué puedo hacer? ¡R-Ruby no quiere m-morir!

—Quédate alejada del fuego enemigo y evita que se te acerquen Hanamaru y Rin. A lo mejor puedes usar tu grimorio para mantener a raya a las espadachinas.

De momento esta estrategia funcionaba, pero mis aliadas estaban a merced de Sonya. Había que distraerla…

—¡Saki! —Ordené— ¡Distrae a Sonya!

—¡Entendido!

Era demasiado evidente que ella era la que estaba controlando las 4 mentes inocentes, lo que explicaba que Kanan invocara escudos para protegerla. Afortunadamente ignoraba a las otras idols controladas y podíamos derrotarlas sin matarlas. Quizás podríamos inmovilizarlas.

La directora saltó la estalagmita cual gimnasta salta un potro, cambió de munición en un instante y comenzó a disparar, aunque en vano, a la maga.

Ahora que todas nuestras enemigas estaban distraídas, debía pasar a la acción. Pero antes me dirigí a Ruby.

—Ruby, voy a cargar contra Kanan. Si me disparan trata de repeler cualquier ataque hacia mí. ¿Vale?

—¡Sí! —Preparó su grimorio, estilizado con líneas que dibujaban corazones en la tapa.

“Bueno. Allá voy…”

Salí de mi escondite y corrí a toda velocidad hacia mí objetivo con lanza en ristre, pero no directamente, sino desviándome para engañar a las rivales. Aún así, Sonya fue lista y trató de lanzarme su hechizo Excalibur contra mí, pero Ruby consiguió anular unos pocos intentos con unos proyectiles con forma de corazón y de color verde azulado (a juego con su color de ojos, sin duda). Con mis Orbitales también pude defenderme y esquivar algún que otro Excalibur. A la postre llegué a la posición de Kanan e hice lo posible por inmovilizarla y tirarla al suelo. Funcionó. Le quité el grimorio de sus manos y conseguí atravesarlo con mi lanza para destruirlo, mas la idol no recuperó la cordura. Sonya estalló en cólera.

—¡No! ¿Cómo osáis?

Ahora estaba a merced de nuestros ataques.

—Ahora creo que podemos… Devolver a nuestras amigas a su estado normal —Anunció Mari.

—Como diría Alm… CHARGE!!! —Grité.

Impresionada por mi hazaña, Dia cargó contra Umi y de un corte descendente destrozó su arco de tal modo que los filos no tocasen el cuerpo de la chica poseída, el cual cayó como si se hubiera desmayado. Tan solo espero que no esté…

—¡Otro problema menos! —Alegó al posar con sus katanas.

—Pero ni aún destruyendo sus armas, no hemos conseguido que se librasen del yugo de Sonya —Puntualizó Nozomi—. Habrá que librarse de esa cerda, pero antes…

Sacó una carta que contrastaba con su mazo de cartas de tarot. Era una carta mágica de Yu-Gi-Oh: el Control Mental, que usó contra Hanamaru. Eso le dió una idea a Ruby.

— No… ¡Nozomi! ¡Lleva a Hanamaru al lago luminoso! —Sus verdes ojos brillaban por el reflejo del lago en ellos— ¡Así podrá volver a ser como antes!

—¡Yo me encargo de esta bruja! —Exclamó Mari antes de cargar contra ella.

—¡Te ayudo, amiga! —Se ofreció Sharena.

—¡Dejadme algo para mí! —Me ofrecí también.

La lógica de Fire Emblem Heroes dictaría que los ataques de unidades azules a otras verdes se reducirían en un 20% a causa del efecto del Triángulo de las Armas, pero no fue así.

Antes de que pudiera lanzar un solo hechizo más, yo, Mari y Sharena cargamos nuestras lanzas y con un ataque combinado entre mis amigas y yo, la debilitamos notoriamente, como si sus PV se hubieran reducido a 0 pero sin haber muerto.

—¡Por fin nos hemos librado de esa maligna mujer! —Suspiró al fin Dia.

—Me encargaré de ajustar cuentas yo misma —Dijo Saki, que caminó hasta nuestra enemiga para luego apuntarla con una de sus pistolas, con el fin de que desactivase al fin su control mental, cosa que a Ruby le disgustó.

—Devuélvenos a nuestras amigas. ¡Ahora! —Ordenó fríamente.

La maga negó con la cabeza.

De repente, cuando menos se lo esperaba, Rin trató de atacar a Saki por la espalda, pero yo fui más avispado y bloqueé su espada oscura. Pero mis brazos se estaban cansando muchísimo.

—¿Cómo… Puedes tener tanta fuerza, Rin?

—(…)

—¡Un poco de ayuda, chicas! ¡Por favor!

Las otras chicas excepto Nozomi, que a duras penas controlaba a Hanamaru con su carta (por eso todavía no ha conseguido hundirla en el lago), me prestaron su fuerza, pero Rin, quizás por algún poder oscuro de Sonya, era tan fuerte que ni 6 personas podían hacerle frente.

—No… Tengo elección… —Dijo Nozomi apenada. Parecía que estaba a punto de hacer un sacrificio.

Hanamaru, controlada por la idol practicante de magia, estaba a sólo 2 pasos de esa poderosa Rin, y por acción de su controladora, consiguió acertar un golpe con la espada oscura, y cayó al suelo. Tan solo deseé que no se tratara de un golpe mortal.

—Ahora sí que estás acabada, Sonya —Dijo Saki triunfante sin dejar de apuntarla con la pistola en mano.

—¡Ni hablar! Probablemente habréis deducido que este lago podrá neutralizar mis poderes. Pero eso lo sabía, y para evitar que me venciérais creé un campo de fuerza.

Saki no se inmutó.

—Esto ha acabado en Jaque Mate para tí. ¡Desactívalo ahora!

—(…) Está bien… —Y el campo de fuerza invisible se hizo añicos.

Ya con sus últimas fuerzas, Nozomi consiguió que Hanamaru se metiera en el lago, y dentro de él la chica recuperó su conciencia; sin embargo, por desgracia para su nueva controladora, se desmayó del esfuerzo.

Por otro lado estaba equivocado: esa agua, por algún motivo que escapaba a la Ciencia, conseguía anular todo tipo de control mental.

—¿Eh? ¿Qué hago aquí, Zura?

Hanamaru tenía el pelo de color castaño claro y ligeramente largo. Sus ojos eran dorados, parecidos a los de Riko. Era también bastante adorable (o kawaii) al igual que su mejor amiga Ruby, incluso medían casi lo mismo.

—¡Hanamaru! ¡Qué contenta está Ruby de que hayas vuelto a ser mi amiga!

—¡Sí!

La chica estaba a punto de salir del lago cuando le ordené que se quedara dentro hasta que solucionásemos lo de Sonya. ¿Y qué mejor que lanzarla también al lago?

—¡Disfruta de este chapuzón! —Bromeó Mari mientras sujetaba junto conmigo a Sonya para hundirla en sus aguas.

—¡¡¡Nooooo!!! ¡La próxima vez…! Glglglg…

Poco después hicimos lo mismo con las idols restantes, que también volvieron a ser lo que eran, aunque Rin salió herida después del corte.

Y no sólo ellas…

Sonya, tras salir a respirar, volvía a ser la de antes. Sus ojos volvían a ser violáceos, y no tenían mirada de asesina.

—¿Dónde estoy? —Dijo. Parece que había acumulado maldad y ahora el lago subterráneo lo había eliminado.

—Decías que estabas a punto de tomar nuestro control, —Respondió Umi— pero después de eso no recuerdo nada hasta este mismo momento.

Umi tenía un largo cabello de color añil y grandes ojos color miel, diríase entre el dorado y el marrón.

—Nunca pensé… Que pudiera… ¡Ay! …ser eso cierto —Comentó Rin, un poco angustiada por su herida.

El pelo de Rin era corto y de color naranja. Sus ojos eran de un color parecido a los de Mari: entre verde y dorado, pero los suyos tiraban más hacia el dorado. A pesar del color de sus ojos, por alguna razón desconocida no me atraía mucho, pero no puedo negar que tiene encanto.

Quizás a estas féminas les resultase molesto estar empapadas (yo me alegraba de no estar en su lugar porque detesto mojarme con ropa, como dije anteriormente), salvo para Kanan, a la que le encanta sobre maneras nadar, y encima llevaba escafandra.

—¡Jamás había nadado en unas aguas parecidas! —Comentó— ¡El mejor despertar de mi vida!

Tenía un cierto parecido con Fir de Fire Emblem The Binding Blade. Tanto su pelo con coleta (más liso con respecto a esa espadachina) como sus ojos eran violáceos.

—Bien, salid todas del agua. Os llevaremos a la INCRAN. —Anunció Saki mientras pedía por teléfono móvil un móvil helicóptero.

—¿La INCRAN? —Repitió Umi.

—Instituto de Crossovers de Anime —Expliqué.

—Ah, claro. Ya lo sabía, tan solo no me había quedado con la copla.

Nozomi seguía desmayada. Pobre…

—¿Creéis que se recuperará? —Pregunté.

—Sure! —Me respondió Mari— En la clínica se recuperará, al igual que Rin.

—Eso espero.

Mientras salíamos de la cueva, incluída Sonya, que había vuelto a sus cabales, Saki me felicitó por el éxito de nuestra misión.

—Has estado genial, comandante. Estoy muy orgullosa de tí. Quizás aún sigues un poco verde en el arte del combate, pero tienes buenas dotes de estrategia. Seguro que Daraen lo reconocerá.

—¡Gracias! Tú y todas vosotras habéis estado genial, también. Aunque…

—¿Sí?

—…quizás no os haya protegido como es debido.

—¿Qué? No, ni tú nos proteges ni nosotros te protegemos a tí. En realidad nos protegemos los unos a los otros.

—Sabias palabras.

—¡Gracias… Pablo! —Se sonrojó un poco.

Al cabo de unos pocos minutos, volábamos las Llanuras Shinsetsuhara en helicóptero para volver, exitosamente, a nuestro cuartel general.

—Wow, zura! ¡Esto es el futuro del transporte! —Gritó Hanamaru.

miércoles, 6 de septiembre de 2017

Harem Crossover no Kōkō | Capítulo 8 - Rescate de School Idols (Parte 1)

Helicóptero #62 de la INCRAN, sobrevolando las Llanuras Shinsetsuhara

-Kanan: Y… ¿Adónde nos lleváis?

-Piloto: A nuestra base, la INCRAN, o sea, Instituto de Crossovers de Anime. No hay otra alternativa, porque en este mundo somos las únicas supervivientes.

-Umi: ¿A qué viene este vuelco que han dado nuestras vidas? ¿Qué les ha pasado al resto de nuestras amigas?

-Piloto: Tranquilas, algunas de vuestras compañeras ya han llegado ahí adonde vamos.

-Umi: ¿En serio? Ojalá estén Honoka y Kotori…

-Kanan: A ver si está Mari-san… Y el resto.

-Hanamaru: Oh, Ruby-chan… ¿Estarás allí, zura?

-Rin: Hanayo-chan… Allá voy, amiga mía.

-Piloto: …pero no están todas. No quisiera ser una mala influencia, pero no os hagáis tantas ilusiones.

-Umi: Ay… (Se queda de brazos cruzados)

Unos minutos después… El helicóptero fue atacado por magia de viento.

-Piloto: ¡Arg! Mayday! Mayday! ¡Hemos sido atacadas por una violenta corriente de viento!

-Todas las chicas: ¡¡¡Aaaaaaaaaaaah!!!

***

Justo antes de la comida todas las pantallas se campus emitieron una especie de informativo interno de la INCRAN presentado por Maki.

—Buenas tardes a toda la INCRAN, aquí Maki Nishikino informando con una noticia de última hora —La idol mantenía un semblante serio—. Acorde al último informe de rescate emitido en nuestras instalaciones, se ha perdido la conexión entre el Centro de Control y el helicóptero que hoy tenía que rescatar a las supervivientes de la última Tormenta Estelar. Según los testimonios de la piloto, Tsubasa Mōmaku, han sido atacadas mediante magia de viento, que más tarde nuestras magas lo han identificado como el hechizo Excalibur. Las supervivientes que han encontrado eran Kanan Matsuura, Umi Sonoda, Hanamaru Kunikida y Rin Hoshizora, todas de Love Live (mi Universo). Las coordenadas se conocen, así que se enviará un equipo de rescate humano. Ah, y si estás viendo esta emisión, comandante Pablo, ya sabes que vas a ir a por ellas sí o sí. Y eso es todo. Que os vaya bien en todo —bajo el volumen de su voz—. Espero que hayan sobrevivido…

Tras mi primera visita al Centro de Control, ya estaba en las puertas del hotel reunido con mis amigas Mari, Nozomi y Sharena. Los rumores se extendieron por todo el territorio tras la emisión (y yo mientras estaba sorprendido por la forma en la que Maki me había mencionado). Al otro lado de la sala oí a Ruby llorar por Hanamaru, mientras su hermana corría detrás de mí para consolarla. Y esa pequeña no era la única.

—Kanan… ¡Kanan! —Gritó Mari a mi izquierda para luego agarrarme los hombros y sacudirme tan fuerte que consiguió que mi cuerpo pareciera hecho de gelatina—. ¡Pablo, es ELLA! ¡Tenemos que rescatarla ahora mismo junto con las demás!

—Por supuesto… —Puse cara de preocupación—. Solo qué…

—Supongo que te preocupa el tema de combate.

—Sí.

—But… ¡Ya sabes manejar esos Orbitales tan chulos, por lo menos! Da igual que no seas tan bueno con la lanza. Con el tiempo mejorarás en todos los aspectos —Me dió una palmadita en la espalda—. ¡Ánimo, dude!

Mari supo cómo subirme la moral.

—¡Está bien! ¡Combatiré como un valiente! —Exclamé.

—¡Así se habla! —Alentó mi amiga con ojos encendidos… Literalmente. Sí, pude ver el fuego en sus ojos. (Pretty good)

Nozomi y Sharena se quedaron perplejas. Se intercambiaron miradas, incluso.

—Y… ¿Cuándo vamos a partir? —Preguntó Sharena.

—¡Ahora! —Sugirió la idol de Aqours.

Nozomi no estuvo tan convencida.

—A ver, a ver. ¿Cómo vais a arriesgaros vuestras vidas… Con el estómago vacío?

—¡Tienes razón, Nozomi! —Confirmó Sharena—. No vaya a ser que nos quedemos sin energías.

Mi estómago estuvo de acuerdo. Tenía tanta hambre que acepté las condiciones sin pensármelo 2 veces, como casi todo el mundo hace ante la lectura de las condiciones de uso de juegos y servicios. Mari, en cambio, rechistó mientras pillábamos sitio en la cafetería. Sé que esas 4 chicas podrían estar en peligro, pero entonces… Claro, ¿por qué no se me había ocurrido antes?

“Oh, no. ¿Qué estoy diciendo? No es un buen momento para quedarnos de brazos cruzados. Podrían estar heridas o en peligro”, pensé.

—Esto, chicas. (…) ¿Acaso sabemos si Kanan y todas las demás siguen de una pieza? ¿Por qué no…?

Un aviso por megafonía me interrumpió la pregunta. Era la voz de Sara.

—Aviso de misión inminente. Comandante Pablo, preséntese inmediatamente en la Sala de Misiones. Ah, y no te preocupes por la comida, porque tenemos aquí snacks para llenar el buche antes de entrar en acción.

Tras esa última frase, todas las chicas del comedor (y probablemente de TODO el campus) se partieron de risa. Gods! ¡Qué vergüenza! Tanta que esta vez no se me ocurre ningún buen símil para la ocasión. Aunque menos mal que no fue para tanto, he pasado por cosas peores.

Una vez me llevaron mis amigas a la Sala de Misiones, la cuales se molestaron durante el camino en recomponerme la moral, pillé un sitio y más tarde se acercaron Saki, Sara, Dia y… Ruby. La directora fue la primera en hablar.

—Bienvenido a la Sala de Misiones, Pablo. Sentimos haberte hecho perder un almuerzo en condiciones y haber pasado por esa vergonzosa situación…

—¡Eh! —Protestó la lugarteniente— ¡Fue idea de Anna, no mía!

—Sara, ahora no hay tiempo. Esto es muy importante y no podemos perder más tiempo del necesario.

—En eso tienes razón. Perdone usted.

—Vayamos al grano —Revisó un informe momentáneamente—. Maki Nishikino ya ha dicho todos los detalles en el informativo, ya solo falta que tengas un equipo y…

—Here we are! —Exclamó Mari.

Saki se quedó mirando a mis 3 acompañantes.

—¡Perfecto! Pero como apenas tienes experiencia de combate… Yo iré contigo, además de Dia y Ruby.

—Y-ya sé que ayer r-reaccioné de malas maneras, Pablo. ¡P-perdona a Ruby, por favor! N-no quería ofenderte n-ni nada, es solo que Ruby estaba teniendo ayer un mal día. —Por primera vez sonrió. Adorable cuanto menos— Iré contigo para rescatar a Hanamaru.

Aquellas palabras eran música para mis oídos. (No literalmente, pero sí, ya sabes…)

—Que poco ha durado… —Articulé con los labios, aliviado. Si lo hubiese dicho en voz alta Ruby me habría… —Es decir. Muchas gracias. Pensé que…

—¿Sí?

“Cuidao, cuidao…”, pensé con la voz de José Mota (no preguntéis). “Danger. Danger”.

—Nada, nada.

—Vale. T-tan solo no decepciones a Ruby en esta misión y salva a mi amiga Hanamaru. La echo mucho de menos… Y tengo mucho miedo… —Su sonrisilla se esfumó, y otra vez estaban siendo estimuladas sus glándulas lagrimales.

Su hermana mayor la abrazó para consolarla otra vez.

—Todo saldrá bien. Pablo no nos decepcionará, Ruby.

—Eso… Eso espero… —Así se calmó definitivamente.

—Hablando de tí, comandante… —Dijo Dia— No sólo nos harías un gran favor a todas las presentes, sino también a las que todavía no han llegado al CrossWorld. No nos decepciones, por el bien de las Aqours y las µ's.

—Y así lo haré. Lo juro.

—Bien. Ahora preparémonos… —Anunció Saki mientras sacaba de una cajón sendas bolsas de aperitivos— E id comiendo estos snacks. Aunque no muchos, chicas.

Que cosas, ¿no? Fuimos comiendo las patatas fritas y el resto de guarniciones. Nozomi se quedó observando un nacho.

—Espero no engordar por esto…

—¿Pero qué dices, Nozomi? —Preguntó Sharena a la idol de µ's, molesta en cierto modo.

—Ah. Bueno, ya sabes: las chicas nos preocupamos por nuestro cuerpo… —Afirmó la chica con calma para luego “preparar” sus manos para, probablemente, apretar pechos a las chicas malas—. ¿O es que no lo sabías?

—Bah. Yo no le doy tanta importancia a eso. Además, por sólo comer un poco de esos aperitivos tampoco va a pasar nada.

—¡¿Que… Has… Dicho?!

Justo antes de que pudiera agarrar sus pechos, Saki les ordenó que parasen. He de suponer que todavía Sharena no es consciente de los aditivos que tienen ciertos alimentos del siglo XXI. Y a ver si Nozomi controla ese instinto raro.

Pasemos a cuando ya estaba todo preparado para la incursión. Habían llamado al resto de chicas de Love Live,  incluida Yoshiko para que esta abriera un portal al lugar indicado, debido a la falta de tecnología de teletransporte. Las otras: Nico, Maki, Riko y Kotori, simplemente vinieron para darnos apoyo moral.

—¡Haz que nos sintamos orgullosas de tí! ¡Haz que vuelvan de una pieza, e impolutas! —Animó Nico.

—Sí, tienes mi apoyo y todo ese rollo —Murmuró desganada Maki. Parecía comportarse de forma distinta que cuando hacía de reportera. Será por su condición de tsundere.

—Por favor, comandante. ¡Rescate a Umi-chan! —Deseó Kotori. Tenía pelo castaño claro recogido en una coleta, adorables ojos color ambarino y una voz también muy adorable, casi empalagosa. La brillante mirada que me dedicó era irresistible.

—Por el bien de las Aqours, haz que vuelvan Kanan-Chan y Hanamaru-Chan —Deseó Riko. Su larga cabellera era de un rojo oscuro, y sus ojos dorados, parecidos a los de Kotori pero de otra gama más tirando al color oro. Ah, y es de Tokio.

Tras las plegarias, puse cara de chulo y dije con voz firme…

—¡Juro por mi anime favorito no decepcionar a mis Waifus! —…aún sabiendo que había soltado algo un tanto… Inverosímil, al menos para ellas.

—Esto… ¡¿Podemos ir al grano?! Yo, Yohane, el ángel caído, no tiene todo el día para actos mundanos… —Se quejó Yoshiko poniendo voz muy grave. Sí, está tía es más rara de lo que parece. Me sorprende que hasta entonces no había manifestado ningún delirio de grandeza.

Al fin comenzó la misión. Ya una vez listos, Yoshiko hizo su trabajo y, al otro lado del portal, aparecimos los 7 en el campo. No pude evitar comparar las verdes llanuras con el paisaje de Primordia, continente de Mira en Xenoblade Chronicles X.

—Bienvenido a las Llanuras Shinsetsuhara, comandante —Anunció la directora.

—Interesante…

Llevaba enfundado un ligero traje futurista al estilo Tron Legacy. Era perfecto para mí, al menos de momento (e incluso es impermeable).

Poco después nos acercamos al helicóptero estrellado. Tras examinarlo, la conclusión fue que, milagrosamente, no había explotado ni incendiado. Dia supuso que, si no había nadie cerca, es porque los pasajeros se habían tirado en un paracaídas, que es lo suyo, pero no tenía pinta, porque… Recostada en un árbol estaba la piloto Tsubasa Mōmaku, que no parecía ser de ningún anime que conociese.

Su largo cabello era de un color castaño anaranjado. Sus ojos eran preciosos y muy interesantes: para empezar tenían heterocromía total, uno era azul y el otro dorado, y lo único que tenían en común era una franja verde alrededor de la pupila, o sea, también tenían heterocromía radial. Creía que esto último no se daba en chicas anime, aún pese a que la heterocromía total es algo incluso más común ahí que en el mundo real. En cualquier caso, no me sonaba de nada. ¿Sería una de esas “extras de la película”?

—¡Mi señora Saki! ¡Comandante! —Saludó la piloto—. Gracias por venir a rescatarme.

—¿Qué le ha pasado, Tsubasa? —Preguntó histérica Saki— ¿Dónde están las School Idols?

—Mmmmm… ¿Está usted herida, Tsubasa?

—Para mí desgracia, sí, comandante. Y para la de vosotros, una… Especie de maga de pelo negro las ha secuestrado.

—Entonces llama al Centro de Control para que usen el módulo Pathfinder, Saki —Sugirió Dia.

—Sí, enseguida.

Tras una conversación por teléfono móvil con Sara, ella y las otras comandantes localizaron a las desaparecidas con la unidad Pathfinder. Se hallaban en una cueva no muy lejos del helicóptero. Antes de partir a toda pastilla…

—Oye, no dejemos ahí tirada a Tsubasa —Dijo Mari.

—Cierto. Ojalá nos hubiésemos traído una curandera —Deseó la princesa de Askr—. Tenlo en cuenta la próxima vez, directora.

—Lo siento…

Ruby se quedó callada mientras miraba, contemplativa y preocupada, a la herida.

—Lo mejor será llamar a una ambulancia —Sugirió Nozomi.

—¿Tenéis en la INCRAN un hospital?

—No, pero sí clínicas. Y también ambulancias, pero eso tampoco debería sorprenderte.

—Do it, Saki! —Alentó Mari.

—Tienes razón. Ahora mismo llamo —Volvió a coger el móvil y solicitó transporte.

A pesar de todo, no entendía el por qué de esta situación.

—Que extraño… ¿Por qué no habéis hecho todo esto antes de teletransportarnos?

—Es que la unidad Pathfinder sólo puede indicar las coordenadas de los seres humanos, no su estado —Me contestó Saki—. Ya que nos lo has dicho deberíamos mejorarlo para que esto no vuelva a pasar.

—¡Eso es! —Exclamaron las hermanas Kurosawa al unísono.

Ahora sí. Toca caminata hasta las coordenadas específicas.

—¿Todo listo, Saki? —Pregunté una vez listo.

—Sí. ¡Adelante chicas! —Exclamó a sus tropas. Luego me susurró— Aunque… Según Sara, todo apunta a que es una trampa… ¿Sabes, Pablo? Habrá que andarse con ojo.

—Entendido.