Estuvimos caminando durante un cuarto de hora aproximadamente. Normalmente me dedico a dejar volar mi imaginación al hacerlo, pero esta vez no era tan fácil. Solía ponerme los cascos y el MP3, ponía una canción, daba garbeos por la casa y, dependiendo de la situación, creaba en mi mente una situación acorde al tema. Sobretodo imaginaba combates protagonizados por mí y por las chicas que más me gustaban de la temporada (bueno, también algún chico, como las versiones masculinas de Corrin y Daraen). Si no me falla la memoria, antes de acceder al CrossWorld me gustaba imaginar combates con las chicas de de Fire Emblem… Y las de Love Live, pese a que ellas precisamente no luchan. Pero ahora que las conozco en persona… No es lo mismo, porque ahora son personas reales. Así que, ni aún con música, no merece mucho la pena tratar de crear historias y/o fantasías… Así que en su lugar hacía algo que normalmente no hago cuando salía con amigos (que eran poquísimas): charlar con mis compañeras.
—Comandante. ¿Sabes cuál podría ser la enemiga a la que nos enfrentamos? —Me preguntó Saki.
—Decía esa tal Tsubasa que tenía pelo negro, ¿no?
—Sí.
Estaba pensando en Tharja cuando me acordé del hechizo que usó. Excalibur. Normalmente sería usado por Merric, mago de Fire Emblem Shadow Dragon / Mystery of the Emblem, pero el caso es que su otra portadora es…
—¡Claro! Es Sonya, hechicera de Fire Emblem Echoes Shadows of Valentia.
—¿Qué? —Dijeron todas las chicas al unísono menos la directora. Incluso me sorprendió que lo dijera Sharena.
—¿Qué pasa? (…) Ah, ya sé. Quería decir que era del continente de Valentia, aunque… ¿Era de Zofia o de Rigel?
Mi pregunta le sonaba a chino a Mari.
—I don't know. No sé nada del tema.
—¿Sharena? —Pregunté.
Siendo la única de la saga Fire Emblem del grupo, lo más sensato era pregúntaselo a ella. La chica se quedó pensativa.
—Pues… Ah, ya. Esa… Sí, la del final de la Tormenta esa, la Reunión Inesperada. Y era del Mundo de Sombra, al igual que Delthea o Celica.
—Exacto. Pero no tendría que ser mala. ¿No se suponía que estaba en contra de su padre? Este… —No conseguí acordarme del nombre.
—Ya sabes más que yo, Pablo. Y no me sorprende, sin ofender.
—No pasa nada, te entiendo.
Al poco tiempo llegamos a las coordenadas en las que se ocultaba Sonya, supuestamente. Saki nos ordenó sacar nuestras armas y avanzar con sigilo, de lo contrario estaríamos a merced de una emboscada.
Avanzamos en fila india. Pasito a p… No, que odio esa canción. En su lugar inserte uno de esos temas que suenan antes de enfrentarse a los jefes en los juegos de Kirby.
El interior de la cueva no estaba tan oscuro como pensaba. Sorprendentemente, tenía un lago con cascada, pero no uno cualquiera… De sus aguas emanaba una cierta luminiscencia, nada menos. Simplemente maravilloso.
—Mmm… ¿Aguas mágicas? —Murmuró Sharena—. Me pregunto qué propiedad tendrán…
—¿Mágica? No… Supongo que serán bacterias con bioluminiscencia —Corregí.
—De un modo u otro, este lago subterráneo es… Precioso —Comentó Dia.
—Eso no lo puedo negar —Afirmé.
De repente nos interrumpió el siniestro sonido de unos tacones, amplificado por el eco causado por las paredes.
Estaba en lo cierto. Era Sonya.
Lo suyo hubiera sido que viniese una mala de Love Live pero… ¿Qué sentido tendría si no hay enemigas en ese anime? (Aunque Dia era “un poco muy mala” en Love Live Sunshine, pero está de mi lado y hasta la fecha no se ha cabreado en ningún momento conmigo, lo cual me alivia, sobretodo porque es una de mis favoritas).
—Vaya, vaya… —Dijo con una entonación digna de una mala de una película Disney como Maléfica—. Me habéis seguido la pista… Oh, qué típico. ¿Quiénes sois y qué queréis?
No sé por qué pero me hacía hasta ilusión tener un enemigo de verdad. Y en mi contra. Aunque actué como debía.
—Ve… ¡Venimos a por las chicas de Love Live!
—¿Qué dices? No sé de qué me hablas. —Dijo Sonya falsamente. Se notaba demasiado.
Entonces sus ojos violáceos se tornaron rojos, pero no como en cierto tipo de memes, sino como si irradiaran maldad de verdad. Aún así mantuvo la compostura. Saki la apuntó con sus pistolas dobles.
—Aunque sí que tengo —prosiguió la hechicera— a estas cuatro preciosidades… ¿No son adorables?
Eran las School Idols que buscábamos, pero… Les habían lavado el cerebro, y se notaba a la legua. Sus rasgos eran oscuros y los 4 pares de ojos habían perdido brillo, como si sus córneas fueran de cristal mate. Esto ya lo había visto antes en Echoes, aunque mejor no doy detalles, porque sería Spoiler.
—¡¡¡Hanamaru, no!!! —Gritó Ruby como si la hubiera perdido para siempre.
—(…)
—¿Que te han hecho, Kanan? —Preguntó cabreada Mari—.¡CONTESTA!
—(…)
—Es imposible razonar con alguien que ha perdido el habla… O incluso el alma —Afirmó Nozomi seriamente.
—¡No digas eso! —Reprocharon las dos chicas de Aqours.
A Dia le consumía su propia rabia.
—Maldita idiota… ¡¿Por qué les haces esto a mis amigas y a las otras idols?!
—No es nada personal… Pero estas pequeñas ya no están de vuestro lado, y ahora… —Sus pupilas se contrajeron— ¡Os vamos a eliminar! ¡Adelante!
De la nada aparecieron las armas que iban a usar en nuestra contra. Hanamaru y Rin tenían una espada oscura idéntica a la de Fire Emblem Echoes, Umi portaba un arco que recordaba a uno de la saga Fire Emblem llamado Skadï y Kanan un grimorio de magia oscura que no logré identificar. Salvo a la tercera, que realmente practicaba el tiro con arco en su serie, no les pegaban nada esas armas.
—Somos 7 contra 5, y creo que sé cómo podemos acabar con esto… —Deducí— ¡Juegas en desventaja, estúpida!
Sonya se quedó impasible.
—Sí, claro…
Cargué mis Orbitales Fulgor y le disparé, pero justo antes de que le alcanzase, Kanan convocó una especie de escudo que anuló mi ataque. Joder, ahora sí que tenemos problemas serios. Y por si fuera poco…
—¡Escuchad! —Exclamó Saki— Pase lo que pase, no ataqueis directamente a las chicas que debemos rescatar o morirán.
Dia estaba a punto de cargar pero se detuvo.
—Lo suponía.
—¡Hermanita! ¿Cómo te atreves? —Lloriqueó la pobre Ruby— Esto no es como cuando nos reprochabas por ser School Idols. ¡Es a vida o muerte, y no le gusta nada a Ruby!
Su respuesta le produjo un bajón a su hermana mayor.
—Tienes razón. Demasiada… Razón.
—Entonces lo único que podemos hacer es debilitarlas —Sugirió Mari.
La directora asintió. Entre tanto cargó las pistolas con la munición menos letal de la que disponía. Menos mal que había algunas estalagmitas que se podían aprovechar como cobertura. Yo por mi parte me quedé fuera de peligro durante un tiempo. No estaba dispuesto a arriesgar mi vida; en cambio, podía idear estrategias como haría Daraen.
“Sé que no es del todo correcto, pero no lo haré por mucho tiempo, y dado que Kanan es la que hace a Sonya invencible, cargaré mi lanza contra ella cuando sea menester”, pensaba.
Mari usaba su bastón Meteoestrella contra Hanamaru, con la que chocaba sus puntas contra la espada oscura, provocando chispas e incluso polvo estelar.
Dia esquivaba los flechazos de Umi con extrema soltura, debido a que no podía usar sus katanas dobles contra las jóvenes… Aunque sí para cortar flechas. Nozomi usaba sus cartas de tarot para invocar hechizos como los augures hoshidanos usan sus rollos, lo suficientemente débiles como para que no fuesen mortales, para repeler los proyectiles que lanzaba Kanan. Sharena se batía contra Rin del mismo modo que lo hacía Mari. Ruby se quedó a mi lado asustada, dejando a un lado su timidez hacia los varones como yo.
—P-Pablo. ¿Qué puedo hacer? ¡R-Ruby no quiere m-morir!
—Quédate alejada del fuego enemigo y evita que se te acerquen Hanamaru y Rin. A lo mejor puedes usar tu grimorio para mantener a raya a las espadachinas.
De momento esta estrategia funcionaba, pero mis aliadas estaban a merced de Sonya. Había que distraerla…
—¡Saki! —Ordené— ¡Distrae a Sonya!
—¡Entendido!
Era demasiado evidente que ella era la que estaba controlando las 4 mentes inocentes, lo que explicaba que Kanan invocara escudos para protegerla. Afortunadamente ignoraba a las otras idols controladas y podíamos derrotarlas sin matarlas. Quizás podríamos inmovilizarlas.
La directora saltó la estalagmita cual gimnasta salta un potro, cambió de munición en un instante y comenzó a disparar, aunque en vano, a la maga.
Ahora que todas nuestras enemigas estaban distraídas, debía pasar a la acción. Pero antes me dirigí a Ruby.
—Ruby, voy a cargar contra Kanan. Si me disparan trata de repeler cualquier ataque hacia mí. ¿Vale?
—¡Sí! —Preparó su grimorio, estilizado con líneas que dibujaban corazones en la tapa.
“Bueno. Allá voy…”
Salí de mi escondite y corrí a toda velocidad hacia mí objetivo con lanza en ristre, pero no directamente, sino desviándome para engañar a las rivales. Aún así, Sonya fue lista y trató de lanzarme su hechizo Excalibur contra mí, pero Ruby consiguió anular unos pocos intentos con unos proyectiles con forma de corazón y de color verde azulado (a juego con su color de ojos, sin duda). Con mis Orbitales también pude defenderme y esquivar algún que otro Excalibur. A la postre llegué a la posición de Kanan e hice lo posible por inmovilizarla y tirarla al suelo. Funcionó. Le quité el grimorio de sus manos y conseguí atravesarlo con mi lanza para destruirlo, mas la idol no recuperó la cordura. Sonya estalló en cólera.
—¡No! ¿Cómo osáis?
Ahora estaba a merced de nuestros ataques.
—Ahora creo que podemos… Devolver a nuestras amigas a su estado normal —Anunció Mari.
—Como diría Alm… CHARGE!!! —Grité.
Impresionada por mi hazaña, Dia cargó contra Umi y de un corte descendente destrozó su arco de tal modo que los filos no tocasen el cuerpo de la chica poseída, el cual cayó como si se hubiera desmayado. Tan solo espero que no esté…
—¡Otro problema menos! —Alegó al posar con sus katanas.
—Pero ni aún destruyendo sus armas, no hemos conseguido que se librasen del yugo de Sonya —Puntualizó Nozomi—. Habrá que librarse de esa cerda, pero antes…
Sacó una carta que contrastaba con su mazo de cartas de tarot. Era una carta mágica de Yu-Gi-Oh: el Control Mental, que usó contra Hanamaru. Eso le dió una idea a Ruby.
— No… ¡Nozomi! ¡Lleva a Hanamaru al lago luminoso! —Sus verdes ojos brillaban por el reflejo del lago en ellos— ¡Así podrá volver a ser como antes!
—¡Yo me encargo de esta bruja! —Exclamó Mari antes de cargar contra ella.
—¡Te ayudo, amiga! —Se ofreció Sharena.
—¡Dejadme algo para mí! —Me ofrecí también.
La lógica de Fire Emblem Heroes dictaría que los ataques de unidades azules a otras verdes se reducirían en un 20% a causa del efecto del Triángulo de las Armas, pero no fue así.
Antes de que pudiera lanzar un solo hechizo más, yo, Mari y Sharena cargamos nuestras lanzas y con un ataque combinado entre mis amigas y yo, la debilitamos notoriamente, como si sus PV se hubieran reducido a 0 pero sin haber muerto.
—¡Por fin nos hemos librado de esa maligna mujer! —Suspiró al fin Dia.
—Me encargaré de ajustar cuentas yo misma —Dijo Saki, que caminó hasta nuestra enemiga para luego apuntarla con una de sus pistolas, con el fin de que desactivase al fin su control mental, cosa que a Ruby le disgustó.
—Devuélvenos a nuestras amigas. ¡Ahora! —Ordenó fríamente.
La maga negó con la cabeza.
De repente, cuando menos se lo esperaba, Rin trató de atacar a Saki por la espalda, pero yo fui más avispado y bloqueé su espada oscura. Pero mis brazos se estaban cansando muchísimo.
—¿Cómo… Puedes tener tanta fuerza, Rin?
—(…)
—¡Un poco de ayuda, chicas! ¡Por favor!
Las otras chicas excepto Nozomi, que a duras penas controlaba a Hanamaru con su carta (por eso todavía no ha conseguido hundirla en el lago), me prestaron su fuerza, pero Rin, quizás por algún poder oscuro de Sonya, era tan fuerte que ni 6 personas podían hacerle frente.
—No… Tengo elección… —Dijo Nozomi apenada. Parecía que estaba a punto de hacer un sacrificio.
Hanamaru, controlada por la idol practicante de magia, estaba a sólo 2 pasos de esa poderosa Rin, y por acción de su controladora, consiguió acertar un golpe con la espada oscura, y cayó al suelo. Tan solo deseé que no se tratara de un golpe mortal.
—Ahora sí que estás acabada, Sonya —Dijo Saki triunfante sin dejar de apuntarla con la pistola en mano.
—¡Ni hablar! Probablemente habréis deducido que este lago podrá neutralizar mis poderes. Pero eso lo sabía, y para evitar que me venciérais creé un campo de fuerza.
Saki no se inmutó.
—Esto ha acabado en Jaque Mate para tí. ¡Desactívalo ahora!
—(…) Está bien… —Y el campo de fuerza invisible se hizo añicos.
Ya con sus últimas fuerzas, Nozomi consiguió que Hanamaru se metiera en el lago, y dentro de él la chica recuperó su conciencia; sin embargo, por desgracia para su nueva controladora, se desmayó del esfuerzo.
Por otro lado estaba equivocado: esa agua, por algún motivo que escapaba a la Ciencia, conseguía anular todo tipo de control mental.
—¿Eh? ¿Qué hago aquí, Zura?
Hanamaru tenía el pelo de color castaño claro y ligeramente largo. Sus ojos eran dorados, parecidos a los de Riko. Era también bastante adorable (o kawaii) al igual que su mejor amiga Ruby, incluso medían casi lo mismo.
—¡Hanamaru! ¡Qué contenta está Ruby de que hayas vuelto a ser mi amiga!
—¡Sí!
La chica estaba a punto de salir del lago cuando le ordené que se quedara dentro hasta que solucionásemos lo de Sonya. ¿Y qué mejor que lanzarla también al lago?
—¡Disfruta de este chapuzón! —Bromeó Mari mientras sujetaba junto conmigo a Sonya para hundirla en sus aguas.
—¡¡¡Nooooo!!! ¡La próxima vez…! Glglglg…
Poco después hicimos lo mismo con las idols restantes, que también volvieron a ser lo que eran, aunque Rin salió herida después del corte.
Y no sólo ellas…
Sonya, tras salir a respirar, volvía a ser la de antes. Sus ojos volvían a ser violáceos, y no tenían mirada de asesina.
—¿Dónde estoy? —Dijo. Parece que había acumulado maldad y ahora el lago subterráneo lo había eliminado.
—Decías que estabas a punto de tomar nuestro control, —Respondió Umi— pero después de eso no recuerdo nada hasta este mismo momento.
Umi tenía un largo cabello de color añil y grandes ojos color miel, diríase entre el dorado y el marrón.
—Nunca pensé… Que pudiera… ¡Ay! …ser eso cierto —Comentó Rin, un poco angustiada por su herida.
El pelo de Rin era corto y de color naranja. Sus ojos eran de un color parecido a los de Mari: entre verde y dorado, pero los suyos tiraban más hacia el dorado. A pesar del color de sus ojos, por alguna razón desconocida no me atraía mucho, pero no puedo negar que tiene encanto.
Quizás a estas féminas les resultase molesto estar empapadas (yo me alegraba de no estar en su lugar porque detesto mojarme con ropa, como dije anteriormente), salvo para Kanan, a la que le encanta sobre maneras nadar, y encima llevaba escafandra.
—¡Jamás había nadado en unas aguas parecidas! —Comentó— ¡El mejor despertar de mi vida!
Tenía un cierto parecido con Fir de Fire Emblem The Binding Blade. Tanto su pelo con coleta (más liso con respecto a esa espadachina) como sus ojos eran violáceos.
—Bien, salid todas del agua. Os llevaremos a la INCRAN. —Anunció Saki mientras pedía por teléfono móvil un móvil helicóptero.
—¿La INCRAN? —Repitió Umi.
—Instituto de Crossovers de Anime —Expliqué.
—Ah, claro. Ya lo sabía, tan solo no me había quedado con la copla.
Nozomi seguía desmayada. Pobre…
—¿Creéis que se recuperará? —Pregunté.
—Sure! —Me respondió Mari— En la clínica se recuperará, al igual que Rin.
—Eso espero.
Mientras salíamos de la cueva, incluída Sonya, que había vuelto a sus cabales, Saki me felicitó por el éxito de nuestra misión.
—Has estado genial, comandante. Estoy muy orgullosa de tí. Quizás aún sigues un poco verde en el arte del combate, pero tienes buenas dotes de estrategia. Seguro que Daraen lo reconocerá.
—¡Gracias! Tú y todas vosotras habéis estado genial, también. Aunque…
—¿Sí?
—…quizás no os haya protegido como es debido.
—¿Qué? No, ni tú nos proteges ni nosotros te protegemos a tí. En realidad nos protegemos los unos a los otros.
—Sabias palabras.
—¡Gracias… Pablo! —Se sonrojó un poco.
Al cabo de unos pocos minutos, volábamos las Llanuras Shinsetsuhara en helicóptero para volver, exitosamente, a nuestro cuartel general.
—Wow, zura! ¡Esto es el futuro del transporte! —Gritó Hanamaru.