miércoles, 6 de septiembre de 2017

Harem Crossover no Kōkō | Capítulo 8 - Rescate de School Idols (Parte 1)

Helicóptero #62 de la INCRAN, sobrevolando las Llanuras Shinsetsuhara

-Kanan: Y… ¿Adónde nos lleváis?

-Piloto: A nuestra base, la INCRAN, o sea, Instituto de Crossovers de Anime. No hay otra alternativa, porque en este mundo somos las únicas supervivientes.

-Umi: ¿A qué viene este vuelco que han dado nuestras vidas? ¿Qué les ha pasado al resto de nuestras amigas?

-Piloto: Tranquilas, algunas de vuestras compañeras ya han llegado ahí adonde vamos.

-Umi: ¿En serio? Ojalá estén Honoka y Kotori…

-Kanan: A ver si está Mari-san… Y el resto.

-Hanamaru: Oh, Ruby-chan… ¿Estarás allí, zura?

-Rin: Hanayo-chan… Allá voy, amiga mía.

-Piloto: …pero no están todas. No quisiera ser una mala influencia, pero no os hagáis tantas ilusiones.

-Umi: Ay… (Se queda de brazos cruzados)

Unos minutos después… El helicóptero fue atacado por magia de viento.

-Piloto: ¡Arg! Mayday! Mayday! ¡Hemos sido atacadas por una violenta corriente de viento!

-Todas las chicas: ¡¡¡Aaaaaaaaaaaah!!!

***

Justo antes de la comida todas las pantallas se campus emitieron una especie de informativo interno de la INCRAN presentado por Maki.

—Buenas tardes a toda la INCRAN, aquí Maki Nishikino informando con una noticia de última hora —La idol mantenía un semblante serio—. Acorde al último informe de rescate emitido en nuestras instalaciones, se ha perdido la conexión entre el Centro de Control y el helicóptero que hoy tenía que rescatar a las supervivientes de la última Tormenta Estelar. Según los testimonios de la piloto, Tsubasa Mōmaku, han sido atacadas mediante magia de viento, que más tarde nuestras magas lo han identificado como el hechizo Excalibur. Las supervivientes que han encontrado eran Kanan Matsuura, Umi Sonoda, Hanamaru Kunikida y Rin Hoshizora, todas de Love Live (mi Universo). Las coordenadas se conocen, así que se enviará un equipo de rescate humano. Ah, y si estás viendo esta emisión, comandante Pablo, ya sabes que vas a ir a por ellas sí o sí. Y eso es todo. Que os vaya bien en todo —bajo el volumen de su voz—. Espero que hayan sobrevivido…

Tras mi primera visita al Centro de Control, ya estaba en las puertas del hotel reunido con mis amigas Mari, Nozomi y Sharena. Los rumores se extendieron por todo el territorio tras la emisión (y yo mientras estaba sorprendido por la forma en la que Maki me había mencionado). Al otro lado de la sala oí a Ruby llorar por Hanamaru, mientras su hermana corría detrás de mí para consolarla. Y esa pequeña no era la única.

—Kanan… ¡Kanan! —Gritó Mari a mi izquierda para luego agarrarme los hombros y sacudirme tan fuerte que consiguió que mi cuerpo pareciera hecho de gelatina—. ¡Pablo, es ELLA! ¡Tenemos que rescatarla ahora mismo junto con las demás!

—Por supuesto… —Puse cara de preocupación—. Solo qué…

—Supongo que te preocupa el tema de combate.

—Sí.

—But… ¡Ya sabes manejar esos Orbitales tan chulos, por lo menos! Da igual que no seas tan bueno con la lanza. Con el tiempo mejorarás en todos los aspectos —Me dió una palmadita en la espalda—. ¡Ánimo, dude!

Mari supo cómo subirme la moral.

—¡Está bien! ¡Combatiré como un valiente! —Exclamé.

—¡Así se habla! —Alentó mi amiga con ojos encendidos… Literalmente. Sí, pude ver el fuego en sus ojos. (Pretty good)

Nozomi y Sharena se quedaron perplejas. Se intercambiaron miradas, incluso.

—Y… ¿Cuándo vamos a partir? —Preguntó Sharena.

—¡Ahora! —Sugirió la idol de Aqours.

Nozomi no estuvo tan convencida.

—A ver, a ver. ¿Cómo vais a arriesgaros vuestras vidas… Con el estómago vacío?

—¡Tienes razón, Nozomi! —Confirmó Sharena—. No vaya a ser que nos quedemos sin energías.

Mi estómago estuvo de acuerdo. Tenía tanta hambre que acepté las condiciones sin pensármelo 2 veces, como casi todo el mundo hace ante la lectura de las condiciones de uso de juegos y servicios. Mari, en cambio, rechistó mientras pillábamos sitio en la cafetería. Sé que esas 4 chicas podrían estar en peligro, pero entonces… Claro, ¿por qué no se me había ocurrido antes?

“Oh, no. ¿Qué estoy diciendo? No es un buen momento para quedarnos de brazos cruzados. Podrían estar heridas o en peligro”, pensé.

—Esto, chicas. (…) ¿Acaso sabemos si Kanan y todas las demás siguen de una pieza? ¿Por qué no…?

Un aviso por megafonía me interrumpió la pregunta. Era la voz de Sara.

—Aviso de misión inminente. Comandante Pablo, preséntese inmediatamente en la Sala de Misiones. Ah, y no te preocupes por la comida, porque tenemos aquí snacks para llenar el buche antes de entrar en acción.

Tras esa última frase, todas las chicas del comedor (y probablemente de TODO el campus) se partieron de risa. Gods! ¡Qué vergüenza! Tanta que esta vez no se me ocurre ningún buen símil para la ocasión. Aunque menos mal que no fue para tanto, he pasado por cosas peores.

Una vez me llevaron mis amigas a la Sala de Misiones, la cuales se molestaron durante el camino en recomponerme la moral, pillé un sitio y más tarde se acercaron Saki, Sara, Dia y… Ruby. La directora fue la primera en hablar.

—Bienvenido a la Sala de Misiones, Pablo. Sentimos haberte hecho perder un almuerzo en condiciones y haber pasado por esa vergonzosa situación…

—¡Eh! —Protestó la lugarteniente— ¡Fue idea de Anna, no mía!

—Sara, ahora no hay tiempo. Esto es muy importante y no podemos perder más tiempo del necesario.

—En eso tienes razón. Perdone usted.

—Vayamos al grano —Revisó un informe momentáneamente—. Maki Nishikino ya ha dicho todos los detalles en el informativo, ya solo falta que tengas un equipo y…

—Here we are! —Exclamó Mari.

Saki se quedó mirando a mis 3 acompañantes.

—¡Perfecto! Pero como apenas tienes experiencia de combate… Yo iré contigo, además de Dia y Ruby.

—Y-ya sé que ayer r-reaccioné de malas maneras, Pablo. ¡P-perdona a Ruby, por favor! N-no quería ofenderte n-ni nada, es solo que Ruby estaba teniendo ayer un mal día. —Por primera vez sonrió. Adorable cuanto menos— Iré contigo para rescatar a Hanamaru.

Aquellas palabras eran música para mis oídos. (No literalmente, pero sí, ya sabes…)

—Que poco ha durado… —Articulé con los labios, aliviado. Si lo hubiese dicho en voz alta Ruby me habría… —Es decir. Muchas gracias. Pensé que…

—¿Sí?

“Cuidao, cuidao…”, pensé con la voz de José Mota (no preguntéis). “Danger. Danger”.

—Nada, nada.

—Vale. T-tan solo no decepciones a Ruby en esta misión y salva a mi amiga Hanamaru. La echo mucho de menos… Y tengo mucho miedo… —Su sonrisilla se esfumó, y otra vez estaban siendo estimuladas sus glándulas lagrimales.

Su hermana mayor la abrazó para consolarla otra vez.

—Todo saldrá bien. Pablo no nos decepcionará, Ruby.

—Eso… Eso espero… —Así se calmó definitivamente.

—Hablando de tí, comandante… —Dijo Dia— No sólo nos harías un gran favor a todas las presentes, sino también a las que todavía no han llegado al CrossWorld. No nos decepciones, por el bien de las Aqours y las µ's.

—Y así lo haré. Lo juro.

—Bien. Ahora preparémonos… —Anunció Saki mientras sacaba de una cajón sendas bolsas de aperitivos— E id comiendo estos snacks. Aunque no muchos, chicas.

Que cosas, ¿no? Fuimos comiendo las patatas fritas y el resto de guarniciones. Nozomi se quedó observando un nacho.

—Espero no engordar por esto…

—¿Pero qué dices, Nozomi? —Preguntó Sharena a la idol de µ's, molesta en cierto modo.

—Ah. Bueno, ya sabes: las chicas nos preocupamos por nuestro cuerpo… —Afirmó la chica con calma para luego “preparar” sus manos para, probablemente, apretar pechos a las chicas malas—. ¿O es que no lo sabías?

—Bah. Yo no le doy tanta importancia a eso. Además, por sólo comer un poco de esos aperitivos tampoco va a pasar nada.

—¡¿Que… Has… Dicho?!

Justo antes de que pudiera agarrar sus pechos, Saki les ordenó que parasen. He de suponer que todavía Sharena no es consciente de los aditivos que tienen ciertos alimentos del siglo XXI. Y a ver si Nozomi controla ese instinto raro.

Pasemos a cuando ya estaba todo preparado para la incursión. Habían llamado al resto de chicas de Love Live,  incluida Yoshiko para que esta abriera un portal al lugar indicado, debido a la falta de tecnología de teletransporte. Las otras: Nico, Maki, Riko y Kotori, simplemente vinieron para darnos apoyo moral.

—¡Haz que nos sintamos orgullosas de tí! ¡Haz que vuelvan de una pieza, e impolutas! —Animó Nico.

—Sí, tienes mi apoyo y todo ese rollo —Murmuró desganada Maki. Parecía comportarse de forma distinta que cuando hacía de reportera. Será por su condición de tsundere.

—Por favor, comandante. ¡Rescate a Umi-chan! —Deseó Kotori. Tenía pelo castaño claro recogido en una coleta, adorables ojos color ambarino y una voz también muy adorable, casi empalagosa. La brillante mirada que me dedicó era irresistible.

—Por el bien de las Aqours, haz que vuelvan Kanan-Chan y Hanamaru-Chan —Deseó Riko. Su larga cabellera era de un rojo oscuro, y sus ojos dorados, parecidos a los de Kotori pero de otra gama más tirando al color oro. Ah, y es de Tokio.

Tras las plegarias, puse cara de chulo y dije con voz firme…

—¡Juro por mi anime favorito no decepcionar a mis Waifus! —…aún sabiendo que había soltado algo un tanto… Inverosímil, al menos para ellas.

—Esto… ¡¿Podemos ir al grano?! Yo, Yohane, el ángel caído, no tiene todo el día para actos mundanos… —Se quejó Yoshiko poniendo voz muy grave. Sí, está tía es más rara de lo que parece. Me sorprende que hasta entonces no había manifestado ningún delirio de grandeza.

Al fin comenzó la misión. Ya una vez listos, Yoshiko hizo su trabajo y, al otro lado del portal, aparecimos los 7 en el campo. No pude evitar comparar las verdes llanuras con el paisaje de Primordia, continente de Mira en Xenoblade Chronicles X.

—Bienvenido a las Llanuras Shinsetsuhara, comandante —Anunció la directora.

—Interesante…

Llevaba enfundado un ligero traje futurista al estilo Tron Legacy. Era perfecto para mí, al menos de momento (e incluso es impermeable).

Poco después nos acercamos al helicóptero estrellado. Tras examinarlo, la conclusión fue que, milagrosamente, no había explotado ni incendiado. Dia supuso que, si no había nadie cerca, es porque los pasajeros se habían tirado en un paracaídas, que es lo suyo, pero no tenía pinta, porque… Recostada en un árbol estaba la piloto Tsubasa Mōmaku, que no parecía ser de ningún anime que conociese.

Su largo cabello era de un color castaño anaranjado. Sus ojos eran preciosos y muy interesantes: para empezar tenían heterocromía total, uno era azul y el otro dorado, y lo único que tenían en común era una franja verde alrededor de la pupila, o sea, también tenían heterocromía radial. Creía que esto último no se daba en chicas anime, aún pese a que la heterocromía total es algo incluso más común ahí que en el mundo real. En cualquier caso, no me sonaba de nada. ¿Sería una de esas “extras de la película”?

—¡Mi señora Saki! ¡Comandante! —Saludó la piloto—. Gracias por venir a rescatarme.

—¿Qué le ha pasado, Tsubasa? —Preguntó histérica Saki— ¿Dónde están las School Idols?

—Mmmmm… ¿Está usted herida, Tsubasa?

—Para mí desgracia, sí, comandante. Y para la de vosotros, una… Especie de maga de pelo negro las ha secuestrado.

—Entonces llama al Centro de Control para que usen el módulo Pathfinder, Saki —Sugirió Dia.

—Sí, enseguida.

Tras una conversación por teléfono móvil con Sara, ella y las otras comandantes localizaron a las desaparecidas con la unidad Pathfinder. Se hallaban en una cueva no muy lejos del helicóptero. Antes de partir a toda pastilla…

—Oye, no dejemos ahí tirada a Tsubasa —Dijo Mari.

—Cierto. Ojalá nos hubiésemos traído una curandera —Deseó la princesa de Askr—. Tenlo en cuenta la próxima vez, directora.

—Lo siento…

Ruby se quedó callada mientras miraba, contemplativa y preocupada, a la herida.

—Lo mejor será llamar a una ambulancia —Sugirió Nozomi.

—¿Tenéis en la INCRAN un hospital?

—No, pero sí clínicas. Y también ambulancias, pero eso tampoco debería sorprenderte.

—Do it, Saki! —Alentó Mari.

—Tienes razón. Ahora mismo llamo —Volvió a coger el móvil y solicitó transporte.

A pesar de todo, no entendía el por qué de esta situación.

—Que extraño… ¿Por qué no habéis hecho todo esto antes de teletransportarnos?

—Es que la unidad Pathfinder sólo puede indicar las coordenadas de los seres humanos, no su estado —Me contestó Saki—. Ya que nos lo has dicho deberíamos mejorarlo para que esto no vuelva a pasar.

—¡Eso es! —Exclamaron las hermanas Kurosawa al unísono.

Ahora sí. Toca caminata hasta las coordenadas específicas.

—¿Todo listo, Saki? —Pregunté una vez listo.

—Sí. ¡Adelante chicas! —Exclamó a sus tropas. Luego me susurró— Aunque… Según Sara, todo apunta a que es una trampa… ¿Sabes, Pablo? Habrá que andarse con ojo.

—Entendido.

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