Parece que he descrito bien la batalla contra una malvada Sonya, cuya maldad fue curada con las fosforescentes aguas que había en la cueva donde tuvo lugar. Quiero decir, como dice el dicho “una imagen vale más que mil palabras”, habría sido más fácil reproducir una batalla en vídeo que por palabras, aunque, claro, esta producción se está llevando a cabo en formato novela y no en formato de película/serie anime. Pero, bueno, todo ha salido bien. En próximos episodios describiré otras épicas batallas, pero ahora centrémonos en los próximos acontecimientos.
Caía la tarde y ya habíamos bajado del helicóptero, donde unas pocas enfermeras y curanderas se llevaron a Nozomi, desmayada tras usar la carta mágica de Yu-Gi-Oh de Control Mental; y Rin, herida por Hanamaru bajo el yugo de Nozomi, usado para salvar a Saki de una emboscada. A estas alturas Tsubasa Mōmaku ya estaría hospitalizada y siendo tratada.
Yo no sabía qué hacer después de mi primera y exitosa misión.
—¿Cuáles son tus órdenes, Saki?
—Mmmm… Acércate más tarde a la clínica y luego recibirás instrucciones. Ahora tengo que reunirme con las nuevas estudiantes.
—Entendido.
Me apetecía irme con Mari, pero cuando se lo pregunté, tenía otros planes en mente.
—Verás… Hace ya mucho tiempo que Kanan y yo no nos veíamos y… Me gustaría poder hacer cosas juntas nosotras dos. ¿Es mucho pedir?
—Sí, tengo que conocer este nuevo instituto a fondo, y sobretodo quiero ver la zona de piscinas —Dijo Kanan.
—Está bien. Pero… Esto… Bueno. Haced lo que os plazca lo que queda de día. Entiendo vuestra postura.
—Muy bien. Nos vemos a la hora de cenar —Mari me guiñó un ojo.
—Vale, chao.
Mientras se iban, Hanamaru y Ruby se pararon detrás de mí.
—Hey, Pablo. Puedes acompañarnos si quieres, zura —Dijo Hanamaru.
—E-es nuestro pequeño gesto de gratitud por haber salvado a Hanamaru —Concretó Ruby.
—Oh… Gracias, chicas. Pero, Ruby… Digo, Ruby-chan, ¿no eras tan tímida con…?
—Contigo no. Ruby ya confía en tí, Pablo. Quizás no del todo, pero me has hecho un gran favor y… Ruby querría devolvértelo de algún modo.
—Vaya… Muy bien.
Por esta vez he sido adivino: vaticiné que me ganaría la confianza de Ruby si salvaba a Hanamaru, y así ha sido. Mientras pensaba en ello sonaron los altavoces. Era, una vez más, Sara.
—Atención. Que las nuevas integrantes de la INCRAN, Umi Sonoda, Hanamaru Kunikida, Kanan Matsuura y Rin Hoshizora… (…) Ah, y también Sonya… (…)(¿Qué? ¿No tiene apellido? No me acordaba.)… Se presenten en la sala de reuniones del Aulario —Ni me dí cuenta de que Sara había pasado por alto que Rin estaba herida por momentos.
—¡Zura! Esto es… ¡Nuevo! ¡Es el futuro de la comunicación! —Exclamó Hanamaru.
“Ni que fueses un personaje de Fire Emblem que jamás ha estado en contacto con tecnología”, murmuré a mí mismo.
—¿Te apasiona la tecnología?
—No es eso. Hanamaru vive en una casa sin tecnología, y cualquier cosa de ese tipo le asombra —Me contestó Ruby.
—No lo sabía.
—¿Pero no lo sabías todo sobre nosotras?
—Bueno… Nunca me he visto vuestro anime… —Creía que acababa de soltar una perogrullada— Digo, esto…
—Ah, ya veo —Parece que sabe de lo que hablo—. Deberías verlo, si tanto te gusta Love Live. Así podrás conocernos mejor.
Para la amiga de la pelirroja el término “anime” le era totalmente nuevo.
—¿Anime?
—Ya te explicará Ruby más tarde. Ahora hay que ir a la charla.
—Vamos, pues… —Dije.
Acompañé a las chicas a la sala de reuniones. Sabía que no podía entrar, mas pude despedirme de ellas antes de que empezase.
“Bueno, estoy solo. No sé dónde se ha metido Sharena…”
—¡Pablete! Aquí estoy.
—Vaya, mira tú por donde…
Sharena me alcanzó rápidamente.
—Hola otra vez. Y perdona, es que tenía que ir al baño. Pero es igual. ¡Hemos completado nuestra primera misión juntos y hay que celebrarlo!
—¡Sí! ¿Qué me propones?
—Bueno… A ver si esta vez me dejan hacer una fiesta. Es que a veces me ponen pegas por montarlas, ¿sabes?
—Que extraño, ¿no? Pero ahora estoy bastante cansado para fiestas —Esto que acababa de decir le desilusionó un poco—. En su lugar me han dicho que vaya a ver anime para conocer mejor a algunas de las chicas de la INCRAN, pero…
—¿Sí?
—Me da… Corte escuchar idiomas extranjeros.
—¿En serio? Pues nunca hemos tenido ese problema en los mundos de Fire Emblem. Todos hablábamos el mismo idioma pese a las procedencias de la gente.
—Lo sé. Bueno, y ahora las chicas de Love Live están todas ocupadas y…
—Pero… No quiero parecer molesta, mas… ¿Tanto te gustan esas Idols?
—Sí, son muy guapas todas… Y si viese su anime se convertiría en mi favorito.
—Ah. Pero dijiste que directamente era tu anime favorito, ¿no?
—Anda, es verdad. ¿Entonces sabes lo que es el anime?
—Sí, llevo aquí un tiempo, ¿sabes? Y bueno, creo que deberías tratar de superar esa resistencia, aunque parece que no tiene pinta de poder hacerlo, así que te ayudaré encantada.
—¿En serio? ¡Gracias!
—Te diré una cosa: en verdad también tengo curiosidad por conocer más a fondo a toda la pesca. Pero antes demos una vueltecilla por el campus y ya nos ponemos.
—Como desees.
—Te presentaré a otras chicas de mi Universo, si quieres.
—¡Genial!
Salimos del Aulario y Sharena acabó guiándome a la cafetería del hotel.
—Ah, genial. Me pediré un batido de chocolate.
La princesa de Askr asintió con una sonrisilla.
No había mucho que destacar ahí dentro. Todavía no estaban las bandejas de la cena y había muy poca gente. Las únicas maids disponibles, Rem y Ram, estaban ocupadas con sus móviles. (Mmm… ¿En Re:Zero hay tecnología del siglo XXI? No estoy seguro, tendré que verme la serie para comprobarlo.) Nos sentamos y Sharena, por primera vez en lo que llevo en la INCRAN, sacó un móvil. A pesar de todo lo que había visto en las últimas 24 horas, este tipo de cosas todavía seguían sorprendiéndome.
—¿Quieres que llame a alguien en particular? —Me preguntó.
—Mmm… ¿Qué tal Elise? —Propuse— Y… También Sanaki. Y… ¿Priscilla está?
—Claro.
—Pues creo que con eso de momento irá bien.
—Si se te ocurre algo más dímelo.
—Bueno… Ya veré.
Mientras usaba WhatsApp, o Telegram, o yo que sé qué app usa aquí la peña para hablar, Rem se acercó a fin de tomar mi pedido.
—¡Hola, comandante! ¿Qué desea?
Rem y Ram eran idénticas, vamos, diríase que son gemelas. Tenían el mismo peinado, que lo comparo con el de Setsuna de Fire Emblem Fates. Rem tenía pelo y ojos azules, mientras que Ram los tenía rosados. A veces me costaba distinguir una de otra, pero creo que no me he equivocado.
—Un batido de chocolate.
—¡Enseguida, señor!
—Y una cosa más… ¿No tengo que pagarte?
—Que va. Siendo auto-productivos, en la INCRAN toda la comida es gratis mientras no se excedan límites… —Se quedó mirando la puerta. Alguien debía estar entrando, qué rápido han llegado— Y hablando de límites…
Entraron en escena no sólo Elise, sino Effie, que es, junto con Arthur, vasalla de la jovencita princesa nohria. Se sentaron enseguida.
—Hola Sharena. Y… ¡Hola Pablo! —Me saludó muy sonriente. Que mona— ¡No podía esperar más para conocerte! Camilla me dijo que te sentaste con ella y me habló de tí. También te ví hablando con Titania y Mari en el entrenamiento.
Su pelo era rubio con un par de largas coletas con mechas moradas. Sus grandes ojos eran de color púrpura y brillantes, como amatistas. Su estatura era comparable con la de Ruby.
—Encantado, Elise. Ah, y te acompaña Effie.
—Anda… —Tenía una voz bastante grave— Saludos comandante Pablo. Me halaga que me conozcas.
Effie parecía una gigante (sin ánimo de ofender) comparada con la princesa a la que servía. Tenía pelo color crema, casi blanco, y con un moño. Los ojos, más pequeños que con respecto a los de Elise, eran verdes, lo cual hizo que, en su momento, se convirtiera automáticamente en la chica con la que me casé en mi primera partida de Fire Emblem Fates. Sin su armadura (puesto que es de clase Caballero o Soldado Blindado), por alguna razón me recordaba a la entrenadora de Wii Fit.
—Es que Pablo nos conoce a prácticamente todas —Dijo Elise—. ¿No te acuerdas, Effie?
—No es eso, es que nunca me había sentido como… Ya sabes, si fuera famosa.
—Aaaaaaah. Ya veo. —La joven se volvió hacia mí—. Y bueno, ¿Qué te cuentas? ¿Qué tal tu primer día en la INCRAN?
—Ah, muy bien. He conocido a personas (o mejor personajes) que de otro modo jamás me habría encontrado en persona. Y no podría estar más orgulloso de haber llegado al CrossWorld, aún pese a las circunstancias.
—Ya… En Nohr tuvimos muchos problemas y combates contra Hoshido. Pero aquí y ahora nuestras diferencias se han esfumado, ¡y ahora soy amiga de Sakura, Hinoka y las demás! ¡Y también de otras personas de otros mundos!
—Mmm… ¿Eres de Conquista?
—¿Qué?
—Ah, no. Supongo que… Aún te cuesta acostumbrarte al siglo XXI, ¿no?
—¿Te refieres a la “tecnología”? ¡Es el tipo de magia más alucinante que he visto!
Entendía que la chica tuviera esa visión de los avances tecnológicos, pero para mí era un pelín… Ridículo. Aunque disimulé mi extrañeza.
—Si tú lo dices…
—A mi me gustan estos avances —Comentó Effie—. Con esas máquinas de la oficina militar he podido entrenarme como nunca. Y además cuento con un nutricionista “Online” que me guía para comer correctamente y ganar más fuerza.
—Me alegra que os guste la tecnología.
—¡Siiiii! —Exclamó Elise.
—Y yo me alegro de que hayamos hecho todos buenas migas —Añadió Sharena.
—¡También!
—A mí me caéis bien todas vosotras —Dije—. La única excepción es Clarisse.
—Ah, ya… —Murmuró la princesa Nohria.
—Lo siento por tí y por lo que le ocurrió a Nozomi, Pablo —Se disculpó Effie.
—Ya, no sé cómo es que es aliada nuestra. Cuesta creerlo…
Nos quedamos charlando los cuatro un rato, mientras bebía mi batido, y también nos pedimos galletas de chocolate para merendar. Effie no se pasó comiendo. A la postre no vinieron ni Sanaki ni Priscilla, ni siquiera Sharena supo el por qué, aparte de que no recibieron sus mensajes. Media hora después me avisaron para acudir al centro médico, no sin antes despedirme de las 3 chicas (Sharena no podía acceder allí).
El centro médico estaba muy cerca de la entrada de la INCRAN, y contaba con atajos hacia el helipuerto. No hay mucho que destacar. Una vez entré me recibieron Saki y Maki (curioso juego de palabras, ¿eh?).
—Ya estoy aquí, Saki. Ah, y hola otra vez Maki.
—¡Hola comandante! ¿Ya estás listo? —Me preguntó Saki.
—Sí, pero… ¿Para qué?
—Es simplemente para una visita guiada por estas instalaciones —Concretó Maki—. Después de esto puedes retirarte para lo que queda de día. Es simplemente para enseñarte unas cosillas.
Mientras me llevaban por un corto pasillo, pregunté a Maki.
—Bien. Y Maki, si se me permite la pregunta… ¿Cómo es que estás en todo?
Me miró extrañada y, tras asimilar mi pregunta, dijo en japonés:
—Nanisore? (…) Imi wakannai.
—What???
—He dicho: ¿Qué dices? No te entiendo.
—¿Y por qué…? ¡Ah! Es tu frase más célebre, ostras.
—Sí… Pero ve al grano, anda.
—Qué digo que me sorprende que presentes las noticias de la INCRAN, manejes pistolas dobles… Vamos, ¡que sirves para multitareas varias!
—Emmm, sí —No parecía muy impresionada—. Y también hago prácticas en medicina, y eso que me faltan dos años para ir a la Universidad. Mis padres estarian muy orgullosos de ello, ya que se empeñan en que haga esa carrera.
—Sí, es verdad. Lo leí en la Wiki. Y también que eres muy buena en los exámenes, tanto que nunca has sacado una nota inferior a un 6, mientras que yo…
—¿¿¿Qué??? ¿¿¿Un 6??? —Gritó Maki desquiciada— Perdona, pero mi nota más baja fue de 69.
—¡Ah! —Dije mientras notaba la “gota de sudor de anime” brotando de la piel— No había tenido en cuenta que en Japón puntúan sobre 100. En España nos puntúan sobre 10, ¿sabes?
Maki inspiró profundamente y se calmó instantáneamente.
—Así que español, ¿eh? —Asentí con la cabeza— Pues que buen dominio del japonés tienes.
—No, en realidad estoy hablando en español y lo que digo lo escuchas en tu idioma.
—¿En serio? No me lo creo. ¿Es eso cierto, Saki?
—Ni idea.
—Pues, si no hay pruebas de ello, no me puedo creer semejante afirmación.
—Bueno… Mis disculpas… He hablado más de la cuenta.
Pasamos a una de las salas de hospital. (No, ya sé que esto no es un hospital.) En fin… Era la sala donde Nozomi se había estado recuperando todo este tiempo desde que volvimos de la misión, y lo cierto es que el proceso de curación ya había finalizado.
—¡Oh! Hola Pablo. Me alegro de que hayamos vencido.
—Y yo me alegro de que estés bien. ¿Entonces te habías desmayado? Fue por la carta mágica esa, ¿no?
—Exactamente —contestó una curandera pelirroja y de ojos verdes. No cabía duda: era Priscilla, de Fire Emblem The Blazing Blade—. Se desmayó porque usó su poder a partir de su propia esencia. Y lo cierto es que debería haberlo extraído de un objeto milenario.
La chica de Love Live se disgustó.
—Yo… Lo siento. Podría haber muerto. ¿Cómo he podido ser tan… Tan? —Los ojos de Nozomi soltaron un par de lágrimas.
Maki y yo nos sentamos junto a ella para consolarla.
—Nozomi, ya está —Dijo Maki—. La próxima vez buscaremos un objeto milenario o lo que sea para así hacer ese tipo de magia.
—Eso. Quizás esa magia sea casi mortal, pero si hay algún modo de repeler sus efectos nocivos lo encontraremos. Estamos contigo.
—Bien dicho, comandante —Alentó Priscilla—. Y si tu salud peligra, Nozomi, siempre estaré encantada de usar mi bastón. Contigo y con cualquiera.
Afortunadamente nuestros ánimos le llenaron de júbilo a la idol.
—Gracias… Os lo agradezco mucho.
Saki interrumpió la “emotiva escena”.
—A lo que íbamos… Ya has visto lo que le ha pasado a Nozomi, ¿no? Pues… Bien, la magia de curación es el mejor método de sanación, incluso mejor y más eficaz que la medicina tradicional. Sin embargo hay defectos que sólo la Ciencia puede tratar, como las enfermedades provocadas por microorganismos. Y… Aún queda una cosa.
—¿En serio?
—Ya ves. A saber a qué se deben estas leyes biológicas tan raras en este Universo… —Dijo Maki mientras Saki me estaba llevando a otra habitación— De poder aplicarlas en nuestro mundo…
—¿Y qué pasa con Rin y Tsubasa, Saki?
—Están ya casi curada. Le darán el alta antes del anochecer.
—Me alegro —Murmuré.
—Y bueno… Acompañadme… Y tú también Nozomi, si ya estás curada.
—¡Voy! Ah, y gracias por todo, Priscilla.
Una vez que Nozomi nos alcanzó, pasamos a otra sala. Sobre la única cama de hospital de la habitación, una chica de pelo rojo y corto respiraba con una mascarilla que proporcionaba oxígeno a sus pulmones. Un electrocardiograma registraba los latidos de su corazón. Tenía los ojos cerrados, y a juzgar por su postura no parecía que estuviera dormida… Sabía perfectamente de quién se trataba.
—¿Es… Pyra, la Blade de Xenoblade Chronicles 2? —Pregunté.
—Ah, con que ese es su nombre… —Comentó Maki.
—La encontramos tal y como está, en estado inconsciente —Explicó la directora—. No sé si algún día despertará de su letargo.
Un escalofrío recorrió mi espalda. Pobre Pyra.
—Oh… ¿Estará en…?
—No lo sé. No sabemos absolutamente nada de su estado. Lo único que es seguro es que sigue viva. Su corazón sigue latiendo a ritmo normal, aunque su cerebro no responda. No queda otra que esperar a que vuelva a dar señales. Y bien, comandante, eso es todo por hoy. Puede retirarse.
—Como desee, Saki.
Pero antes de que pudiera abandonar la habitación, escuché voces, en voz baja e intermitentes como si proveniensen de una radio recibiendo intermitencias.
“P… lo… “
No necesité más letras para deducir qué esas voces me estaban llamando. Aquello me dió mal rollo. Debían de ser psicofonías, y creo que es evidente su procedencia.
—¿Me… Habéis llamado?
—No —Respondieron al unísono las chicas.
—Parece que has visto un fantasma —Murmuró Nozomi.
—Que va… Es… Ella —Señalé a la chica inconsciente.
—¿Pyra? Mmm…
—Entonces haré como que no he escuchado nada. Será el cansancio. Me voy, pues… —Empecé a correr en dirección a la salida.
—Bueno, ¡que descanses, comandante! —Dijo Saki—. ¿Cómo es que ha escuchado hablar a Pyra?
—(…) Anda, Nozomi-san… Vete a descansar tú también. Yo también creo que he acabado por hoy.
—¡Okii!
Tras el susto me retiré, por fin, a mi cuarto.
Allí… Al fin lo conseguí.
A pesar del cansancio, el disgusto por lo de Pyra y mi resistencia a escuchar idiomas extranjeros, conseguí verme por mi cuenta el episodio 1 de Love Live School Idol Proyect tras derrochar un montón de fuerza de voluntad, pero gracias a eso se me pasó el respingo del todo. Una vez lo acabé ya estaba dispuesto a ver anime en VO sin temor… Mientras hubiese subtítulos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario