lunes, 1 de enero de 2018

Harem Crossover no Kōkō | Capítulo 11 - Sin juegos no hay paraíso

???: Con que este mundo se llama CrossWorld. Interesante… ¿A qué se deberá ese peculiar nombre? (…) Ah, es por el choque de Universos… Ji ji ji. Si este mundo reúne héroes de diversos Universos, entonces las posibilidades son aún mayores… ¿A qué jugarán? Seguro que encontraré un juego nunca antes visto en Disboard. Tendré que investigar a fondo… Para luego poder especializarme.
???: ¡No puede ser! ¡Tengo que salir de aquí!
???: Ah, genial. Seguro que dentro de la mente de esa muchacha encontraré un juego perfecto para desafiar a los otros héroes del CrossWorld… (Y también para los que no respeten las 10 reglas)
***
Habían pasado dos semanas desde mi llegada al CrossWorld, y desde entonces las mañanas (fines de semana incluidos) se reducían a una cosa: entrenar con las armas. Eran agotadoras, pero quizás esta rutina era hasta mejor que estudiar y asistir a clase, (aunque eso no quisiera decir que en la INCRAN no fuese a estudiar absolutamente nada). En unos días ya había adquirido una mejor destreza, hasta el punto de que quizás en unas semanas podría desafiar a mi instructora Sharena para poner en práctica lo aprendido. Lo bueno es que no hay ni suspensos ni aprobados: si superaba a Sharena me enseñará mejores técnicas; de lo contrario tendría que seguir practicando hasta que me viese capaz de vencerla.
Aparte, según había escuchado por los pasillos del Aulario, en las primeras sesiones los hologramas del simulador con los que se entrenan son en principio inofensivos pero en niveles avanzados hacen el mismo daño que si te enfrentaras cara a cara contra las criaturas. Pero como aún estaba en un nivel bajo no tenía que preocuparme de enfrentarme a poderosos jefes en riguroso (y realista) directo.
Aparte del entrenamiento, ese día me uní al grupo de I+D de la INCRAN, cuyo centro es el laboratorio de ciencia y tecnología (hay otro de magia). Si no lo hice antes es porque me lo estuve pensando; de hecho a veces cuando tomo decisiones de este tipo (por ejemplo, a la hora de descargarme un juego para el móvil) me lo pienso 10 veces antes de hacerlo. Una vez estuve decidido, entré y me recibieron varias chicas expertas en la materia. La líder de dicho grupo era la profesora Pimpinela, del Universo Pokémon, y sus subordinadas eran Lin, de Xenoblade Chronicles X; Uzuki, de ZGirls; y Olwen, de Fire Emblem Thratia 776 (inesperado, ¿verdad?).
—Tú debes de ser el comandante, ¿verdad? —Dijo la profesora Pokémon.
—El mismo. Me presento a formar parte del grupo de I+D de la INCRAN.
—Bien. No podía esperar menos de alguien como usted. Me presentaré, soy la profesora Pimpinela.
—La inventora del RadAR Pokémon, si no me falla la memoria, ¿no?
—Exactamente.
—Wow. La de veces que me encontré a Tornadus, Thundurus y Landorus… Que recuerdos…
—Tampoco… Me esperaba eso. Así de primeras pareces una caja de sorpresas.
—Je je…
Pimpinela no me llamaba mucho la atención salvo por su traje tecnológico.
Uzuki fue la siguiente en presentarse.
—Yo soy Uzuki, y formé parte del grupo de Saki.
—Ah, a tí te encantan los explosivos y los fuegos artificiales, ¿no?
—¡Sí! Ja ja.
Uzuki era casi un clon de Rin Hoshizora, quizás su diseñador se basó en ella, aunque diríase que, más bien, tenía el aspecto de un personaje de Danganrompa. Pelo anaranjado y corto, y ojos dorados.
Olwen parecía intranquila después de que hablase.
—Ten mucho cuidado con esta chica, es muy… Explosiva —Murmuró—. Y, por cierto, soy Olwen, jinete maga. Que no te engañe mi procedencia, quiero aprender los secretos de la ciencia y la tecnología, y por eso estoy aquí —Antes de que le soltase uno de sus secretos, me interrumpió—. Y ahora… Supongo que vas a decir algo que sólo yo sepo…
—Si no quieres no. Pero…
—No, venga. Dilo sin miedo.
Esto me olía a trampa, pero la obedecí.
—A ver… Tu hermano Reinhardt es muy temido por su Trueno Funesto. Y su frase “Magic is everything” se ha hecho meme.
—Sí, pero… ¿Lo segundo? ¿Cómo que es un “meme”? Qué cosas más raras tenéis los de vuestro mundo…
Olwen tenía pelo negro, corto y liso. Al principio pensaba que sus ojos eran marrones, pero en realidad eran de un púrpura oscuro. Aparte, no hay mucho más que destacar.
La última en hablar fue Lin. Pelo negro y corto, y ojos también del color del azabache. Tenía 13 años, pero sus conocimientos sobre mecánica no conocen límites.
—Yo soy Lin, y provengo del planeta Mira, pero pasé mi infancia en la Tierra, actualmente destruída por los Ganglion.
—Eso en vuestro Universo. Mientras hablamos el planeta Tierra de mi Universo sigue girando alrededor del Sol.
—Ah. Pues normal. La teoría de las supercuerdas se cumple perfectamente. Y… ¿Ya has conocido a Elma?
—Claro.
—Bien. Seguro que te llevarás bien con ella.
—Y a propósito. ¿Aquí podríais hacer Skells? Ahora que me acuerdo, me molaría mucho poder pilotar uno si tuviera la posibilidad.
Lin puso los ojos como platos.
—¿Has… Dicho Skells? —Estalló de alegría— ¡No me lo puedo creer! ¡Creía que era la única apasionada aquí en la INCRAN, aparte de las de mi Universo! Mira, para empezar te enseñaré este cómic que…
Pimpinela la interrumpió, y después me explicó que antes de nada tenía que hacer un examen inicial para comprobar mi nivel en la materia justo ahora mismo. “Bueno… Hacía mucho tiempo que no hacía uno”.
No me demoraré en describir los contenidos de dicho examen, salvo que era muy sencillo para mí, y además era de tipo test. Era ya un poco tarde, así que cuando estaba acabando, comenzó otra Tormenta Estelar… Lo cual significa que mañana habría que ver a quien nos enfrentamos y/o rescatar. Tras acabarlo me fijé en un detalle en el que no había caído antes. Había un Pokémon en lo que parecía ser un almacén que comunicaba con el laboratorio. Era un Reuniclus, uno de mis Pokémon favoritos. Muy inteligente debido a que posee 3 cerebros, si mal no recuerdo su entrada en la Pokédex. Simplemente flotaba en esa sala de olor a serrería. Mientras le observaba me pregunté por qué no había empezado antes a conocer gente del Universo Pokémon, pero evidentemente las chicas de Love Live y Fire Emblem tenían mayor prioridad.
Y hablando de chicas, durante la cena le conté a Mari, Nozomi y Sharena sobre mi admisión al laboratorio, y se quedaron impresionadas. Ah, aún no he dicho que desde que rescatamos a Kanan (que ahora se entrena como espadachina), ella y Mari pasaban bastante tiempo juntas, pero me dejaban ir con ellas siempre y cuando se lo pedía. Fueron escasos los momentos en los que pasaba tiempo a solas con Mari, pero en fin…
Nozomi, pese a su accidente con la carta mágica, siguió practicando magia. Parece que sin un objeto milenario únicamente puede invocar monstruos de bajo nivel, de ahí que se desmayase. Hanamaru también se apuntó a las clases de magia, no sólo por Ruby sino también porque le atraía usar magia con grimorios. Rin se eligió unas garras como las de Kid Icarus Uprising como arma predilecta (deduzco que se debe a que, a veces, tiende a actuar como un gato). Umi ya sabía perfectamente las bases para usar el arco, aunque quizás no al estilo militar. Del resto de chicas de Love Live no había mucho más que destacar.
Pasemos ya al día siguiente. No he mencionado aún que ciertas Tormentas Estelares pueden crear, digamos, anomalías en el mundo. Pues bien, a diferencia de lo que ocurrió el segundo día, tras la Tormenta amaneció el nuevo día con un anómalo y tormentoso cielo morado. Cuando desperté y me dí cuenta de ello no pude evitar sentir una ligera agonía de lo que podría esperarme. Hice lo posible por calmarme en la ducha, pero no hubo forma. Por mi mente solo fluían cual torrente pensamientos sobre posibles cataclismos. Ni siquiera encontrarme con Mari y las otras chicas arregló la cosa. Estuve pálido durante el desayuno, donde estuve sentado junto con mis 3 amigas habituales, además de Kanan, Dia, Ruby, Hanamaru y Shiro.
—¿A qué viene esa cara, Pablo? —Me preguntó Kanan ya en la mesa— ¿Es por el cielo?
—¿Lo habéis visto vosotras también? —Dijo Sharena—. En Askr nunca se había dado un cielo así… Bueno, me recuerda a cuando se producían Tormentas.
—Mmm… En nuestro mundo solo es posible algo así en la ficción —Comentó Nozomi.
—(…) Lo mismo en el mío —Dije desilusionado.
—Tío, ¿tanto te preocupa el color del cielo? —Me preguntó Mari.
—Diríase que sí. En estas circunstancias solo quiero pasarme el resto del día sin salir de casa.
—¡Y-yo también, Pablo! Ruby… Digo, yo… Me siento igual.
A dos mesas de distancia, Clarisse se burló de ella.
—¡Ja! Menuda llorica. Y lo dice la misma que rescató a su patética mejor amiga.
Dia se puso hecha una furia.
—¡¡¡¿¿¿Qué has dicho, pedazo de mierda???!!!
Sin mediar palabra, ambas chicas empezaron a pelearse a puño limpio. Menos mal que en la INCRAN, salvo yo, todas eran chicas, porque de haber tíos la pelea podría haberse extendido… Aunque yo no soy quien para ser esa clase de persona. Soy muy cauteloso, y por eso me quedé paralizado mientras Dia y Clarisse se peleaban al estilo Street Fighter.
Todas las chicas pusieron sus (preciosos) ojos en las luchadoras, y prácticamente todas apoyaban a Dia.
—¡Tú puedes, Dia! —Gritó Lissa, de Awakening— ¡Demuestra que no eres deli…! Es decir… ¡Te apoyamos!
—¡Tú nos librarás de esa mala influencia! —Exclamó Tohru, de Kobayashi no Maid Dragon.
—¡Dia! ¡Dia! ¡Dia! —Exclamaba la multitud.
Puede que yo también apoyase a la presidenta del consejo estudiantil, pero alguien debía de poner orden y… Era yo. Pero de nuevo no estaba dispuesto a arriesgarme.
—Pablo, calma a mi hermanita, porfi —Ordenó Ruby.
—Es que… Yo… No sé qué diría Saki…
Shiro era la única que no atendía a la batalla. Estaba muy distraída con su móvil… Hasta que lo dejo y avanzó lentamente hacia las luchadoras hasta que se paró justo enfrente de la mesa donde tenía lugar la pelea.
Su largo pelo, de un gradiente entre el celeste y el violeta, tenía un peculiar peinado. Sus ojos eran de un inidentificable color. Digamos que eran, más que dorados, de color naranja melocotón. Era una de esas chicas anime que son incapaces de mostrar exteriormente sus sentimientos; de hecho, su desconocimiento acerca de este tema es su talón de Aquiles.
Dió un fuerte golpe sobre la mesa y, sorprendentemente, consiguió llamar la atención a las chicas.
—Tú. La del pelo rubio.
—(…)
—En el mundo del que provengo los conflictos no se resuelven con violencia bajo ningún concepto. Alégrate de que no estemos en Disboard, porque habrías roto la primera de las 10 reglas.
—Niña estúpida. Claro que no estamos en tu mundo…
Estaba a punto de decirle que en este mundo tocaba luchar cuando, de repente, el suelo empezó a temblar. Se escucharon truenos y otros estruendosos ruidos provenientes del exterior. Se hicieron añicos algunos platos. Yo y el resto de chicas salimos afuera para ver qué rayos estaba pasando.
Costaba creer lo que había fuera. Un enorme árbol flotante, no tan grande como una secuoya, había emergido de las nubes de tormenta. Durante estas dos semanas había estado viendo bastante anime. Afortunadamente reconocí ese árbol: lo había visto en No Game No Life. En realidad era una biblioteca, propiedad de Jibril, una Flügel, que es una de las 16 especies que conforman el Exceed.
Saki acababa de despertarse y, aún con bolsas en los ojos, preguntó:
—¿Qué… Qué rayos es eso?
—Jibril… Ha llegado al CrossWorld —contestó Shiro.
—Conque Jibril. ¿Tú crees que será aliada?
—Sin ninguna duda. Era nuestra sirvienta. Mi hermano y yo la ganamos en una partida al Shiritori y así se nos alió. Sora… —Tras acordarse de su hermano mayor le entró un disgusto.
Pero no tuvo tiempo para seguir lamentando su pérdida. Sobre la copa del árbol se materializó un enorme círculo mágico, y la voz de Jibril irrumpió estruendosamente.
—Me llamo Jibril, y provengo de Disboard, un mundo donde las guerras y la violencia están prohibidas, y hay dos personas que han roto la primera de las 10 reglas, y por ende, deben ser juzgadas… En un juego. Deben presentarse ambas ahora mismo o sino… Aniquilaré todo este complejo. Tenéis 5 minutos.
No tardé siquiera en reaccionar. No había tiempo para razonar lo que acababa de soltarnos.
—Rápido. ¡Preparaos todas! —Ordené.
Saber quién era (posiblemente) mi enemiga me libró inmediatamente de todos mis temores. Me preparé en poco tiempo y salimos afuera, mientras me preguntaba cómo íbamos a entrar, porque no había una entrada a simple vista.
El equipo de hoy estaba formado, además de mis 3 compañeras habituales y Saki, por Kanan (me pidió que la llevase a la siguiente misión ahora que tiene destreza con la espada), Shiro, Dia (otra vez) y Clarisse. Ruby, además, se despidió de su hermana mayor antes de salir de los confines de la INCRAN y le deseó que regresará sana y salva.
Acceder a la biblioteca fue tan simple como colocarnos bajo el tronco y después teletransportarnos. Shiro, que conocía el sitio, nos guió hasta la Flügel, que nos recibió en una mística sala donde había estanterías flotantes.
—Bienvenidos a mi humilde hogar. Como ya dije antes, me llamo Jibril…
La hermosura de Jibril alcanzaba límites sobrehumanos. Su cabello era largo y de color rosa. Tenía una peculiar aureola sobre su cabeza. Pero sus ojos… Después de los de Mari eran de los más preciosos que había visto. Eran grandes y dorados, con un anillo más oscuro centrado en el iris. Pero la auténtica razón por la que gustaban tanto eran por las pupilas. Sus pupilas tenían cruces de color rosa, que incluso brillaban en ocasiones cuando usaba magia. Such beauty… Ah, dado que los Flügel son ángeles, también tiene alas, y son su parte más sensible debido a que en ellas residen unos circuitos espirituales, que es su fuente de poder mágico.
—Y bien —Dije tras recuperar el aliento tras correr por los pasillos—. Ya te hemos… Traído a Dia y a Clarisse. ¿Qué les vas a hacer?
—Adelante —Dijo Clarisse inexpresivamente—. Podré soportarlo.
—Ruby… Perdóname… —Murmuró Dia como si estuviera a punto de ser aniquilada.
A Jibril le extrañó mucho sus reacciones.
—Oye, oye. No he dicho en ningún momento que os vaya a destruir, al menos de momento. Simplemente voy a retaros a un juego y, si me ganáis, seréis libres. Así de sencillo.
La School Idol aceptó sus condiciones, pero la arquera pensó que era una ridiculez y prefería un combate.
—Para esas cosas no contéis conmigo. Y además, ¿por qué tendría que seguir tus reglas? En este mundo combatimos y nadie nos juzga. ¿Por qué te empeñas en prohibirnos luchar? ¿Eres una estúpida… Diosa a qué rayos pasa?
—Mira, niña… Parece que tú no sabes que en mi mundo los dioses fueron destruidos salvo nuestro dios Tet. Y por ello no quiero ver más mundos destruidos. Fueron guerras que casi se cargan el nuestro.
Sorprendentemente, Clarisse tenía toda la razón del mundo. Pero no supe bien dónde intervenir. En su lugar lo hizo Saki.
—A ver. Entiendo que quieras seguir unas órdenes establecidas en ese Universo, pero… ¿De verdad es necesario aplicarlas allá donde vas?
—Es como si obligases a extender una religión, incluso a los que se negasen. ¿No le ves la falta de moral? —Añadió Nozomi.
—Ahí le has dado, más o menos.
—Jibril… Déjalas en paz —Ordenó Shiro—. En este mundo es necesario luchar para evitar que nos destruyan. Ya mucho ha sido tener que separarme de mi hermano.
—Espera… ¿¿¿Sora no está aquí??? Ah, no. No percibo su presencia. Y de hecho… Aquí solo hay una persona de género masculino… —Voló rápidamente hasta ponerse a 5 centímetros de mi cara—. Así que eres Pablo Pérez Peña, ¿no?
Mirar de cerca sus ojos dorados me dejó una sensación… De placer y… Pero Mari me apartó de ella al poco tiempo.
—Dude, creo que te está hechizando o algo así.
—Perdona, Mari —Corrigió la Flügel—. Pero no es mi culpa que a Pablo le guste por mis ojos. De hecho… Tiene un fetiche por los ojos de las chicas.
Sus palabras me dieron suma vergüenza. No quería revelarles eso a las chicas hasta dentro de un tiempo.
—¿¿¿Cómo lo has sabido???
—Te está leyendo la mente —Dedujo Kanan—. ¿No ves que ha nombrado a Mari sin presentaciones?
—Tiene sentido.
La chica ángel volvió a su sitio.
—Y bueno. Vayamos al grano. Como dicen las reglas, yo decido el juego. Y será… Un duelo de Yu-Gi-Oh.
—¿Cómo conoces el Yu-Gi-Oh? —Me aventuré a preguntar.
—Ah, pues hoy ha aparecido en mi biblioteca una chica que venía de ese Universo, y me he tomado la libertad de examinar su mente y así aprenderme las reglas. ¿No es genial? Me mola ese juego un montón.
“Tampoco te marques un Pegassus”, pensé.
—Y bien. Las apuestas ya están realizadas. La libertad de Dia y Clarisse, además de mi biblioteca en caso de que ganeis… O sino tendrán que ser ajusticiadas. No tendría sentido esclavizarlas porque no parece que pueda salir del CrossWorld.
—¿Pero no querías un mundo sin muerte? —Preguntó Sharena.
—Tú calla, querida.
Shiro no estaba dispuesta a que las condiciones tuvieran que ser así.
—¡Jibril! Te ordeno que no las mates en caso de que pierdan.
—Bueno… A ver, por ser tú, Shiro, lo haré. Entonces si perdéis… Oye, ¿tenéis teléfonos móviles?
—Todos en la INCRAN tenemos uno —Dijo Saki— Y tampoco es que nos viciemos, porque el entrenamiento es más importante.
—¡Sí! Información que nunca he asimilado… Entonces trato hecho. Supongo que es una apuesta justa. Ahora procedamos al duelo.
—Bueno, entonces creo que no tenemos que intervenir… —Dije.
—¡No tan rápido! ¿Quién de vosotros sabe jugar al Yu-Gi-Oh?
Nozomi fue la que se ofreció.
—Entonces jugaré contra tí. Serás la representante de la INCRAN en el juego. Ahora sí…
—Espera un momento —Luego la School Idol de las Muse me susurró— Pablo, no sé si podré…
—Ah, te preocupa que al invocar cartas puedas desmayarte. No te preocupes, lo tengo controlado. Ahora…
Las aureolas de las Flügel funcionan como una especie de portal. Y está se hizo tan grande que nos absorbió hasta otra dimensión. Después de eso, solo había absoluta oscuridad. Únicamente podía oír los comentarios del combate. Ni siquiera podía mover mi cuerpo. Parece que no me voy a librar de esta. Que remedio…
—Este es el Mundo de las Sombras —Dijo la voz de Jibril. Yo ya sabía el resto del asunto. Era como en cierto episodio de la serie original donde Yami Yugi se enfrentaba a Yami Bakura. Ahora los que no formamos parte del combate seremos los “actores” de los monstruos—. Cada uno empieza con 4000 Life Points…
—Sí, todo eso ya lo sé —Dijo Nozomi.
—Entonces prosigamos. Antes de nada. No podrás contar con la ayuda de tus amigos a menos que los invoques. ¿Entendido?
—¿Por qué me das esa desventaja?
—Piénsalo. Sois varios contra mí. Y al principio no deberías tener dificultad. ¿Está bien?
—Okii.
—Duel!!! —Gritaron las contrincantes al unísono.
—Empiezo yo porque he decidido yo el juego… —Anunció Jibril—. Así que sacaré a esta monada. Invoco a la Sirena Encantadora en posición de ataque. Y acabo mi turno.
—Muy bien, entonces… Robo. (…) Colocaré esta carta en posición de defensa. Y también esta carta boca abajo. Tu turno, Jibril.
—Mmm… Interesante. Una pena que… No, no pienso revelarte nada. Invoco a la Amistad Brillante en posición de ataque, ahora uso mi carta mágica Arco y Flechas de Plata con todo esto… Te ataco a tu monstruo en defensa.
Aunque no podía ver qué se cocía en el combate, supe que Nozomi había invocado a Kanan, que jugaba el papel del lanzador de conjuros Eria la Encantadora de Agua.
—¿Qué? ¿Qué hago aquí?
—¡Kanan! ¡Cuidado!
—¡Aaaaah!
Al estar en posición de defensa, Nozomi no perdió LP, pero Kanan fue enviada al cementerio, puesto que su defensa es de 1500 y ha recibido un ataque de 1600.
—No puede ser… ¿La has matado? —Gritó la jugadora a punto de soltar lágrimas.
—No, no, no. Aquí si envío al cementerio a uno de tus amigos no tendrá que vérselas con la parca de las cartas. Pero sí que tendrá que luchar contra ciertos enemigos allí. Eso sí, os dejo que podáis seguir comunicando vuestras estrategias. Total, no ganaréis tan fácilmente…
—¡Estoy bien, Nozomi! ¡Tú encárgate de esa ángel! Ay… Yoshiko seguro que disfrutaría mucho si la derrotases. ¡Chúpate esa!
—Ah, y perdona pero… Te ataco con mi sirena a tus queridos LP… Ji ji ji.
—¡Noooo!
Ojalá pudiera decirle que eso no es nada. Que aún no está perdido el combate. De un modo u otro, los LP de Nozomi bajaron a 2800.
—Esta bien… Ahora invocaré al Virus del Choque Tribal. Y te ataco a tu Amistad Brillante.
Esa carta, al no representar a un monstruo humanoide, no presentó ningún cambio. Los LP de Jibril bajaron a 3900.
—Bah. Eso no es nada. Y ahora prepárate… Porque pienso invocar a un monstruo por sacrificio.
—¡Oh no!
—Tranquilízate, podemos afrontarlo —Dijo Kanan.
Juego mi carta Invocación Doble, pongo a mi Ángel Cosechador de la Sabiduría, y así invoco a…

No hay comentarios:

Publicar un comentario