jueves, 7 de marzo de 2019

Harem Crossover no Kōkō Specials | Special 1 - Faye

(Este episodio se sitúa entre los capítulos 10 y 11)

Devoción. Obsesión. ¿Cuál es límite entre una y otra? ¿Cómo sabes si alguien está obsesionado o simplemente se limita a que le guste otra persona? Bueno… Yo tampoco soy de hacerme preguntas retóricas, pero quedan bien para introducirse en el asunto.

Durante la tarde del día siguiente de mi primera misión no tenía mucho que hacer, así que aproveché para relajarme. Hacía ya tiempo que no escuchaba música, así que mientras paseaba por los pasillos del Aulario hice precisamente lo que solía hacer: dejar volar mi imaginación. No hacía más que imaginarme a mí mismo armado con una lanza destrozando enemigos al ritmo de la música, y cuando aceleraba, mis piernas también. Al menos intentaba aprovechar el leve contacto con el mundo para esquivar todo obstáculo que se interponía, por lo que no molestaba a nadie. Pasé varias veces por delante de Celica y Mae, que estaban charlando con Linde, una maga de luz de Fire Emblem Mystery of the Emblem, delante de la puerta de una de las aulas. Pero como eran asunto que no me correspondía atender, no presté apenas atención… Hasta que oí a Mae llamarme.

–¡Tú, Pablo, que bien que estés aquí!

Me quité enseguida los cascos y pausé la canción que estaba escuchando.

—Hola Mae. ¿Qué necesitas?

Celica fue quien procedió a hablar.

—Hola comandante. Aprovechando tus conocimientos sobre personas de otros mundos, ¿podrías ayudarnos?

—Sí, ¿qué pasa?

—Se trata de Faye, que como sabrás es una de mis amigas de la infancia. Bien, lleva desde hace mucho, incluso antes de que llegaras, sumamente abrumada. Estoy segura de que tiene algo que ver con Alm.

Linde, de pelo castaño con una enorme coleta y ojos también del mismo color que su cabello, continuó.

—También se pasa todo el día encerrada en esta aula hasta la hora de comer. Está muy rara.

—Retweet —Confirmó Mae—. Incluso a pesar de que no la conozco muy bien, reconozco que no se ajusta en absoluto al perfil del que me ha hablado Celica —Hizo memoria un rato, sin resultados.

—Lo diré yo entonces. Sí era risueña, muy alegre y hacía cualquier cosa con Alm.

—Tiene sentido que esté así. La pobre echará de menos a Alm —Afirmé.

—¡Ni siquiera el brío que desprendo es capaz de hacerla funcionar!

—No podemos permitir que siga así —Añadió Linde—. Tienes que hablar tú con ella. Eres nuestra única esperanza.

Lidiar con gente difícil es uno de mis puntos débiles, pero acepté el encargo. Creo que sabía lo que debía hacer.

Agarré el pomo y empujé lentamente la puerta. La clase estaría vacía de no ser por la presencia de Faye, que desprendía un aura de tristeza (sí, como cuando un personaje de anime se pone triste y aparecen esas líneas negras en vertical tan recurrentes). No tardó en percatarse de mi presencia. Antes de reaccionar, miré atrás y ví a las 3 magas de Fire Emblem animándome.

Volví la cabeza a Faye y me dedicó una mirada lánguida, algo muy impropio de ella.

—Hola… —Murmuró lentamente por un hilillo de voz.

—Hola —Saludé alegremente—. Soy el nuevo comandante, Pablo. Y tú eres Faye, ¿verdad?

–Así es. Pero la Faye que conoces… No…

–No, no, no, no. A ver, conociéndote, sé lo que te ocurre: echas de menos a alguien. Y… Se trata de un chico de Villamardán llamado Alm.

—Exacto… Todos los que conozco aquí lo saben…

—Le echas de menos porque hay una posibilidad casi nula de que venga al CrossWorld, ¿no?

—Sí…

—Y dime. ¿Acaso has estado, por casualidad, en cierto lugar remoto llamado Askr?

—También…

—¿Y ahí estaba Alm?

—Desgraciadamente, no… Nunca vino… Y llevo años sin verle, y aunque me lo he encontrado alguna que otra vez como enemigo, no he vuelto a verle otra vez como mi amigo.

—Vaya, eso es horrible.

—Y desde que estoy aquí, atrapada en este maldito mundo, no he vuelto a verle. Quiero… Verle otra vez…

Por suerte tenía una solución perfecta para esta situación. Es un alivio que este mundo disponga de la tecnología del siglo XXI.

—Bueno… Sé cómo solucionarlo.

—No, no lo creo.

—¿Qué no? —En mi cerebro terminé esa frase con un “Madre mía te digo yo que sí” en referencia a una frase meme, pero sabía que no debía decirlo—. ¡Pues tienes suerte de que estés en un mundo que tiene los adelantos tecnológicos del mío! ¿Quieres verle la cara?

Después de decir eso, la cara de Faye volvía a irradiar su encanto habitual. Jugada maravillosa por mi parte.

—¿De veras? ¿Podré volver a estar con él?

—Pues… Desgraciadamente no, pero verle la cara, sí podrás.

—Oh, ¡por fin! He… He… Quiero decir, estar en un cuartel con tantas chicas y prácticamente ningún chico me ha hecho sentir muy incómoda. Por favor, no me decepciones. Muéstrame.

—Faltaría más. Acompáñame.

Salimos del aula, y las otras magas, al ver la nueva cara de la chica de Villamardán, no tardaron en percatarse de que había triunfado.

Mi idea era llevarla a la sala de informática de la INCRAN para enseñarle fan-arts de Alm. También para rematar la faena, la última canción que había estado escuchando era I love you de Axwell ^ Ingrosso y Kid Ink, canción que precisamente me hacía pensar en Alm, ya que la voz que la cantaba de algún modo me recordaba a la suya (aunque me abstuve de mencionar que me hacía pensar que Alm le dedicaba esta canción a Celica). En un instante encendí mi MP3 y se lo ofrecí a Faye.

—Oh… ¿Y esto?

—Música… Portátil.

Por un momento creyó que la estaba tomando el pelo.

—¿Es eso? ¿Qué te dije de no decepcionarme?

—No, no. Eso no es, es un aperitivo. Mientras llegamos, escucha esta canción. Me hace pensar en Alm, te lo juro.

—Supongo que te creeré esta vez…

Al principio estaba muy poco convencida hasta que comenzó a sonar la letra.

“I love you. Even though I don't like you right now. I want you. Even though you keep breathing me down, we got really high highs really low lows, but I still love you. Even though I don't like you right now”.

En cuestión de segundos, ví como las pupilas de sus grandes ojos castaños se dilataban y se tornaban en una noche estrellada.

“Je. Magnífica jugada por mi parte”, pensé al verla tan feliz.

Un minuto después habíamos llegado a la habitación, y fue cuando me percaté de que Mae, Celica y Linde no me habían quitado ojo de encima en todo momento. Mientras seguía distraída por la música, encendí un ordenador y puse Google imágenes. Cuando terminó la canción, ya parecía ser la de antes, pero igualmente seguía ilusionada con lo que le iba a enseñar.

—Entonces… ¿Estás lista?

—¡¡¡Síiiiiiii!!! Venga, ¡no me decepciones!

—Espero que te satisfaga…

Tecleé en el buscador “Alm Fire Emblem” y salieron imágenes del protagonista. Artworks oficiales, fan-arts y capturas de Fire Emblem Echoes Shadows of Valentia rellenaron la pantalla. La chica se quedó sin aliento… Ante la belleza que contemplaba.

—Alm… ¡Es Alm! Su cara… Aaaaaaaaaaaah.

Le pasé el ratón para que pudiera examinar cada imagen detalladamente. Celica empezó a sentir curiosidad por ver lo que estaba viendo su amiga, pero probablemente sabía que debía dejarla a solas por su seguridad.

Antes de marcharme, le dije:

—Me alegro de que te haya servido de ayuda. No podrás hablar con él, pero al menos podrás verle la cara. ¿Eso te complace?

—¡Sí! Y la canción es todo un detalle por tu parte, aunque… ¿Quién es la otra voz?

—Pues… Un artista de mi mundo llamado Kid Ink, que se dedica al rap… Es decir, a cantar de esa forma tal y como lo has escuchado. Pero en tu mente es Python, para que te familiarices.

—Ya veo… Aunque no sean Alm y Python, el primer cantante realmente parecía como si Alm estuviera cantándome al oído.

—Eso me pasa cuando escucho también otras canciones. Me hacen pensar en otras cosas aunque no tengan nada que ver con el tema o… Para lo que fue creada.

—Ya… Eso es algo nuevo para mí. Pero en serio… Gracias… —Me dió un fuerte abrazo. Juraría que soltó alguna lagrimita—. ¡Gracias! Gracias a tí… Puedo volver a ser la de antes aunque no tenga a Alm cerca de mí. Estoy en deuda contigo… Pablo.

—Je je. No hay de que. Yo, como comandante de la INCRAN, es mi deber ayudaros en todo lo posible.

Lejos de que Faye me quisiera echar del cuarto para estar a solas viendo a su amado Husbando, me pidió una última cosa a juzgar por su mano agarrando la mía.

—Ah, y antes de irte. Dime cómo puedo volver a escuchar la canción de Alm otra vez.

—Ah, pues muy sencillo. ¿Tienes móvil?

—Emmm… Sí, pero no consigo familiarizarme. ¿Podré escuchar esa canción?

—¡Por supuesto! Déjame ponerte esa canción, que por cierto se llama I love you.

—Oh…

Tras ponerle su canción (y de paso enseñarle los conceptos básicos del móvil para que no tuviera que depender de la sala de informática), las magas de Fire Emblem me felicitaron por devolver a la chica a la normalidad.

—Ay, qué haríamos sin tí, Pablo… —Dijo la princesa Zofiana— No sabes cuánto te agradecemos que seas nuestro comandante.

—¡Eres un crack! —Me felicitó Mae guiñándome un ojo.

—Primero salvas a esas pobres niñas y ahora esto —Me recordó Linde—. Siento… Un gran respeto hacia tí. Gracias. Sigue así.

—¡No hay de que! Justo lo que le decía a Faye, siempre estoy dispuesto a ayudar en lo que sea.

Tras esas palabras, me ofrecieron a tomar un té con las chicas, oferta que acepté encantado.

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