domingo, 8 de octubre de 2017

Harem Crossover no Kōkō | Capítulo 10 - Tras la primera batalla

Parece que he descrito bien la batalla contra una malvada Sonya, cuya maldad fue curada con las fosforescentes aguas que había en la cueva donde tuvo lugar. Quiero decir, como dice el dicho “una imagen vale más que mil palabras”, habría sido más fácil reproducir una batalla en vídeo que por palabras, aunque, claro, esta producción se está llevando a cabo en formato novela y no en formato de película/serie anime. Pero, bueno, todo ha salido bien. En próximos episodios describiré otras épicas batallas, pero ahora centrémonos en los próximos acontecimientos.

Caía la tarde y ya habíamos bajado del helicóptero, donde unas pocas enfermeras y curanderas se llevaron a Nozomi, desmayada tras usar la carta mágica de Yu-Gi-Oh de Control Mental; y Rin, herida por Hanamaru bajo el yugo de Nozomi, usado para salvar a Saki de una emboscada. A estas alturas Tsubasa Mōmaku ya estaría hospitalizada y siendo tratada.

Yo no sabía qué hacer después de mi primera y exitosa misión.

—¿Cuáles son tus órdenes, Saki?

—Mmmm… Acércate más tarde a la clínica y luego recibirás instrucciones. Ahora tengo que reunirme con las nuevas estudiantes.

—Entendido.

Me apetecía irme con Mari, pero cuando se lo pregunté, tenía otros planes en mente.

—Verás… Hace ya mucho tiempo que Kanan y yo no nos veíamos y… Me gustaría poder hacer cosas juntas nosotras dos. ¿Es mucho pedir?

—Sí, tengo que conocer este nuevo instituto a fondo, y sobretodo quiero ver la zona de piscinas —Dijo Kanan.

—Está bien. Pero… Esto… Bueno. Haced lo que os plazca lo que queda de día. Entiendo vuestra postura.

—Muy bien. Nos vemos a la hora de cenar —Mari me guiñó un ojo.

—Vale, chao.

Mientras se iban, Hanamaru y Ruby se pararon detrás de mí.

—Hey, Pablo. Puedes acompañarnos si quieres, zura —Dijo Hanamaru.

—E-es nuestro pequeño gesto de gratitud por haber salvado a Hanamaru —Concretó Ruby.

—Oh… Gracias, chicas. Pero, Ruby… Digo, Ruby-chan, ¿no eras tan tímida con…?

—Contigo no. Ruby ya confía en tí, Pablo. Quizás no del todo, pero me has hecho un gran favor y… Ruby querría devolvértelo de algún modo.

—Vaya… Muy bien.

Por esta vez he sido adivino: vaticiné que me ganaría la confianza de Ruby si salvaba a Hanamaru, y así ha sido. Mientras pensaba en ello sonaron los altavoces. Era, una vez más, Sara.

—Atención. Que las nuevas integrantes de la INCRAN, Umi Sonoda, Hanamaru Kunikida, Kanan Matsuura y Rin Hoshizora… (…) Ah, y también Sonya… (…)(¿Qué? ¿No tiene apellido? No me acordaba.)… Se presenten en la sala de reuniones del Aulario —Ni me dí cuenta de que Sara había pasado por alto que Rin estaba herida por momentos.

—¡Zura! Esto es… ¡Nuevo! ¡Es el futuro de la comunicación! —Exclamó Hanamaru.

“Ni que fueses un personaje de Fire Emblem que jamás ha estado en contacto con tecnología”, murmuré a mí mismo.

—¿Te apasiona la tecnología?

—No es eso. Hanamaru vive en una casa sin tecnología, y cualquier cosa de ese tipo le asombra —Me contestó Ruby.

—No lo sabía.

—¿Pero no lo sabías todo sobre nosotras?

—Bueno… Nunca me he visto vuestro anime… —Creía que acababa de soltar una perogrullada— Digo, esto…

—Ah, ya veo —Parece que sabe de lo que hablo—. Deberías verlo, si tanto te gusta Love Live. Así podrás conocernos mejor.

Para la amiga de la pelirroja el término “anime” le era totalmente nuevo.

—¿Anime?

—Ya te explicará Ruby más tarde. Ahora hay que ir a la charla.

—Vamos, pues… —Dije.

Acompañé a las chicas a la sala de reuniones. Sabía que no podía entrar, mas pude despedirme de ellas antes de que empezase.

“Bueno, estoy solo. No sé dónde se ha metido Sharena…”

—¡Pablete! Aquí estoy.

—Vaya, mira tú por donde…

Sharena me alcanzó rápidamente.

—Hola otra vez. Y perdona, es que tenía que ir al baño. Pero es igual. ¡Hemos completado nuestra primera misión juntos y hay que celebrarlo!

—¡Sí! ¿Qué me propones?

—Bueno… A ver si esta vez me dejan hacer una fiesta. Es que a veces me ponen pegas por montarlas, ¿sabes?

—Que extraño, ¿no? Pero ahora estoy bastante cansado para fiestas —Esto que acababa de decir le desilusionó un poco—. En su lugar me han dicho que vaya a ver anime para conocer mejor a algunas de las chicas de la INCRAN, pero…

—¿Sí?

—Me da… Corte escuchar idiomas extranjeros.

—¿En serio? Pues nunca hemos tenido ese problema en los mundos de Fire Emblem. Todos hablábamos el mismo idioma pese a las procedencias de la gente.

—Lo sé. Bueno, y ahora las chicas de Love Live están todas ocupadas y…

—Pero… No quiero parecer molesta, mas… ¿Tanto te gustan esas Idols?

—Sí, son muy guapas todas… Y si viese su anime se convertiría en mi favorito.

—Ah. Pero dijiste que directamente era tu anime favorito, ¿no?

—Anda, es verdad. ¿Entonces sabes lo que es el anime?

—Sí, llevo aquí un tiempo, ¿sabes? Y bueno, creo que deberías tratar de superar esa resistencia, aunque parece que no tiene pinta de poder hacerlo, así que te ayudaré encantada.

—¿En serio? ¡Gracias!

—Te diré una cosa: en verdad también tengo curiosidad por conocer más a fondo a toda la pesca. Pero antes demos una vueltecilla por el campus y ya nos ponemos.

—Como desees.

—Te presentaré a otras chicas de mi Universo, si quieres.

—¡Genial!

Salimos del Aulario y Sharena acabó guiándome a la cafetería del hotel.

—Ah, genial. Me pediré un batido de chocolate.

La princesa de Askr asintió con una sonrisilla.

No había mucho que destacar ahí dentro. Todavía no estaban las bandejas de la cena y había muy poca gente. Las únicas maids disponibles, Rem y Ram, estaban ocupadas con sus móviles. (Mmm… ¿En Re:Zero hay tecnología del siglo XXI? No estoy seguro, tendré que verme la serie para comprobarlo.) Nos sentamos y Sharena, por primera vez en lo que llevo en la INCRAN, sacó un móvil. A pesar de todo lo que había visto en las últimas 24 horas, este tipo de cosas todavía seguían sorprendiéndome.

—¿Quieres que llame a alguien en particular? —Me preguntó.

—Mmm… ¿Qué tal Elise? —Propuse— Y… También Sanaki. Y… ¿Priscilla está?

—Claro.

—Pues creo que con eso de momento irá bien.

—Si se te ocurre algo más dímelo.

—Bueno… Ya veré.

Mientras usaba WhatsApp, o Telegram, o yo que sé qué app usa aquí la peña para hablar, Rem se acercó a fin de tomar mi pedido.

—¡Hola, comandante! ¿Qué desea?

Rem y Ram eran idénticas, vamos, diríase que son gemelas. Tenían el mismo peinado, que lo comparo con el de Setsuna de Fire Emblem Fates. Rem tenía pelo y ojos azules, mientras que Ram los tenía rosados. A veces me costaba distinguir una de otra, pero creo que no me he equivocado.

—Un batido de chocolate.

—¡Enseguida, señor!

—Y una cosa más… ¿No tengo que pagarte?

—Que va. Siendo auto-productivos, en la INCRAN toda la comida es gratis mientras no se excedan límites… —Se quedó mirando la puerta. Alguien debía estar entrando, qué rápido han llegado— Y hablando de límites…

Entraron en escena no sólo Elise, sino Effie, que es, junto con Arthur, vasalla de la jovencita princesa nohria. Se sentaron enseguida.

—Hola Sharena. Y… ¡Hola Pablo! —Me saludó muy sonriente. Que mona— ¡No podía esperar más para conocerte! Camilla me dijo que te sentaste con ella y me habló de tí. También te ví hablando con Titania y Mari en el entrenamiento.

Su pelo era rubio con un par de largas coletas con mechas moradas. Sus grandes ojos eran de color púrpura y brillantes, como amatistas. Su estatura era comparable con la de Ruby.

—Encantado, Elise. Ah, y te acompaña Effie.

—Anda… —Tenía una voz bastante grave— Saludos comandante Pablo. Me halaga que me conozcas.

Effie parecía una gigante (sin ánimo de ofender) comparada con la princesa a la que servía. Tenía pelo color crema, casi blanco, y con un moño. Los ojos, más pequeños que con respecto a los de Elise, eran verdes, lo cual hizo que, en su momento, se convirtiera automáticamente en la chica con la que me casé en mi primera partida de Fire Emblem Fates. Sin su armadura (puesto que es de clase Caballero o Soldado Blindado), por alguna razón me recordaba a la entrenadora de Wii Fit.

—Es que Pablo nos conoce a prácticamente todas —Dijo Elise—. ¿No te acuerdas, Effie?

—No es eso, es que nunca me había sentido como… Ya sabes, si fuera famosa.

—Aaaaaaah. Ya veo. —La joven se volvió hacia mí—. Y bueno, ¿Qué te cuentas? ¿Qué tal tu primer día en la INCRAN?

—Ah, muy bien. He conocido a personas (o mejor personajes) que de otro modo jamás me habría encontrado en persona. Y no podría estar más orgulloso de haber llegado al CrossWorld, aún pese a las circunstancias.

—Ya… En Nohr tuvimos muchos problemas y combates contra Hoshido. Pero aquí y ahora nuestras diferencias se han esfumado, ¡y ahora soy amiga de Sakura, Hinoka y las demás! ¡Y también de otras personas de otros mundos!

—Mmm… ¿Eres de Conquista?

—¿Qué?

—Ah, no. Supongo que… Aún te cuesta acostumbrarte al siglo XXI, ¿no?

—¿Te refieres a la “tecnología”? ¡Es el tipo de magia más alucinante que he visto!

Entendía que la chica tuviera esa visión de los avances tecnológicos, pero para mí era un pelín… Ridículo. Aunque disimulé mi extrañeza.

—Si tú lo dices…

—A mi me gustan estos avances —Comentó Effie—. Con esas máquinas de la oficina militar he podido entrenarme como nunca. Y además cuento con un nutricionista “Online” que me guía para comer correctamente y ganar más fuerza.

—Me alegra que os guste la tecnología.

—¡Siiiii! —Exclamó Elise.

—Y yo me alegro de que hayamos hecho todos buenas migas —Añadió Sharena.

—¡También!

—A mí me caéis bien todas vosotras —Dije—. La única excepción es Clarisse.

—Ah, ya… —Murmuró la princesa Nohria.

—Lo siento por tí y por lo que le ocurrió a Nozomi, Pablo —Se disculpó Effie.

—Ya, no sé cómo es que es aliada nuestra. Cuesta creerlo…

Nos quedamos charlando los cuatro un rato, mientras bebía mi batido, y también nos pedimos galletas de chocolate para merendar. Effie no se pasó comiendo. A la postre no vinieron ni Sanaki ni Priscilla, ni siquiera Sharena supo el por qué, aparte de que no recibieron sus mensajes. Media hora después me avisaron para acudir al centro médico, no sin antes despedirme de las 3 chicas (Sharena no podía acceder allí).

El centro médico estaba muy cerca de la entrada de la INCRAN, y contaba con atajos hacia el helipuerto. No hay mucho que destacar. Una vez entré me recibieron Saki y Maki (curioso juego de palabras, ¿eh?).

—Ya estoy aquí, Saki. Ah, y hola otra vez Maki.

—¡Hola comandante! ¿Ya estás listo? —Me preguntó Saki.

—Sí, pero… ¿Para qué?

—Es simplemente para una visita guiada por estas instalaciones —Concretó Maki—. Después de esto puedes retirarte para lo que queda de día. Es simplemente para enseñarte unas cosillas.

Mientras me llevaban por un corto pasillo, pregunté a Maki.

—Bien. Y Maki, si se me permite la pregunta… ¿Cómo es que estás en todo?

Me miró extrañada y, tras asimilar mi pregunta, dijo en japonés:

—Nanisore? (…) Imi wakannai.

—What???

—He dicho: ¿Qué dices? No te entiendo.

—¿Y por qué…? ¡Ah! Es tu frase más célebre, ostras.

—Sí… Pero ve al grano, anda.

—Qué digo que me sorprende que presentes las noticias de la INCRAN, manejes pistolas dobles… Vamos, ¡que sirves para multitareas varias!

—Emmm, sí —No parecía muy impresionada—. Y también hago prácticas en medicina, y eso que me faltan dos años para ir a la Universidad. Mis padres estarian muy orgullosos de ello, ya que se empeñan en que haga esa carrera.

—Sí, es verdad. Lo leí en la Wiki. Y también que eres muy buena en los exámenes, tanto que nunca has sacado una nota inferior a un 6, mientras que yo…

—¿¿¿Qué??? ¿¿¿Un 6??? —Gritó Maki desquiciada— Perdona, pero mi nota más baja fue de 69.

—¡Ah! —Dije mientras notaba la “gota de sudor de anime” brotando de la piel— No había tenido en cuenta que en Japón puntúan sobre 100. En España nos puntúan sobre 10, ¿sabes?

Maki inspiró profundamente y se calmó instantáneamente.

—Así que español, ¿eh? —Asentí con la cabeza— Pues que buen dominio del japonés tienes.

—No, en realidad estoy hablando en español y lo que digo lo escuchas en tu idioma.

—¿En serio? No me lo creo. ¿Es eso cierto, Saki?

—Ni idea.

—Pues, si no hay pruebas de ello, no me puedo creer semejante afirmación.

—Bueno… Mis disculpas… He hablado más de la cuenta.

Pasamos a una de las salas de hospital. (No, ya sé que esto no es un hospital.) En fin… Era la sala donde Nozomi se había estado recuperando todo este tiempo desde que volvimos de la misión, y lo cierto es que el proceso de curación ya había finalizado.

—¡Oh! Hola Pablo. Me alegro de que hayamos vencido.

—Y yo me alegro de que estés bien. ¿Entonces te habías desmayado? Fue por la carta mágica esa, ¿no?

—Exactamente —contestó una curandera pelirroja y de ojos verdes. No cabía duda: era Priscilla, de Fire Emblem The Blazing Blade—. Se desmayó porque usó su poder a partir de su propia esencia. Y lo cierto es que debería haberlo extraído de un objeto milenario.

La chica de Love Live se disgustó.

—Yo… Lo siento. Podría haber muerto. ¿Cómo he podido ser tan… Tan? —Los ojos de Nozomi soltaron un par de lágrimas.

Maki y yo nos sentamos junto a ella para consolarla.

—Nozomi, ya está —Dijo Maki—. La próxima vez buscaremos un objeto milenario o lo que sea para así hacer ese tipo de magia.

—Eso. Quizás esa magia sea casi mortal, pero si hay algún modo de repeler sus efectos nocivos lo encontraremos. Estamos contigo.

—Bien dicho, comandante —Alentó Priscilla—. Y si tu salud peligra, Nozomi, siempre estaré encantada de usar mi bastón. Contigo y con cualquiera.

Afortunadamente nuestros ánimos le llenaron de júbilo a la idol.

—Gracias… Os lo agradezco mucho.

Saki interrumpió la “emotiva escena”.

—A lo que íbamos… Ya has visto lo que le ha pasado a Nozomi, ¿no? Pues… Bien, la magia de curación es el mejor método de sanación, incluso mejor y más eficaz que la medicina tradicional. Sin embargo hay defectos que sólo la Ciencia puede tratar, como las enfermedades provocadas por microorganismos. Y… Aún queda una cosa.

—¿En serio?

—Ya ves. A saber a qué se deben estas leyes biológicas tan raras en este Universo… —Dijo Maki mientras Saki me estaba llevando a otra habitación— De poder aplicarlas en nuestro mundo…

—¿Y qué pasa con Rin y Tsubasa, Saki?

—Están ya casi curada. Le darán el alta antes del anochecer.

—Me alegro —Murmuré.

—Y bueno… Acompañadme… Y tú también Nozomi, si ya estás curada.

—¡Voy! Ah, y gracias por todo, Priscilla.

Una vez que Nozomi nos alcanzó, pasamos a otra sala. Sobre la única cama de hospital de la habitación, una chica de pelo rojo y corto respiraba con una mascarilla que proporcionaba oxígeno a sus pulmones. Un electrocardiograma registraba los latidos de su corazón. Tenía los ojos cerrados, y a juzgar por su postura no parecía que estuviera dormida… Sabía perfectamente de quién se trataba.

—¿Es… Pyra, la Blade de Xenoblade Chronicles 2? —Pregunté.

—Ah, con que ese es su nombre… —Comentó Maki.

—La encontramos tal y como está, en estado inconsciente —Explicó la directora—. No sé si algún día despertará de su letargo.

Un escalofrío recorrió mi espalda. Pobre Pyra.

—Oh… ¿Estará en…?

—No lo sé. No sabemos absolutamente nada de su estado. Lo único que es seguro es que sigue viva. Su corazón sigue latiendo a ritmo normal, aunque su cerebro no responda. No queda otra que esperar a que vuelva a dar señales. Y bien, comandante, eso es todo por hoy. Puede retirarse.

—Como desee, Saki.

Pero antes de que pudiera abandonar la habitación, escuché voces, en voz baja e intermitentes como si proveniensen de una radio recibiendo intermitencias.

“P… lo… “

No necesité más letras para deducir qué esas voces me estaban llamando. Aquello me dió mal rollo. Debían de ser psicofonías, y creo que es evidente su procedencia.

—¿Me… Habéis llamado?

—No —Respondieron al unísono las chicas.

—Parece que has visto un fantasma —Murmuró Nozomi.

—Que va… Es… Ella —Señalé a la chica inconsciente.

—¿Pyra? Mmm…

—Entonces haré como que no he escuchado nada. Será el cansancio. Me voy, pues… —Empecé a correr en dirección a la salida.

—Bueno, ¡que descanses, comandante! —Dijo Saki—. ¿Cómo es que ha escuchado hablar a Pyra?

—(…) Anda, Nozomi-san… Vete a descansar tú también. Yo también creo que he acabado por hoy.

—¡Okii!

Tras el susto me retiré, por fin, a mi cuarto.

Allí… Al fin lo conseguí.

A pesar del cansancio, el disgusto por lo de Pyra y mi resistencia a escuchar idiomas extranjeros, conseguí verme por mi cuenta el episodio 1 de Love Live School Idol Proyect tras derrochar un montón de fuerza de voluntad, pero gracias a eso se me pasó el respingo del todo. Una vez lo acabé ya estaba dispuesto a ver anime en VO sin temor… Mientras hubiese subtítulos.

viernes, 15 de septiembre de 2017

Harem Crossover no Kōkō | Capítulo 9 - Rescate de School Idols (Parte 2)

Estuvimos caminando durante un cuarto de hora aproximadamente. Normalmente me dedico a dejar volar mi imaginación al hacerlo, pero esta vez no era tan fácil. Solía ponerme los cascos y el MP3, ponía una canción, daba garbeos por la casa y, dependiendo de la situación, creaba en mi mente una situación acorde al tema. Sobretodo imaginaba combates protagonizados por mí y por las chicas que más me gustaban de la temporada (bueno, también algún chico, como las versiones masculinas de Corrin y Daraen). Si no me falla la memoria, antes de acceder al CrossWorld me gustaba imaginar combates con las chicas de de Fire Emblem… Y las de Love Live, pese a que ellas precisamente no luchan. Pero ahora que las conozco en persona… No es lo mismo, porque ahora son personas reales. Así que, ni aún con música, no merece mucho la pena tratar de crear historias y/o fantasías… Así que en su lugar hacía algo que normalmente no hago cuando salía con amigos (que eran poquísimas): charlar con mis compañeras.

—Comandante. ¿Sabes cuál podría ser la enemiga a la que nos enfrentamos? —Me preguntó Saki.

—Decía esa tal Tsubasa que tenía pelo negro, ¿no?

—Sí.

Estaba pensando en Tharja cuando me acordé del hechizo que usó. Excalibur. Normalmente sería usado por Merric, mago de Fire Emblem Shadow Dragon / Mystery of the Emblem, pero el caso es que su otra portadora es…

—¡Claro! Es Sonya, hechicera de Fire Emblem Echoes Shadows of Valentia.

—¿Qué? —Dijeron todas las chicas al unísono menos la directora. Incluso me sorprendió que lo dijera Sharena.

—¿Qué pasa? (…) Ah, ya sé. Quería decir que era del continente de Valentia, aunque… ¿Era de Zofia o de Rigel?

Mi pregunta le sonaba a chino a Mari.

—I don't know. No sé nada del tema.

—¿Sharena? —Pregunté.

Siendo la única de la saga Fire Emblem del grupo, lo más sensato era pregúntaselo a ella. La chica se quedó pensativa.

—Pues… Ah, ya. Esa… Sí, la del final de la Tormenta esa, la Reunión Inesperada. Y era del Mundo de Sombra, al igual que Delthea o Celica.

—Exacto. Pero no tendría que ser mala. ¿No se suponía que estaba en contra de su padre? Este… —No conseguí acordarme del nombre.

—Ya sabes más que yo, Pablo. Y no me sorprende, sin ofender.

—No pasa nada, te entiendo.

Al poco tiempo llegamos a las coordenadas en las que se ocultaba Sonya, supuestamente. Saki nos ordenó sacar nuestras armas y avanzar con sigilo, de lo contrario estaríamos a merced de una emboscada.

Avanzamos en fila india. Pasito a p… No, que odio esa canción. En su lugar inserte uno de esos temas que suenan antes de enfrentarse a los jefes en los juegos de Kirby.

El interior de la cueva no estaba tan oscuro como pensaba. Sorprendentemente, tenía un lago con cascada, pero no uno cualquiera… De sus aguas emanaba una cierta luminiscencia, nada menos. Simplemente maravilloso.

—Mmm… ¿Aguas mágicas? —Murmuró Sharena—. Me pregunto qué propiedad tendrán…

—¿Mágica? No… Supongo que serán bacterias con bioluminiscencia —Corregí.

—De un modo u otro, este lago subterráneo es… Precioso —Comentó Dia.

—Eso no lo puedo negar —Afirmé.

De repente nos interrumpió el siniestro sonido de unos tacones, amplificado por el eco causado por las paredes.

Estaba en lo cierto. Era Sonya.

Lo suyo hubiera sido que viniese una mala de Love Live pero… ¿Qué sentido tendría si no hay enemigas en ese anime? (Aunque Dia era “un poco muy mala” en Love Live Sunshine, pero está de mi lado y hasta la fecha no se ha cabreado en ningún momento conmigo, lo cual me alivia, sobretodo porque es una de mis favoritas).

—Vaya, vaya… —Dijo con una entonación digna de una mala de una película Disney como Maléfica—. Me habéis seguido la pista… Oh, qué típico. ¿Quiénes sois y qué queréis?

No sé por qué pero me hacía hasta ilusión tener un enemigo de verdad. Y en mi contra. Aunque actué como debía.

—Ve… ¡Venimos a por las chicas de Love Live!

—¿Qué dices? No sé de qué me hablas. —Dijo Sonya falsamente. Se notaba demasiado.

Entonces sus ojos violáceos se tornaron rojos, pero no como en cierto tipo de memes, sino como si irradiaran maldad de verdad. Aún así mantuvo la compostura. Saki la apuntó con sus pistolas dobles.

—Aunque sí que tengo —prosiguió la hechicera— a estas cuatro preciosidades… ¿No son adorables?

Eran las School Idols que buscábamos, pero… Les habían lavado el cerebro, y se notaba a la legua. Sus rasgos eran oscuros y los 4 pares de ojos habían perdido brillo, como si sus córneas fueran de cristal mate. Esto ya lo había visto antes en Echoes, aunque mejor no doy detalles, porque sería Spoiler.

—¡¡¡Hanamaru, no!!! —Gritó Ruby como si la hubiera perdido para siempre.

—(…)

—¿Que te han hecho, Kanan? —Preguntó cabreada Mari—.¡CONTESTA!

—(…)

—Es imposible razonar con alguien que ha perdido el habla… O incluso el alma —Afirmó Nozomi seriamente.

—¡No digas eso! —Reprocharon las dos chicas de Aqours.

A Dia le consumía su propia rabia.

—Maldita idiota… ¡¿Por qué les haces esto a mis amigas y a las otras idols?!

—No es nada personal… Pero estas pequeñas ya no están de vuestro lado, y ahora… —Sus pupilas se contrajeron— ¡Os vamos a eliminar! ¡Adelante!

De la nada aparecieron las armas que iban a usar en nuestra contra. Hanamaru y Rin tenían una espada oscura idéntica a la de Fire Emblem Echoes, Umi portaba un arco que recordaba a uno de la saga Fire Emblem llamado Skadï y Kanan un grimorio de magia oscura que no logré identificar. Salvo a la tercera, que realmente practicaba el tiro con arco en su serie, no les pegaban nada esas armas.

—Somos 7 contra 5, y creo que sé cómo podemos acabar con esto… —Deducí— ¡Juegas en desventaja, estúpida!

Sonya se quedó impasible.

—Sí, claro…

Cargué mis Orbitales Fulgor y le disparé, pero justo antes de que le alcanzase, Kanan convocó una especie de escudo que anuló mi ataque. Joder, ahora sí que tenemos problemas serios. Y por si fuera poco…

—¡Escuchad! —Exclamó Saki— Pase lo que pase, no ataqueis directamente a las chicas que debemos rescatar o morirán.

Dia estaba a punto de cargar pero se detuvo.

—Lo suponía.

—¡Hermanita! ¿Cómo te atreves? —Lloriqueó la pobre Ruby— Esto no es como cuando nos reprochabas por ser School Idols. ¡Es a vida o muerte, y no le gusta nada a Ruby!

Su respuesta le produjo un bajón a su hermana mayor.

—Tienes razón. Demasiada… Razón.

—Entonces lo único que podemos hacer es debilitarlas —Sugirió Mari.

La directora asintió. Entre tanto cargó las pistolas con la munición menos letal de la que disponía. Menos mal que había algunas estalagmitas que se podían aprovechar como cobertura. Yo por mi parte me quedé fuera de peligro durante un tiempo. No estaba dispuesto a arriesgar mi vida; en cambio, podía idear estrategias como haría Daraen.

“Sé que no es del todo correcto, pero no lo haré por mucho tiempo, y dado que Kanan es la que hace a Sonya invencible, cargaré mi lanza contra ella cuando sea menester”, pensaba.

Mari usaba su bastón Meteoestrella contra Hanamaru, con la que chocaba sus puntas contra la espada oscura, provocando chispas e incluso polvo estelar.

Dia esquivaba los flechazos de Umi con extrema soltura, debido a que no podía usar sus katanas dobles contra las jóvenes… Aunque sí para cortar flechas. Nozomi usaba sus cartas de tarot para invocar hechizos como los augures hoshidanos usan sus rollos, lo suficientemente débiles como para que no fuesen mortales, para repeler los proyectiles que lanzaba Kanan. Sharena se batía contra Rin del mismo modo que lo hacía Mari. Ruby se quedó a mi lado asustada, dejando a un lado su timidez hacia los varones como yo.

—P-Pablo. ¿Qué puedo hacer? ¡R-Ruby no quiere m-morir!

—Quédate alejada del fuego enemigo y evita que se te acerquen Hanamaru y Rin. A lo mejor puedes usar tu grimorio para mantener a raya a las espadachinas.

De momento esta estrategia funcionaba, pero mis aliadas estaban a merced de Sonya. Había que distraerla…

—¡Saki! —Ordené— ¡Distrae a Sonya!

—¡Entendido!

Era demasiado evidente que ella era la que estaba controlando las 4 mentes inocentes, lo que explicaba que Kanan invocara escudos para protegerla. Afortunadamente ignoraba a las otras idols controladas y podíamos derrotarlas sin matarlas. Quizás podríamos inmovilizarlas.

La directora saltó la estalagmita cual gimnasta salta un potro, cambió de munición en un instante y comenzó a disparar, aunque en vano, a la maga.

Ahora que todas nuestras enemigas estaban distraídas, debía pasar a la acción. Pero antes me dirigí a Ruby.

—Ruby, voy a cargar contra Kanan. Si me disparan trata de repeler cualquier ataque hacia mí. ¿Vale?

—¡Sí! —Preparó su grimorio, estilizado con líneas que dibujaban corazones en la tapa.

“Bueno. Allá voy…”

Salí de mi escondite y corrí a toda velocidad hacia mí objetivo con lanza en ristre, pero no directamente, sino desviándome para engañar a las rivales. Aún así, Sonya fue lista y trató de lanzarme su hechizo Excalibur contra mí, pero Ruby consiguió anular unos pocos intentos con unos proyectiles con forma de corazón y de color verde azulado (a juego con su color de ojos, sin duda). Con mis Orbitales también pude defenderme y esquivar algún que otro Excalibur. A la postre llegué a la posición de Kanan e hice lo posible por inmovilizarla y tirarla al suelo. Funcionó. Le quité el grimorio de sus manos y conseguí atravesarlo con mi lanza para destruirlo, mas la idol no recuperó la cordura. Sonya estalló en cólera.

—¡No! ¿Cómo osáis?

Ahora estaba a merced de nuestros ataques.

—Ahora creo que podemos… Devolver a nuestras amigas a su estado normal —Anunció Mari.

—Como diría Alm… CHARGE!!! —Grité.

Impresionada por mi hazaña, Dia cargó contra Umi y de un corte descendente destrozó su arco de tal modo que los filos no tocasen el cuerpo de la chica poseída, el cual cayó como si se hubiera desmayado. Tan solo espero que no esté…

—¡Otro problema menos! —Alegó al posar con sus katanas.

—Pero ni aún destruyendo sus armas, no hemos conseguido que se librasen del yugo de Sonya —Puntualizó Nozomi—. Habrá que librarse de esa cerda, pero antes…

Sacó una carta que contrastaba con su mazo de cartas de tarot. Era una carta mágica de Yu-Gi-Oh: el Control Mental, que usó contra Hanamaru. Eso le dió una idea a Ruby.

— No… ¡Nozomi! ¡Lleva a Hanamaru al lago luminoso! —Sus verdes ojos brillaban por el reflejo del lago en ellos— ¡Así podrá volver a ser como antes!

—¡Yo me encargo de esta bruja! —Exclamó Mari antes de cargar contra ella.

—¡Te ayudo, amiga! —Se ofreció Sharena.

—¡Dejadme algo para mí! —Me ofrecí también.

La lógica de Fire Emblem Heroes dictaría que los ataques de unidades azules a otras verdes se reducirían en un 20% a causa del efecto del Triángulo de las Armas, pero no fue así.

Antes de que pudiera lanzar un solo hechizo más, yo, Mari y Sharena cargamos nuestras lanzas y con un ataque combinado entre mis amigas y yo, la debilitamos notoriamente, como si sus PV se hubieran reducido a 0 pero sin haber muerto.

—¡Por fin nos hemos librado de esa maligna mujer! —Suspiró al fin Dia.

—Me encargaré de ajustar cuentas yo misma —Dijo Saki, que caminó hasta nuestra enemiga para luego apuntarla con una de sus pistolas, con el fin de que desactivase al fin su control mental, cosa que a Ruby le disgustó.

—Devuélvenos a nuestras amigas. ¡Ahora! —Ordenó fríamente.

La maga negó con la cabeza.

De repente, cuando menos se lo esperaba, Rin trató de atacar a Saki por la espalda, pero yo fui más avispado y bloqueé su espada oscura. Pero mis brazos se estaban cansando muchísimo.

—¿Cómo… Puedes tener tanta fuerza, Rin?

—(…)

—¡Un poco de ayuda, chicas! ¡Por favor!

Las otras chicas excepto Nozomi, que a duras penas controlaba a Hanamaru con su carta (por eso todavía no ha conseguido hundirla en el lago), me prestaron su fuerza, pero Rin, quizás por algún poder oscuro de Sonya, era tan fuerte que ni 6 personas podían hacerle frente.

—No… Tengo elección… —Dijo Nozomi apenada. Parecía que estaba a punto de hacer un sacrificio.

Hanamaru, controlada por la idol practicante de magia, estaba a sólo 2 pasos de esa poderosa Rin, y por acción de su controladora, consiguió acertar un golpe con la espada oscura, y cayó al suelo. Tan solo deseé que no se tratara de un golpe mortal.

—Ahora sí que estás acabada, Sonya —Dijo Saki triunfante sin dejar de apuntarla con la pistola en mano.

—¡Ni hablar! Probablemente habréis deducido que este lago podrá neutralizar mis poderes. Pero eso lo sabía, y para evitar que me venciérais creé un campo de fuerza.

Saki no se inmutó.

—Esto ha acabado en Jaque Mate para tí. ¡Desactívalo ahora!

—(…) Está bien… —Y el campo de fuerza invisible se hizo añicos.

Ya con sus últimas fuerzas, Nozomi consiguió que Hanamaru se metiera en el lago, y dentro de él la chica recuperó su conciencia; sin embargo, por desgracia para su nueva controladora, se desmayó del esfuerzo.

Por otro lado estaba equivocado: esa agua, por algún motivo que escapaba a la Ciencia, conseguía anular todo tipo de control mental.

—¿Eh? ¿Qué hago aquí, Zura?

Hanamaru tenía el pelo de color castaño claro y ligeramente largo. Sus ojos eran dorados, parecidos a los de Riko. Era también bastante adorable (o kawaii) al igual que su mejor amiga Ruby, incluso medían casi lo mismo.

—¡Hanamaru! ¡Qué contenta está Ruby de que hayas vuelto a ser mi amiga!

—¡Sí!

La chica estaba a punto de salir del lago cuando le ordené que se quedara dentro hasta que solucionásemos lo de Sonya. ¿Y qué mejor que lanzarla también al lago?

—¡Disfruta de este chapuzón! —Bromeó Mari mientras sujetaba junto conmigo a Sonya para hundirla en sus aguas.

—¡¡¡Nooooo!!! ¡La próxima vez…! Glglglg…

Poco después hicimos lo mismo con las idols restantes, que también volvieron a ser lo que eran, aunque Rin salió herida después del corte.

Y no sólo ellas…

Sonya, tras salir a respirar, volvía a ser la de antes. Sus ojos volvían a ser violáceos, y no tenían mirada de asesina.

—¿Dónde estoy? —Dijo. Parece que había acumulado maldad y ahora el lago subterráneo lo había eliminado.

—Decías que estabas a punto de tomar nuestro control, —Respondió Umi— pero después de eso no recuerdo nada hasta este mismo momento.

Umi tenía un largo cabello de color añil y grandes ojos color miel, diríase entre el dorado y el marrón.

—Nunca pensé… Que pudiera… ¡Ay! …ser eso cierto —Comentó Rin, un poco angustiada por su herida.

El pelo de Rin era corto y de color naranja. Sus ojos eran de un color parecido a los de Mari: entre verde y dorado, pero los suyos tiraban más hacia el dorado. A pesar del color de sus ojos, por alguna razón desconocida no me atraía mucho, pero no puedo negar que tiene encanto.

Quizás a estas féminas les resultase molesto estar empapadas (yo me alegraba de no estar en su lugar porque detesto mojarme con ropa, como dije anteriormente), salvo para Kanan, a la que le encanta sobre maneras nadar, y encima llevaba escafandra.

—¡Jamás había nadado en unas aguas parecidas! —Comentó— ¡El mejor despertar de mi vida!

Tenía un cierto parecido con Fir de Fire Emblem The Binding Blade. Tanto su pelo con coleta (más liso con respecto a esa espadachina) como sus ojos eran violáceos.

—Bien, salid todas del agua. Os llevaremos a la INCRAN. —Anunció Saki mientras pedía por teléfono móvil un móvil helicóptero.

—¿La INCRAN? —Repitió Umi.

—Instituto de Crossovers de Anime —Expliqué.

—Ah, claro. Ya lo sabía, tan solo no me había quedado con la copla.

Nozomi seguía desmayada. Pobre…

—¿Creéis que se recuperará? —Pregunté.

—Sure! —Me respondió Mari— En la clínica se recuperará, al igual que Rin.

—Eso espero.

Mientras salíamos de la cueva, incluída Sonya, que había vuelto a sus cabales, Saki me felicitó por el éxito de nuestra misión.

—Has estado genial, comandante. Estoy muy orgullosa de tí. Quizás aún sigues un poco verde en el arte del combate, pero tienes buenas dotes de estrategia. Seguro que Daraen lo reconocerá.

—¡Gracias! Tú y todas vosotras habéis estado genial, también. Aunque…

—¿Sí?

—…quizás no os haya protegido como es debido.

—¿Qué? No, ni tú nos proteges ni nosotros te protegemos a tí. En realidad nos protegemos los unos a los otros.

—Sabias palabras.

—¡Gracias… Pablo! —Se sonrojó un poco.

Al cabo de unos pocos minutos, volábamos las Llanuras Shinsetsuhara en helicóptero para volver, exitosamente, a nuestro cuartel general.

—Wow, zura! ¡Esto es el futuro del transporte! —Gritó Hanamaru.

miércoles, 6 de septiembre de 2017

Harem Crossover no Kōkō | Capítulo 8 - Rescate de School Idols (Parte 1)

Helicóptero #62 de la INCRAN, sobrevolando las Llanuras Shinsetsuhara

-Kanan: Y… ¿Adónde nos lleváis?

-Piloto: A nuestra base, la INCRAN, o sea, Instituto de Crossovers de Anime. No hay otra alternativa, porque en este mundo somos las únicas supervivientes.

-Umi: ¿A qué viene este vuelco que han dado nuestras vidas? ¿Qué les ha pasado al resto de nuestras amigas?

-Piloto: Tranquilas, algunas de vuestras compañeras ya han llegado ahí adonde vamos.

-Umi: ¿En serio? Ojalá estén Honoka y Kotori…

-Kanan: A ver si está Mari-san… Y el resto.

-Hanamaru: Oh, Ruby-chan… ¿Estarás allí, zura?

-Rin: Hanayo-chan… Allá voy, amiga mía.

-Piloto: …pero no están todas. No quisiera ser una mala influencia, pero no os hagáis tantas ilusiones.

-Umi: Ay… (Se queda de brazos cruzados)

Unos minutos después… El helicóptero fue atacado por magia de viento.

-Piloto: ¡Arg! Mayday! Mayday! ¡Hemos sido atacadas por una violenta corriente de viento!

-Todas las chicas: ¡¡¡Aaaaaaaaaaaah!!!

***

Justo antes de la comida todas las pantallas se campus emitieron una especie de informativo interno de la INCRAN presentado por Maki.

—Buenas tardes a toda la INCRAN, aquí Maki Nishikino informando con una noticia de última hora —La idol mantenía un semblante serio—. Acorde al último informe de rescate emitido en nuestras instalaciones, se ha perdido la conexión entre el Centro de Control y el helicóptero que hoy tenía que rescatar a las supervivientes de la última Tormenta Estelar. Según los testimonios de la piloto, Tsubasa Mōmaku, han sido atacadas mediante magia de viento, que más tarde nuestras magas lo han identificado como el hechizo Excalibur. Las supervivientes que han encontrado eran Kanan Matsuura, Umi Sonoda, Hanamaru Kunikida y Rin Hoshizora, todas de Love Live (mi Universo). Las coordenadas se conocen, así que se enviará un equipo de rescate humano. Ah, y si estás viendo esta emisión, comandante Pablo, ya sabes que vas a ir a por ellas sí o sí. Y eso es todo. Que os vaya bien en todo —bajo el volumen de su voz—. Espero que hayan sobrevivido…

Tras mi primera visita al Centro de Control, ya estaba en las puertas del hotel reunido con mis amigas Mari, Nozomi y Sharena. Los rumores se extendieron por todo el territorio tras la emisión (y yo mientras estaba sorprendido por la forma en la que Maki me había mencionado). Al otro lado de la sala oí a Ruby llorar por Hanamaru, mientras su hermana corría detrás de mí para consolarla. Y esa pequeña no era la única.

—Kanan… ¡Kanan! —Gritó Mari a mi izquierda para luego agarrarme los hombros y sacudirme tan fuerte que consiguió que mi cuerpo pareciera hecho de gelatina—. ¡Pablo, es ELLA! ¡Tenemos que rescatarla ahora mismo junto con las demás!

—Por supuesto… —Puse cara de preocupación—. Solo qué…

—Supongo que te preocupa el tema de combate.

—Sí.

—But… ¡Ya sabes manejar esos Orbitales tan chulos, por lo menos! Da igual que no seas tan bueno con la lanza. Con el tiempo mejorarás en todos los aspectos —Me dió una palmadita en la espalda—. ¡Ánimo, dude!

Mari supo cómo subirme la moral.

—¡Está bien! ¡Combatiré como un valiente! —Exclamé.

—¡Así se habla! —Alentó mi amiga con ojos encendidos… Literalmente. Sí, pude ver el fuego en sus ojos. (Pretty good)

Nozomi y Sharena se quedaron perplejas. Se intercambiaron miradas, incluso.

—Y… ¿Cuándo vamos a partir? —Preguntó Sharena.

—¡Ahora! —Sugirió la idol de Aqours.

Nozomi no estuvo tan convencida.

—A ver, a ver. ¿Cómo vais a arriesgaros vuestras vidas… Con el estómago vacío?

—¡Tienes razón, Nozomi! —Confirmó Sharena—. No vaya a ser que nos quedemos sin energías.

Mi estómago estuvo de acuerdo. Tenía tanta hambre que acepté las condiciones sin pensármelo 2 veces, como casi todo el mundo hace ante la lectura de las condiciones de uso de juegos y servicios. Mari, en cambio, rechistó mientras pillábamos sitio en la cafetería. Sé que esas 4 chicas podrían estar en peligro, pero entonces… Claro, ¿por qué no se me había ocurrido antes?

“Oh, no. ¿Qué estoy diciendo? No es un buen momento para quedarnos de brazos cruzados. Podrían estar heridas o en peligro”, pensé.

—Esto, chicas. (…) ¿Acaso sabemos si Kanan y todas las demás siguen de una pieza? ¿Por qué no…?

Un aviso por megafonía me interrumpió la pregunta. Era la voz de Sara.

—Aviso de misión inminente. Comandante Pablo, preséntese inmediatamente en la Sala de Misiones. Ah, y no te preocupes por la comida, porque tenemos aquí snacks para llenar el buche antes de entrar en acción.

Tras esa última frase, todas las chicas del comedor (y probablemente de TODO el campus) se partieron de risa. Gods! ¡Qué vergüenza! Tanta que esta vez no se me ocurre ningún buen símil para la ocasión. Aunque menos mal que no fue para tanto, he pasado por cosas peores.

Una vez me llevaron mis amigas a la Sala de Misiones, la cuales se molestaron durante el camino en recomponerme la moral, pillé un sitio y más tarde se acercaron Saki, Sara, Dia y… Ruby. La directora fue la primera en hablar.

—Bienvenido a la Sala de Misiones, Pablo. Sentimos haberte hecho perder un almuerzo en condiciones y haber pasado por esa vergonzosa situación…

—¡Eh! —Protestó la lugarteniente— ¡Fue idea de Anna, no mía!

—Sara, ahora no hay tiempo. Esto es muy importante y no podemos perder más tiempo del necesario.

—En eso tienes razón. Perdone usted.

—Vayamos al grano —Revisó un informe momentáneamente—. Maki Nishikino ya ha dicho todos los detalles en el informativo, ya solo falta que tengas un equipo y…

—Here we are! —Exclamó Mari.

Saki se quedó mirando a mis 3 acompañantes.

—¡Perfecto! Pero como apenas tienes experiencia de combate… Yo iré contigo, además de Dia y Ruby.

—Y-ya sé que ayer r-reaccioné de malas maneras, Pablo. ¡P-perdona a Ruby, por favor! N-no quería ofenderte n-ni nada, es solo que Ruby estaba teniendo ayer un mal día. —Por primera vez sonrió. Adorable cuanto menos— Iré contigo para rescatar a Hanamaru.

Aquellas palabras eran música para mis oídos. (No literalmente, pero sí, ya sabes…)

—Que poco ha durado… —Articulé con los labios, aliviado. Si lo hubiese dicho en voz alta Ruby me habría… —Es decir. Muchas gracias. Pensé que…

—¿Sí?

“Cuidao, cuidao…”, pensé con la voz de José Mota (no preguntéis). “Danger. Danger”.

—Nada, nada.

—Vale. T-tan solo no decepciones a Ruby en esta misión y salva a mi amiga Hanamaru. La echo mucho de menos… Y tengo mucho miedo… —Su sonrisilla se esfumó, y otra vez estaban siendo estimuladas sus glándulas lagrimales.

Su hermana mayor la abrazó para consolarla otra vez.

—Todo saldrá bien. Pablo no nos decepcionará, Ruby.

—Eso… Eso espero… —Así se calmó definitivamente.

—Hablando de tí, comandante… —Dijo Dia— No sólo nos harías un gran favor a todas las presentes, sino también a las que todavía no han llegado al CrossWorld. No nos decepciones, por el bien de las Aqours y las µ's.

—Y así lo haré. Lo juro.

—Bien. Ahora preparémonos… —Anunció Saki mientras sacaba de una cajón sendas bolsas de aperitivos— E id comiendo estos snacks. Aunque no muchos, chicas.

Que cosas, ¿no? Fuimos comiendo las patatas fritas y el resto de guarniciones. Nozomi se quedó observando un nacho.

—Espero no engordar por esto…

—¿Pero qué dices, Nozomi? —Preguntó Sharena a la idol de µ's, molesta en cierto modo.

—Ah. Bueno, ya sabes: las chicas nos preocupamos por nuestro cuerpo… —Afirmó la chica con calma para luego “preparar” sus manos para, probablemente, apretar pechos a las chicas malas—. ¿O es que no lo sabías?

—Bah. Yo no le doy tanta importancia a eso. Además, por sólo comer un poco de esos aperitivos tampoco va a pasar nada.

—¡¿Que… Has… Dicho?!

Justo antes de que pudiera agarrar sus pechos, Saki les ordenó que parasen. He de suponer que todavía Sharena no es consciente de los aditivos que tienen ciertos alimentos del siglo XXI. Y a ver si Nozomi controla ese instinto raro.

Pasemos a cuando ya estaba todo preparado para la incursión. Habían llamado al resto de chicas de Love Live,  incluida Yoshiko para que esta abriera un portal al lugar indicado, debido a la falta de tecnología de teletransporte. Las otras: Nico, Maki, Riko y Kotori, simplemente vinieron para darnos apoyo moral.

—¡Haz que nos sintamos orgullosas de tí! ¡Haz que vuelvan de una pieza, e impolutas! —Animó Nico.

—Sí, tienes mi apoyo y todo ese rollo —Murmuró desganada Maki. Parecía comportarse de forma distinta que cuando hacía de reportera. Será por su condición de tsundere.

—Por favor, comandante. ¡Rescate a Umi-chan! —Deseó Kotori. Tenía pelo castaño claro recogido en una coleta, adorables ojos color ambarino y una voz también muy adorable, casi empalagosa. La brillante mirada que me dedicó era irresistible.

—Por el bien de las Aqours, haz que vuelvan Kanan-Chan y Hanamaru-Chan —Deseó Riko. Su larga cabellera era de un rojo oscuro, y sus ojos dorados, parecidos a los de Kotori pero de otra gama más tirando al color oro. Ah, y es de Tokio.

Tras las plegarias, puse cara de chulo y dije con voz firme…

—¡Juro por mi anime favorito no decepcionar a mis Waifus! —…aún sabiendo que había soltado algo un tanto… Inverosímil, al menos para ellas.

—Esto… ¡¿Podemos ir al grano?! Yo, Yohane, el ángel caído, no tiene todo el día para actos mundanos… —Se quejó Yoshiko poniendo voz muy grave. Sí, está tía es más rara de lo que parece. Me sorprende que hasta entonces no había manifestado ningún delirio de grandeza.

Al fin comenzó la misión. Ya una vez listos, Yoshiko hizo su trabajo y, al otro lado del portal, aparecimos los 7 en el campo. No pude evitar comparar las verdes llanuras con el paisaje de Primordia, continente de Mira en Xenoblade Chronicles X.

—Bienvenido a las Llanuras Shinsetsuhara, comandante —Anunció la directora.

—Interesante…

Llevaba enfundado un ligero traje futurista al estilo Tron Legacy. Era perfecto para mí, al menos de momento (e incluso es impermeable).

Poco después nos acercamos al helicóptero estrellado. Tras examinarlo, la conclusión fue que, milagrosamente, no había explotado ni incendiado. Dia supuso que, si no había nadie cerca, es porque los pasajeros se habían tirado en un paracaídas, que es lo suyo, pero no tenía pinta, porque… Recostada en un árbol estaba la piloto Tsubasa Mōmaku, que no parecía ser de ningún anime que conociese.

Su largo cabello era de un color castaño anaranjado. Sus ojos eran preciosos y muy interesantes: para empezar tenían heterocromía total, uno era azul y el otro dorado, y lo único que tenían en común era una franja verde alrededor de la pupila, o sea, también tenían heterocromía radial. Creía que esto último no se daba en chicas anime, aún pese a que la heterocromía total es algo incluso más común ahí que en el mundo real. En cualquier caso, no me sonaba de nada. ¿Sería una de esas “extras de la película”?

—¡Mi señora Saki! ¡Comandante! —Saludó la piloto—. Gracias por venir a rescatarme.

—¿Qué le ha pasado, Tsubasa? —Preguntó histérica Saki— ¿Dónde están las School Idols?

—Mmmmm… ¿Está usted herida, Tsubasa?

—Para mí desgracia, sí, comandante. Y para la de vosotros, una… Especie de maga de pelo negro las ha secuestrado.

—Entonces llama al Centro de Control para que usen el módulo Pathfinder, Saki —Sugirió Dia.

—Sí, enseguida.

Tras una conversación por teléfono móvil con Sara, ella y las otras comandantes localizaron a las desaparecidas con la unidad Pathfinder. Se hallaban en una cueva no muy lejos del helicóptero. Antes de partir a toda pastilla…

—Oye, no dejemos ahí tirada a Tsubasa —Dijo Mari.

—Cierto. Ojalá nos hubiésemos traído una curandera —Deseó la princesa de Askr—. Tenlo en cuenta la próxima vez, directora.

—Lo siento…

Ruby se quedó callada mientras miraba, contemplativa y preocupada, a la herida.

—Lo mejor será llamar a una ambulancia —Sugirió Nozomi.

—¿Tenéis en la INCRAN un hospital?

—No, pero sí clínicas. Y también ambulancias, pero eso tampoco debería sorprenderte.

—Do it, Saki! —Alentó Mari.

—Tienes razón. Ahora mismo llamo —Volvió a coger el móvil y solicitó transporte.

A pesar de todo, no entendía el por qué de esta situación.

—Que extraño… ¿Por qué no habéis hecho todo esto antes de teletransportarnos?

—Es que la unidad Pathfinder sólo puede indicar las coordenadas de los seres humanos, no su estado —Me contestó Saki—. Ya que nos lo has dicho deberíamos mejorarlo para que esto no vuelva a pasar.

—¡Eso es! —Exclamaron las hermanas Kurosawa al unísono.

Ahora sí. Toca caminata hasta las coordenadas específicas.

—¿Todo listo, Saki? —Pregunté una vez listo.

—Sí. ¡Adelante chicas! —Exclamó a sus tropas. Luego me susurró— Aunque… Según Sara, todo apunta a que es una trampa… ¿Sabes, Pablo? Habrá que andarse con ojo.

—Entendido.

domingo, 20 de agosto de 2017

Harem Crossover no Kōkō | Capítulo 7 - La senda del comandante (Parte 2)

Os preguntaréis si a mí me gustan los combates. La respuesta es afirmativa, sobretodo si son épicos a la par de espectaculares. En las películas de Marvel, de DC, de Transformers… O en producciones de acción similares (con muchos efectos especiales) ADORO esa clase de combates. De estos el mejor que he visto en el cine se lo llevaría Doctor Strange (mi superheroe favorito), concretamente la batalla contra Caesilius en una Nueva York Fractal. Gods, ojalá poder vivir algo así. ¿Crees que en CrossWorld podría llegar a participar en un combate similar? A ver, no soy un experto en batallas épicas en los animes, pero seguro que podría ser posible, dado lo que ofrecen en Naruto, Dragon Ball, Attack on Titans, Sword Art Online, Twin Star Exorcism, Fate/Grand Order (o mejor inserte cualquier subsaga de Fate), etc. Y si pudiera combatir al estilo musou, ya sería lo mejor que podría hacer como luchador. Desde Hyrule Warriors estoy maravillado por ese género de acción tipo Beat ‘Em Up (y encima no puedo esperar más para Fire Emblem Warriors). Hablaría ahora sobre el tema del dolor y la… Pero mejor reanudemos la acción.

Mi segunda fase de entrenamiento era en el campo de tiro. Será para probar cómo me manejo con las armas a distancia, aunque no he manejado un arco en mi vida, y menos aún un grimorio, porque estos últimos, evidentemente, no son posibles en el mundo real. No, iré a por las armas de fuego. Quiero manejar un cañón como el de Samus o Mega Man desde que en Super Smash bros for Wii U/3DS me encantaba jugar como Mii Tirador. (…) ¿Qué estoy diciendo? ¡Ahora es cuando me van a enseñar a usar mis Orbitales! ¿Los sigo teniendo? (…) En efecto.

Bien, let’s do this.

Estaba en lo cierto: en el edificio usado para entrenarse con armas a distancia se dividía en 3 partes: armas de fuego, magia y arcos. En esta última también se pueden usar dagas arrojadizas, shurikens o cosas por el estilo. La sala de magia estaba ABARROTADA. Con tantísimas magas, y siendo hora punta, no cabía allí ni una mosca. En la otra entrenaban chicas como Setsuna (de Fire Emblem Fates), Masami (de ZGirls), maids como Felicia o Kotori… Ahora bien, ¿Quién es mi entrenadora?

—Justo a tiempo, comandante —Dijo una voz a mis espaldas.

Volví a encontrarme a Saki una vez más. (Pensaréis que por la forma en que estoy describiendo los hechos es porque algo malo va a ocurrir, pero no, ni por asomo. En cambio…) Me invadió una inyección de nerviosismo.

—¿Empezamos ya con el entrenamiento? Quiero quitármelo de encima cuanto antes.

—Eh, para el carro. Paciencia.

Instantáneamente me sentí avergonzado por lo que dije.

—Ay, mis disculpas. Si tengo que pasar por esto durante el tiempo que haga falta…

Mi secretaria entrecerró sus ojos violáceos con delicadeza.

—No pasa nada. No te estaba regañando.

Aún así Saki me dejó un tanto intranquilo.

—Siento… No tener a veces paciencia a corto plazo.

—Está bien —Dijo la chica con un tono que rozaba el aburrimiento, mas recuperó la sonrisa al instante—. Ahora sí. Acompáñame.

No había mucho que decir sobre la zona de tiro para armas de fuego, salvo que era la menos “habitada”. Ahí estaba Maki usando pistolas dobles; Fudo, proveniente de ZGirls y especialista en… Algo que se conoce como “Kendo”, y que disparaba a las dianas con una sola pistola… Ah, y también Delthea, armada con un rifle. No me puedo creer que una maga haya dejado la magia para convertirse en tiradora, aunque, claro, Delthea es la única acostumbrada a la tecnología moderna, al menos de entre las chicas de Fire Emblem Echoes.

—¿Listo para manejar la electricidad con tus Orbitales Fulgor, guapo? —Interrumpió una voz empalagosa. Ah, Ámbar, de Kid Icarus Uprising, la cual me encontré ayer en los pasillos del Aulario.

Dada su condición de guerrera eléctrica divina y sirvienta de la diosa de la naturaleza Viridi, era una chica de edad desconocida pero con el aspecto de una de entorno a los 18. Su pelo era rubio con puntas anaranjadas, ojos azul violáceo, ligera de ropa y con enredaderas alrededor del tronco y las piernas. Mmmmm… No me impresionaba demasiado con respecto a las chicas de Love Live. Y en verdad nunca lo ha hecho con respecto a nadie, pero…

—Buenas, Ámbar. Siendo tú no me extraña en absoluto que vayas a entrenarme en esto.

Maki, Delthea y Fudo se giraron hacia mí.

—El comandante está hecho un hacha en reconocer a la gente —Murmuró la idol de las µ's.

—Si no lo veo, no lo creo —Dijo Fudo.

—Anda, dejadle chicas. Que tiene que esforzarse el pobre. Ya con lo que tengo yo que aguantar… —Replicó Delthea.

—Bien. Sigamos disparando. —Dijo Maki un tanto desganada.

—¡A por todas! —Exclamó Fudo.

Tras esos comentarios, Ámbar me preguntó si ya sabía lo básico sobre mi arma a distancia y le mostré lo que sabía hacer.

—Y bien, que te vaya bien, comandante —Dijo Saki en voz baja antes de marcharse.

Un par de horas después ya manejaba los orbitales incluso mejor que la lanza, salvo porque no era capaz de hacer un mortal para realizar un disparo cargado hacia atrás. De nuevo mi falta de agilidad me la ha jugado, mas no me sentía decepcionado, después de todo. Tengo una idea para poner las cosas más fáciles; tan solo espero que sea posible.

Saki me esperaba afuera cuando salí del edificio.

—Comandante, buen trabajo con tu entrenamiento —Apremió—. Pero recuerda que hay que seguir practicando a fin de salir victorioso de cualquier situación adversa.

—Lo entiendo perfectamente. ¿Y ahora qué?

—Aún queda tiempo para almorzar… Pero te enseñaré algo, y esta vez no tendrás que esforzarte nada.

La seguí hasta el Aulario. Una vez dentro cogimos un ascensor y con su llave electrónica lo activó para llevarnos al piso más superior. Dicha planta recibía el nombre de “Centro de Control”. Por momentos me sentí muy importante.

El Centro de Control era… Viendo que el techo era de cristal y los ordenadores parecían sacados de la base de S.H.I.E.L.D del Universo Marvel… (¿Cómo se llamaba esa nave? ¿Helitransportador?) En definitiva, molaba mazo. ¿Las chicas que trabajaban ahí? Estaban Elma, la misma que ayer miraba fijamente un portapapeles; Daraen Chica (aunque mejor la llamó Daraen a secas, al menos mientras no me encuentre con su contraparte masculina); Dia (no sabía que tuviera un puesto tan importante en la INCRAN. Bueno, habiendo sido antes, según me contó Mari, presidenta del consejo estudiantil de su instituto, ser administradora quizás no fuese una locura); y por último Anna. Todas trabajando en un panel de control de lo que sería el ordenador principal. Había también muchas más chicas trabajando en los ordenadores restantes, pero no las reconocí. Debían de ser las extra de la película.

—Hombre, ya era hora de que vinieras aquí —Me saludó Anna—. Bienvenido al Centro de Control.

—Lo mismo digo —Replicó Dia.

—Hola chicas —Murmuré formalmente.

Elma giró 180° su silla de oficina. Pelo blanco, ojos azules y piel oscura. Vestía una armadura roja y blanca.

—Saludos, comandante. Mi nombre es Elma. Soy general de la INCRAN.

—Ah, y también general del… Comando o Grupo Skeleton o algo así —Pensé: “Hace mucho que no juego al Xenoblade. He de refrescar la memoria”.

—Exacto. El nombre lo ha acertado.

A su vez Daraen se giró. Tras lo ocurrido anoche, pensé que no sería especialmente cómodo encontrármela, mas no me miraba mal con sus ojos castaños.

—Esto… Hola Pablo —Murmuró.

—Yo… Hola… (…) Quizás debería haberte hecho caso, pero aún así…

—No pasa nada. Eso es agua pasada. A lo que íbamos, aquí Saki y todas nosotras nos dedicamos a escrutar el CrossWorld en busca de supervivientes, además de trazar estrategias para evitar la destrucción del instituto.

—Siendo una buena estratega no me extraña —Afirmé.

La estratega sonrió.

—Gracias. Y seguro que te preguntarás si se me hace rara la tecnología. En realidad Anna y yo ya nos hemos habituado. De hecho puedo afirmar sin temor que Internet es la mejor biblioteca que existe.

—Eso es porque no sabes la que montó cuando la llevamos aquí… —Puntuó la general de Xenoblade.

—¡Hey, Elma!

—Perdona. Siendo como soy ese comentario estaba fuera de lugar.

No pude evitar sacar una risilla sutil. Me dirigí a la idol.

—¿Y cuál es tu cometido aquí, Dia?

—Yo soy lo que era en mi mundo antes, o sea, directora del consejo estudiantil, que viene a ser una representante de los integrantes de la INCRAN. Tengo un despacho propio, incluso. Y siendo bastante importante estoy autorizada a formar parte del Centro de Control… Aunque sólo como ayuda puntual.

La directora me tocó la espalda.

—Y bien. Ya que estamos aquí, tenemos que hablar… —Decía seriamente mientras se sentaba en el ordenador principal.

Pillé una silla cercana e hice lo mismo que mi secretaria.

—Se trata de la Tormenta Estelar —Puntuó Elma con los ojos cerrados—. No se trata de un simple fenómeno meteorológico. O debería decir… Fenómeno cósmico.

Tras cargar unos archivos, la pantalla holográfica, esta mostró un esquema del CrossWorld donde se simulaba una Tormenta Estelar.

—Esta peligrosa caída de rayos cósmicos se producen debido a las sinergias entre el CrossWorld y los dos Multiversos —Explicó Saki—. No sabemos mucho acerca de su naturaleza.

—Lo que sí sabemos —Continuó Daraen— es que tras cada Tormenta Estelar, una o varias personas son traídas a este mundo. Hasta tu llegada, Pablo, solo habían llegado chicas. Y, por supuesto, ignoramos el por qué de esto último.

—Pero lo más extraño de todo… —Prosiguió Anna refiriéndose a mí— Es que tú no has llegado por una Tormenta Estelar. A lo que me lleva preguntar… ¿De qué saga eres?

Una cuestión que me descolocó por completo.

—¡¿Yo?! (…) No… No pertenezco a ninguna saga de anime —La ira, sin venir a cuento, se apoderó de mí—. ¡No soy ningún personaje! ¡Soy una persona real a la que habéis quitado sus recuerdos!

—Tranquilízate —Me calmó la comandante de Askr—. Lo entendemos. Y no te hemos quitado los recuerdos.

Las otras chicas asintieron a fin de darle la razón.

—Supongo que sabrás que yo… —Sugirió Daraen.

—…despertaste sin ningún recuerdo anterior a tu encuentro con Chrom y Lissa —Una parte de mí deseó no haber terminado la frase refunfuñando.

—¡Me dejas de piedra! Eso demuestra que tienes recuerdos.

—Sí, pero sólo sé cosas sobre los videojuegos, el anime… En definitiva, de cosas frikis. De mi vida anterior solo he ido recordando trocitos.

—Entonces tiene usted más suerte con respecto a Daraen en ese aspecto —Afirmó la idol. Que bien que supo cómo calmarme.

—Ya veo. Quién sabe… Y ahora pregunto yo. ¿Quién, o quiénes, han sido convocadas a este mundo por la Tormenta Estelar de anoche?

—No lo sabemos hasta que las rescatamos —Contestó Elma—. Nuestra unidad Pathfinder ya las localiza automáticamente, y luego enviamos un helicóptero en caso de que se encuentren a varios kilómetros de la INCRAN. Todavía tenemos que desarrollar tecnología de teletransporte para agilizar los rescates y…

—Tuviste suerte de haber aparecido en el Monte Shokubutsuyama, ¿eh? —Interrumpió Anna.

—Yep —Dije—. Y supongo que la unidad Pathfinder me localizó, ¿no?

—Exacto.

Fui ignorante de por qué Elma había dejado la frase en el aire cuando ella misma…

—Todavía queda una última cosa que debes saber sobre las Tormentas Estelares —Anunció.

Pausa dramática. Se venía algo gordo. Saki fue la que continuó.

—Todas las que ha habido hasta la fecha siempre han acabado de la misma forma: todas y cada una de las estrellas forman el mayor círculo posible para generar un rayo tan devastador, tan potente…

—Que destruiría los escudos de la INCRAN, incluso aunque los reforcemos —Terminó Dia con los ojos cerrados—; y con ellos el instituto entero y nuestras vidas —volvió a abrir sus ojos verde azulado—. Por ello debemos o encontrar el Anzen Kōdō cuanto antes y/o encontrar la forma de teletransportar el campus por completo.

“Gods”, pensé. Me quedé sin palabras ante la misión que se me avecinaba.

—¿A-algo más que deba saber?

—El Rayo Cósmico del Juicio Final —Prosiguió Anna— parecía caer en un lugar aleatorio cada vez. Por fortuna ahora es posible calcular su caída gracias al trabajo de nuestras astrónomas.

—Siguen un patrón cada vez —Puntuó la directora.

—¡Exacto!

—Y… Teniendo esa unidad Pathfinder, ¿por qué no habéis encontrado el Salvoconducto? ¿Le ocurre lo mismo que al Arca de la Vida?

—¡Tú lo has Dicho! —Confirmó con bastante alegría Elma. Quizás demasiado para su gusto.

—En teoría —Siguió la estratega—, el Salvoconducto está bajo tierra. Sin embargo, solo podemos cartografiar la superficie.

—¿Y no tenéis sondas de esas que se entierran como las de Xenoblade Chronicles X?

—Son difíciles de fabricar. Ya tenemos desarrolladas unas pocas para ese cometido, pero es preciso conseguir materiales.

—No me extraña.

—Bueno, Pablo —Dijo Saki—. Gracias por venir y por escucharlo todo. Espero que nos guíes para encontrar la verdad sobre el CrossWorld y para… Todo lo demás.

—De nada, chicas.

—Y ya visto el hecho de que te gusta la tecnología… Pásate esta tarde por el laboratorio de ciencia. Allí se han desarrollado muchos de nuestros inventos y armas.

—¡Mola! Cuenta con ello.

—Y ya para acabar, tienes libre acceso a esta sala con tu tarjeta electrónica. Te avisaremos cuando te necesitemos o cuando lo veas conveniente.

—Entendido. Ahora… ¿Sería menester retirarme?

Mi formal respuesta se tradujo en rubor en las mejillas de Saki.

—Qué caballeroso… —Murmuró—. Digo… Por supuesto. Ya nos veremos.

Fui activando el ascensor.

—Hasta otra.

—¡Adiós, comandante! —Me despidieron todas las chicas al unísono.

Una vez estuve dentro, me costó creer lo arduo que iba a ser mi nueva vida a partir de ahora. ¿Seré capaz de afrontar este destino… Con éxito?

domingo, 13 de agosto de 2017

Harem Crossover no Kōkō | Capítulo 6 - La senda del comandante (Parte 1)

Dormí bien en mi nuevo cuarto, aún pese a las luces producidas por los rayos cósmicos de la Tormenta Estelar. Soñé, además, con las texturas del mundo real. Sueños extraños y aleatorios,pero nunca pesadillas. Ahí va un dato curioso: gracias a un sueño me enamoré de Maki; de otro modo quizás no me hubiese interesado tanto. Y creo que es la única vez que recuerdo haber visto a ese tipo de muchachas oníricamente. De hecho, juraría que las instalaciones de la INCRAN, incluso el mar y las carreteras desiertas… Las había visto en dicho sueño. Sí, y también la aparición de Maki en una pantalla gigante (donde oníricamente me pedía una cita). Qué extraña coincidencia…

Me despertó un despertador que ya había sido programado antes de que llegara. Eran las 7:15, y, justo cuando me dí cuenta de que seguía en el CrossWorld, me acordé de que Sara me esperaría en la oficina militar a las 9:00.

Tan solo en los hoteles me daba duchas por la mañana, así que decidí probar el hidromasaje y esas cosas tan chulas de las duchas de calidad. Entre tanto, medité acerca de mis nuevas amistades.

“Debo tener cuidado de no relacionarme en plan para ligar, sino para cultivar estas relaciones amistosas durante cuestión de meses hasta que, en definitiva, consiga que alguna chica me dejara besarla en los labios.

Besar…

Siempre he querido experimentarlo. Sentir esa euforia que sólo se produce en la boca. Besar a una chica hermosa.

¿Por qué nunca he podido alcanzar a hacerlo? Porque nunca he conseguido echar novia. Está bien. Algún día la tendré. Es más, no saldré de aquí hasta haberme besado con una de esas chicas anime como mínimo, pero hay que evitar obsesionarse con esa idea, o ellas escaparán de mí, como ocurrió con Ruby.

Pero ella era un caso especial, pues es muy tímida con los chicos como yo, y aunque quería decirle que no iba a ligar directamente con esa pequeña (en su lugar,simplemente quería intentar forjar una relación de amistad con ella), al final creyó que esa era mi intención. No, Mari me dijo ayer varias veces que se encontraba mal, que sin su mejor amiga se sentía sola. ¿Si la encontrásemos, me perdonaría? A lo mejor, de momento, debería sacar lo mejor de mí ante la mirada de sus ojos verdes. Eso haré. Le he causado una buena impresión a su hermana mayor. Seguro que todo irá bien. Conseguiré que alguna sea mi novia, quizás alguna de Love Live, o alguna de Fire Emblem, o… Pero aún es muy pronto. Saldré de aquí y trataré a las demás féminas como amigas, porque son personas como yo. Y yo, como vuestro comandante, no os defraudaré en mi labor”.

Y hasta aquí un fragmento del flujo de pensamientos de mi mente.

Ya una vez fuera decidí llamar a Mari para que me acompañara al desayuno. Sharena y Nozomi también se unieron en la entrada del hotel. Ya en la cafetería me tomé una palmera de chocolate (mi dulce favorito) y una taza de leche con Nesquik (“tradición”, digamos, propia de mi familia). Conseguí sentarme en una pequeña mesa con Dia, en la que también estaban Camilla, de Fire Emblem Fates; y Lucoa, de Kobayashi no Maid Dragon. Sí, ambas eran chicas muy pechugonas, pero como me gustan más los ojos… Y no esa clase de ojos, me refiero a los órganos de la visión.

—Ohayo gozaimasu! —Me saludó Dia sonriente—. ¿Está usted bien?

—Buenas Dia. Sí, todo bien, aún pese a lo que pasó con Yoshiko.

—No, señor. Hizo un gran trabajo salvándola. Te estoy muy agradecida por salvar a una de mis amigas de mi mundo. No sé qué habría sido de ella de no ser por tu ayuda —Sí, habéis leído bien. Por un momento estaba tuteándome.

—De nada. Sé que soy una persona bastante cobardica en ese tipo de asuntos. De hecho no sé lo que es luchar de verdad, porque hasta entonces sólo lo he hecho en videojuegos.

—Ya veo… ¿Y qué armas aprenderá a usar? Yo me especializo en katanas dobles, y si te soy sincera, me gusta más combatir que ser idol, porque, como quizás sabrás, perdí una apuesta contra Chika, y ahora estoy aquí… –Bajó la voz un poco mientras se entristeció—. Que tozuda que fui. Ojalá no…

–Sí, lo sabía, aunque no sé cómo ocurrió exactamente. Yo uso los Orbitales Fulgor y una lanza.

—Ah, bien.

—Yo uso mis cartas de tarot a modo de grimorio, y a veces uso un mazo del Duelo de Cartas de Yu-Gi-Oh —Puntuó Nozomi.

—Yo mi Bastón Meteoestrella, cómo sabrás —Dijo Mari, pero su amiga le dedicó una mirada en plan “Ya lo sabía”—. Well… Sólo quería decirle a Pablo el nombre oficial.

—Yo mi Fensalir —Dijo Sharena.

—¡No me…! —Por poco imitaba el meme—. Ah no, que se lo decías a Dia. Perdona.

—No… Bueno, sí. Yo qué sé. Je je…

Camilla entonces se dirigió a nosotros. Su pelo era largo y violáceo; sus ojos de color malva, siendo el ojo izquierdo tapado por un mechón.

—Anda, el nuevo comandante Pablo… —Dijo con cierta sensualidad en su voz—. Un placer conocerte, ricura. Soy Camilla, princesa de Nohr.

—Anda. Esto… No sé qué decir…

—Siendo una princesa tan popular seguro que no podías evitar quedarte de piedra… Ante mi belleza. (…) Ah, esta diva a mi lado es Lucoa.

—Hola. —La chica dragón se inclinó, tal y como los japoneses saludan—. Un placer, Pablo.

Su pelo, sobre el cual tenía una gorra rosa, era rubio con las puntas de un gradiente entre verde y celeste. Por desgracia para mí, no abría mucho los ojos, pero sabía que tenían heterocromía: el ojo izquierdo era morado con la pupila dorada, el derecho era verde con la pupila negra. Que pena que sólo podía contemplar momentáneamente el magnetismo de aquellos preciosos ojos…

—Algún día tienes que presentarme a Kanna y a Tohru, Lucoa. Y Camilla, a ver si me presentas a Elise.

—¡Vale! —Dijeron las dos al unísono.

El resto de mis amigas se quedaron de piedra tras soltar todos esos nombres.

Tras el desayuno, Dia me volvió a hablar.

—Ah, Pablo. He hablado con Ruby, y en efecto: cuando la llamé ayer se sentía bastante mal. Ya le he convencido de que no eres mala persona ni tienes malas intenciones, mas no tiene todavía el coraje para hablarte.

Bastó solo aquellas palabras para alegrarme el día.

—Me alegra sobremaneras oír eso. Y… ¿Cómo es que no ha asistido al desayuno?

—Te explico. En las Tormentas Estelares mi hermana casi siempre sufre insomnio, aún pese a dormir con las cortinas echadas. De forma que en estos momentos ya se estará levantando. Iré ahora con ella.

—Pobrecita. Y bueno, que te vaya bien.

—Igualmente, comandante. —Acto seguido me guiñó un ojo.

Tras una pausa contemplativa, afirmé:

—Que buena persona que es.

—Sí… –Aprobó Mari sin estar segura—. Pero antes no era así.

—¿Cómo?

—Era la encargada del consejo de estudiantes, y rechazó en un principio las plegarias de Chika Takami, la artífice de nuestro grupo.

—Hmmm… En tal caso Dia se parece un poco a Eli Ayase, que también era la encargada del consejo de estudiantes de nuestro instituto —Afirmó Nozomi—. Y esto lo sé porque ERA su subordinada.

—Pero ella no ha llegado todavía aquí al CrossWorld, al igual que Chika.

—Ya, y tampoco está aquí Honoka, la que nos promovió a convertirnos en School Idols. De no ser por ella… —Nozomi dejó la respuesta al aire.

Mari se entristeció un poco. Iba a revelar algo gordo.

—Por no decir que vosotras fuisteis la inspiración para convertirnos en las Aqours. Incluso Dia os trata como si fueseis diosas. Lo sabía todo sobre vosotras.

Nozomi y yo nos sorprendimos sobremaneras.

—¡¡¡Asombroso!!! —Dije.

—¿C-cómo es que no me lo habías dicho antes?

—Me habría gustado hacer esta revelación que acabo de hacer cuando estuviésemos todas juntas. Cualquiera de mis otras amigas habría hecho lo mismo. Pero creo que Pablo debía conocer ese detalle, ya que me lo preguntó ayer.

—Oye, no tenías por qué revelarlo… Si no querías —Dije.

Aquella frase mía reconfortó a la idol de Aqours.

—No pasa nada. Tenía ganas de desahogarme. No podía seguir reteniendo ese secreto en mi cabeza. Gracias por escucharme. —Sus ojos verdes refulgieron con intensidad.

—Mari… —Murmuré

—Mari-san… —Murmuró Nozomi. Hasta entonces no me había fijado en que muchas veces las chicas de Love Live (mejor dicho, prácticamente todos los usuarios de habla japonesa) se llaman entre sí con sus nombres acabados en “chan”, “san” (como es el caso), o “kun” para los hombres. En fin, algo común en Japón.

Sharena no intervino en aquella conversación sobre Love Live, seguramente porque no estaba enterada en absoluto por causas más que evidentes.

Tras esta, nos dirigimos a la oficina militar, que básicamente era una zona de entrenamiento para armas cuerpo a cuerpo. Mari se separó de nosotros porque debía practicar equitación, y Nozomi se fue al Aulario para asistir a clases destinadas a la enseñanza de artes mágicas varias. Me pregunté si Cecilia, de Fire Emblem: The Binding Blade, sería profesora de magia, teniendo en cuenta que formó parte del público de mi reunión de bienvenida y enseñó todo lo que sabía en la materia a Lilina, hija de Hector que en teoría debería estar aquí. Sharena me acompañó para que me ayudase con mi entrenamiento para lanceros novatos.

Pasé adentro del edificio, donde me esperaba Sara. Sí, me sorprendió que Saki no se presentara. Aunque ahora que lo pienso, he de suponer que estará ocupando otro puesto para entonces. En fin, no importa mucho.

Había unas instalaciones cuanto menos interesantes, aunque más bien parecía un gimnasio. Había muñecos de prácticas, iguales al que usaba ayer Mikasa para entrenar con katanas dobles, sacos de boxeo y aparatos de gimnasia.

Pero lo mejor estaba en la planta superior.

Un futurista simulador de batalla por hologramas de tecnología punta dividido en 8 partes, donde mejor se entrenaba la peña. Me recordaba a uno que había en el anime de Inazuma Eleven Go Galaxy, el del tren ese que llevaba al equipo de Arion Sherwind a otros planetas. La diferencia es que no generaba sensaciones en los órganos de los sentidos, así que entrenar no era doloroso ni por asomo. Sara me hizo pasar junto con Sharena a una de las cabinas de simulación.

—Asombroso. ¿Qué pensaste cuando llegaste hasta aquí por primera vez, Sharena?

—Sinceramente, me quedé sin palabras. Es lo más alucinante que he visto para entrenar. ¡Ya lo verás!

Tenía mi lanza hierro a mis espaldas. No era especialmente pesada, por fortuna.

—Muy bien, comandante —Anunció Sara mientras me miraba fijamente—. Esta es nuestra sala de entrenamiento por excelencia. A través de esta tecnología de vanguardia podemos recrear cualquier batalla y sin necesidad de sufrir dolor alguno.

Eso era justo lo que necesitaba. Hago lo que puedo con tal de no sufrirlo, aunque muchas veces me haya sido inevitable. Y ni siquiera era capaz de dañar, al menos con fuerza, a alguien salvo que me cabrease por completo y lo considerase mi enemigo. Aún así os lo advierto: no tengo piedad contra el enemigo. Afortunadamente todas estas chicas son tan buenas de corazón (salvo excepciones como Clarisse) que a priori nunca jamás trataría de hacerles daño. Al contrario, haré lo que sea para protegerlas, y por ello pensaba aprender el arte del combate real.

—¡Pablooo! —Gritó mi mentora para sacarme de mis pensamientos, otra vez.

—¡Ay! Lo siento mucho. Es que…

—No debería ser tan dura, pero menos hablar y más combate —Reprendió con cierta calma—. Pero primero dejaré que Sharena te enseñe lo básico y ya pasamos a una simulación. ¿Entendido?

—Sí, Sara.

—Bien —Sonrió—. Continúa, princesa.

A pesar del título, no parecía hacerle gustado mucho la forma en que la lugarteniente llamó a mi amiga, a juzgar por su mirada. Pero hizo como si no hubiera dicho nada.

—Vale. ¿Sabes cómo sujetar una lanza?

Desenfundé mi lanza y la sujeté como hacían los personajes de Fire Emblem.

—¡Genial! Ya te haces a la idea y todo —Puso cara seria cuando acabó la frase. Sé lo que significaba—. Ahora prepárate…

Sara ya estaba en una cabina de mandos que controlaba las zonas de simulación. Con unos cuantos botones mandó una instrucción a las máquinas para generar un monstruo holográfico. Un lich del Fire Emblem Echoes.

La princesa de Askr me enseñó entonces a usar la lanza, además de sus ataques más básicos. Es curioso que, pese a ser un holograma, el monstruo reaccionaba a mis puntadas. Para la piel no había más que aire, mas con la lanza notaba las carnes de mi rival de entrenamiento como si fueran de verdad. Un extraño comportamiento magnético, quizás imposible en el mundo real.

Un par de horas después ya sabía todo lo básico. Había aprendido rápido; tan solo flanqueaba en temas de esquive en plan rodar por el suelo, que de momento podía compensar con mi buena velocidad al correr… Salvo porque no era muy ducho en resistencia.

Me dejaron 15 minutos de descanso antes de pasar a la siguiente fase de mi entrenamiento. 15 minutos que aproveché para ver a mi querida amiga Mari.

El entrenamiento ecuestre se realizaba en la playa justo enfrente de la INCRAN, y por suerte también estaban haciendo descanso.

—Over here, Pablo! —Gritó la chica desde la distancia. El corcel que montaba era de un color grisáceo, y galopó hasta que se paró a un metro de mí—. ¿Qué tal tu trabajo?

—Genial. He estado entrenando con la lanza.

—Yo… Well, es evidente, pero he estado practicando equitación.

—Ajá… ¿Y ahora que tienes programado hacer?

Mari puso el dedo en la sien.

—O entreno ahora cuando acabe para el combate o me voy a hacer prácticas de idol. —La chica sonrió ampliamente. Que guapa era cuando lo hacía—. Total, me alegro de que tengamos un horario flexible.

—Genial. —Apremié.

Mientras hablábamos, me fijé en las jinetes. No había muchas, y salvo Mari todas eran de Fire Emblem. Había desde lo que consideraríamos como la clase jinete a trovadoras: Elise, Clarine, Olwen, L’arachel, Peri… Las capitaneaba Titania, una paladín de Path of Radiance y su secuela Radiant Dawn, pero esa era su versión más joven, la de Path of Radiance, la misma que en Heroes. Esta se acercó, mientras que sus camaradas se quedaron donde estaba.

—¡Saludos, comandante! —Titania tenía una voz más grave de lo que esperaba.

Era pelirroja, con pelo largo y una coleta. Se lo solían remarcar en su juego. Sus ojos eran verdes, de un verde esmeralda precioso, que hacían juego con su Hacha Esmeralda, traída también de FEH. No estaba nada mal, pero creo que es demasiado mayor para mí.

—Un placer conocerte, Titania.

—Me sorprende que no haya aquí una sola fémina cuyo nombre no conozcas, Pablo. A lo que íbamos, espero mucho de tí. Sigue haciendo tu trabajo como es debido.

—Cuente con ello, mi señora. —Nunca pensé que acabaría llamando a alguien como tal.

—¡Estoy segura de que Pablo será el mejor comandante de la INCRAN! —Exclamó la idol de Aqours.

—Gracias. Viniendo de tí te lo agradezco profundamente, pero tampoco es para tanto. Aún tengo mucho que aprender.

—Y bien —Titania se volvió hacia mí para proseguir—. Te recomendaría continuar con tu entrenamiento, dada tu falta de experiencia.

—Y así será —Me volví con Mari—. Nos veremos más tarde, pues.

—Ale, goodbye. Sigue así.

—Ya nos veremos —Me despidió Titania—. ¡Chicas, volvamos con lo nuestro!

Volví a las instalaciones para continuar con mi labor, esta vez en el campo de tiro.