martes, 25 de julio de 2017

Harem Crossover no Kōkō | Capítulo 3 - La mente de las School Idols

He de decir que me encanta describir chicas, sobretodo haciendo mucha énfasis en los ojos, cómo ha de ser. Solo lo decía porque os aviso que pienso describir con mayor o menor acierto a cada fémina (aunque no a todas) que me encuentre durante mi estancia en el CrossWorld. Pues eso, quería dejar constancia por si luego… Os molesta. Mis disculpas, pero mi obsesión con los ojos humanos femeninos no tiene límites… Bueno, en realidad algunos sí…
Aprovechando aquella confusión causada por la pequeña Nico, decidí buscar a Mari Ohara antes que a nadie. Era mi principal prioridad. Luego trataría de hablar con Ruby, Nozomi, Sharena, Granizia, Dia, Chino (del anime Gochiusa), su amiga Chiya… En la búsqueda me saludaban casi todas las Waifus y Lolis con las que me cruzaba. Por las prisas solo les decía: “Hola, luego hablamos, ¿vale? ¡Os lo prometo!” y cosas por el estilo.
Finalmente la encontré en un pasillo, cerca de lo que sería su taquilla, hablando con Dia. “Dabuten, dos de mis Waifus favoritas”, pensé. Rápidamente reuní el valor suficiente para hablarlas y, por fin, conseguí mi objetivo.
—Saludos… ¿Por casualidad no sois Mari Ohara y Dia Kurosawa?
Mari se volvió sonriente hacia mí, y era preciosa. Su cabello era rubio y le llegaba a los hombros, sus rasgos faciales divinos, pero sus ojos… Oh, cuán hermosos y dignos de una diosa, de un color entre el verde y el dorado, mas tiraban más hacia el verde. Al verme reflejado en sus pupilas me ruboricé tanto que sentía mi cara roja cual estrella supergigante roja. Me sentía casi eufórico, incluso luché internamente por mantenerme normal. Me daban ganas de correr a toda mecha, como cuando me entraba “Hype”.
—Oh, greetings! Tú has de ser el comandante Pablo. ¿No? —Su voz tenía un marcado acento americano, mas no me importaba en absoluto. Leí que su padre era de trascendencia americo-itálica e incluso que solía vivir en un hotel, también propiedad del padre— En efecto, soy Mari Ohara. Encantadísima de conocerte.
—Kon'nichiwa! —Saludó Dia con una expresión a caballo entre la seriedad y la alegría. Era una chica que hablaba refinada cual noble, y era perfeccionista cual Subaki de Fire Emblem Fates. Ah, y una de las mejores amigas de Mari y la hermana mayor de Ruby Kurosawa— Me congratula que seáis nuestro nuevo comandante. Es un honor luchar en vuestro lado, señor Pablo Pérez.
Dia poseía un largo y liso cabello que le llegaba a la espalda. Tenía un lunar cerca de la comisura izquierda de la boca. Sus ojos eran también preciosos, de un verde azulado que tiraba a verde. Era bastante alta, y me llegaba a una altura ligeramente inferior a la de mis sienes.
—Yo también me alegro mucho de conoceros a vosotras dos. Nunca hubiera imaginado que… Os conocería en persona.
—Ah, así que eres fan de Aqours, aren't you? —Puntuó Mari.
—Sí. Diría que sí, pero nunca he escuchado vuestras canciones. En realidad os conozco de Twitter, de fan-arts vuestros, etc. Y es curioso que habléis español, puesto que vuestro anime nunca ha sido doblado a mi idioma.
—¿Qué? ¿No será que usted, Pablo, está hablando japonés? —Dijo Dia.
—Yo… —Dije contrariado— Si apenas sé japonés, la verdad. Incluso me cuesta a veces leer kanas, y de kanjis ni te cuento… A menos que… —Luego caí en la cuenta del asunto— En tal caso será que lo que estoy diciendo lo estáis oyendo en vuestro idioma natal.
—Pues es algo muy raro. ¿Qué clase de traductor…? —La pregunta de Dia quedó en el aire.
Entonces se me pasó fugazmente una idea que debía aprovechar justo en ese momento. Ahora o nunca.
—Una cosa, Dia. Quisiera conocer a tu hermana pequeña Ruby, si es menester.
—Ah, vale. La llamaré para que os conozca. —Sacó su móvil y envió un mensaje. A partir de entonces se quedó absorta mientras yo charlaba con Mari, pero aún pudo dudar de una cosa— Aunque…
—Pablo, la timidez de Ruby hacia los hombres no conoce límites —Me advirtió Mari—. Puede que incluso no quiera ni hablar contigo.
Eso era EXACTAMENTE lo que me esperaba.
—¿Le pasó algo en la reunión cuando aparecí?
—Pues… No lo sé. Y lo cierto es que últimamente anda de capa caída porque su mejor amiga Hanamaru no ha aparecido en el CrossWorld.
Sentí una pequeña punzada en  el corazón.
—D’oh, que lástima. Pobrecita. (…) Ojalá pudiera hacer algo por ella, pero no puedo.
—Tranquilo. En cualquier momento podría aparecer. Aunque yo también he perdido a una amiga…
—A ver si lo adivino: Kanan.
—Wow! ¡Si que sabes mucho sobre nosotras! —El semblante de la idol se ensombreció tan pronto como se iluminó— Sí, era una amiga de la infancia, al igual que Dia. Y aunque a veces es tozuda, e incluso en una ocasión me jugó una mala pasada, es mi mejor amiga.
—Ya veo. Y bueno, ahora que tengo confianza en tí y viceversa. ¿Harías equipo conmigo si me mandaran a alguna misión?
—Of course! —Levantó los dedos índice y corazón mientras mostraba una radiante sonrisa.
—Y bien, creo que puedo afirmar sin temor que ha sido un placer haberte conocido, Mari.
—¡Igualmente!
En ese momento Dia interrumpió la escena.
—Pablo, me ha dicho que viene de camino para conocerte. Pero que no te sorprenda si no te dice ni pío. O que incluso se esconda.
Asentí con la cabeza. Esperé unos cuantos minutos hasta que apareció, aunque tras verme se ocultó en una esquina. Yo y mis nuevas amigas nos acercamos a la hermana pequeña de Dia.
Ruby Kurosawa era la auténtica razón por la que me interesé en Love Live. Bastó ver una secuencia que me hizo enamorar locamente de ella, en la que la cámara hacía un Zoom desde la cara hasta la pupila de su ojo izquierdo, algo que yo llamo “Eye Zoom”, y lo adoro sobremaneras SOLO cuando lo hacen en una chica (si es en un chico lo detestaría profundamente). En fin, procederé a su descripción. Ella era pelirroja, con dos coletas situadas a ambos lados del cabello. Sus ojos eran iguales a los de su hermana mayor: más verdes que azulados, con la salvedad de que eran ligeramente más grandes, quizás porque Dia los tenía almendrados. Era bajita: 154 cm de estatura, dato que memoricé de la Wiki. Diríase que era una loli (chica anime de baja estatura, generalmente una niña [aunque no tiene por qué tener una edad determinada, porque, por ejemplo, Nowi tiene 1000 años y aun así se considera como tal], que se caracteriza por ser adorable).
Hermosa a la par de encantadora, me gustaba mucho más que Nico Yazawa, y por si fuera poco surgió en mí el deseo de protegerla y de que viviera feliz, solo que… Con los peligros del CrossWorld y sin el apoyo de Hanamaru lo iba a tener difícil. Así que me marqué como primer objetivo recuperar a su mejor amiga a toda costa.
—Ayyyyyyyy. N-no p-p-puedo… —Murmuró Ruby muerta de miedo.
—¡Os lo dije! Aunque es raro que se ponga de esa manera —Me explicó su hermana—. Últimamente ha estado practicando magia con un grimorio personalizado, y el combate cada vez se le da mejor. Creía que ya había superado sus miedos…
—¡Eso n-no es v-v-verdad, Dia! —Sus glándulas lagrimales empezaron a trabajar arduamente, soltando sendas lágrimas. —¡Ruby está m-m-mucho más asustada que c-cuando se hizo idol! ¡Quiero irme a casa!
Odio reconocerlo, pero su actuación me estaba poniendo de los nervios. Me alejé un paso atrás y de nuevo mi dialecto al estilo de Virion se activó:
—Si soy yo el que te molesta, lo siento. No tenía ni tendré la más mínima atención de haceros daño a ninguna de las presentes; por el contrario, quisiera protegeros a vos, mas no tengo experiencia militar de ningún tipo. Así que… Perdóname si mi presencia te molesta. Solo pretendía conocerte. Eres una tipa excelente.
—P-Pablo. T-T-Tú no pareces una… —Hizo una inspiración profunda y dejó de llorar. Por fin recuperó la compostura, aunque seguía apenada— Perdona por hacer que Ruby te haga sentir incómoda, pero… Soy demasiado tímida con los hombres. Hasta entonces mi padre era el único “chico” con el que hablaba.
—Oh, no te preocupes, pequeña. Yo soy todavía más tímido.
Decía la verdad, pero aquella respuesta no le gustó nada a la pelirroja. Rayos, debería haber elegido mejor mis palabras.
—¿Cómo puedes decir eso sí tantas ganas tienes de conocerme? Aunque… Si lo que buscas es apoyarme como idol…
—Esto… Supongo que…
—En realidad no ha escuchado ninguna de nuestras canciones —Intervino Dia. Su respuesta me dió muy mala espina.
—Ah, ¡entonces lo que quieres es ligar conmigo!
—¡¿Qué?! Yo no…
—Lo sabía. ¡Qué sea la última vez que hablas a Ruby! —Una vez que sus palabras me destrozaron el alma, se marchó.
Que desfachatez. Mi primer gran error con las chicas en el INCRAN. Y para colmo con una de mis favoritas. Ya lo decía Gray en Echoes: “Las chicas siempre tienen la última palabra”.
—¡Por los dioses, Dia! ¡Mi primera charla con Ruby, a la mierda! ¡¿Qué has hecho?!
—Yo… No sabía que iba a reaccionar de esa manera. Perdonadme.
—Tranquilo Pablo —Me consoló Mari dándome una palmadita—. Seguro que luego te perdona. Debe de estar afectada por no estar al lado de Hanamaru.
—Pero… ¿Y si me guarda rencor y no me habla jamás? Yo de verdad que no quería causarle una mala impresión.
—Creo que yo también tengo parte de la culpa —Reconoció Dia—. Os ayudaré a saldar cuentas cuando sea menester, comandante. Pero de momento… Probad a entablar amistad con otras chicas.
—Está bien. —Suspiré.
Mari me preguntó si quería conocer a alguna chica en particular. No tardé en pensar mi respuesta: Sharena. Así que nos separamos de Dia y paseamos por las instalaciones de la INCRAN hasta dar con ella, mientras que seguía afectado por lo que le hice a Ruby sin querer.

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